¿Por qué no he sacado todavía la web de legislación educativa?

Ya sabéis todos los que, en alguna ocasión os habéis puesto en contacto conmigo, que no tengo ningún problema en echar una mano si me lo pedís. Si dispongo de tiempo (incluso lo saco de donde sea) y sé algo, intento ayudaros en todo lo que me preguntáis. E incluso, en ocasiones, sale de mí el intentar echaros una mano en determinados proyectos porque, sinceramente, a mí también me hubiera gustado que me ayudaran cuando empecé en educación o a trastear con determinadas herramientas.

El problema es que algunos están convirtiendo esas peticiones en exigencias. Hay personas que se enfadan conmigo por decirles que no puedo echarles una mano en ciertas cosas. Es que, sinceramente, me jode mucho que lo del altruismo algunos se lo tomen como obligación de que lo que debiera hacer una persona. Y no, hay límites que no pienso pasar. Además esos límites los tengo muy claros. Y son los que me cuestan dinero o tiempo que debería dedicar a temas propios (sean personales o profesionales).

¿A qué viene esto? Pues a que en el día de ayer, una persona me dijo al ver que hay algunos que han publicado GPTs de situaciones de aprendizaje o de interpretación de la LOMLOE, por qué no lo hacía yo con temas de legislación educativa. Me exigía además saber por qué no había publicado todavía una web en la que informé que estaba trabajando con toda la legislación educativa, organizada por administraciones y con enlace a todas las sentencias judiciales que afectan, tanto a los docentes como al propio sistema educativo. Sí, así. Con exigencias.

Pues bien, le respondí que no he publicado todavía la web porque, por desgracia, había creado un subdominio dentro del dominio principal (xarxatic.com) y no me daba la versatilidad que necesitaba para hacerlo. Por ello su creación, para que se adaptara a lo que creo que debe ser algo de una cierta calidad, obligaba a que desembolsara una cantidad de dinero para un nuevo hosting. Ello suponiendo que no añadiera a ese dinero, sacado de mi bolsillo, la compra de algún tema para hacer la web lo más “usable” posible. No es tan fácil lo de crear una web y, aunque llevo muchas creadas en los últimos años, siempre hay detalles que obligan, tanto a dedicarle tiempo como dinero.

Y añadí a la respuesta que no publicaba ningún GPT acerca de temas de legislación educativa porque no tenía la versión plus de ChatGPT, con lo cual no podía generar esos GPT personalizados que algunos están compartiendo en las redes sociales.

A los pocos minutos de darle esa respuesta me dijo que era un mentiroso. Que por qué decía que iba a publicar algo si no lo iba a hacer finalmente. Que era mi obligación. Todo ello, aderezado en la respuesta con el dinero que estoy ganando por vender mis libros o las donaciones que estoy recibiendo.

Yo es que… a veces te dan ganas de enviarlo todo a escaparrar y poner el blog bajo suscripción. Es que a uno se le quitan las ganas de compartir cosas. Especialmente cuando hay gentuza (y no es el único caso de correo que he recibido en este tono) que se piensa que tu debes hacer algo por ellos porque es tu obligación. Y que además debes hacerlo gratis porque, en caso contrario, eres una mala persona.

Quería compartirlo con vosotros. Más que nada para que veáis que, en ocasiones, no siempre se puede hacer todo lo que a uno le gustaría. Bueno, para eso y para que algunos (sí, lo sé, sois una minoría muy minoritaria), que sé que os pasáis por aquí y me escribís  para exigirme ciertas cosas que os ahorréis vuestras peticiones. Nunca me ha importado echar una mano. Eso sí, siempre que se me pida y no se exija. Lo mismo que digo siempre a aquellos que quieren que les prepare oposiciones o dé charlas gratis. No estoy para eso y ya estoy harto de los que, normalmente siendo los que nunca dan nada y solo piden, venís con exigencias a decirme qué tengo que hacer. Idos, sin ningún tipo de cariño, a la mierda.

Finalmente un detalle. ¿Sabéis cuántos libros he vendido en el último mes? Tres. ¿Sabéis cuánto he ingresado por ello? Ocho euros y un céntimo. ¿Sabéis cuántas donaciones se han realizado desde que tengo el botón de donaciones al final de cada post? Nueve. ¿Sabéis cuánto dinero supone? Veinticuatro euros. ¿Sabéis cuántas descargas ha habido de mis dos primeros libros desde que he puesto la posibilidad de descargarlos gratis? Trescientas. ¿Sabéis cuántos de los que se lo han descargado han puesto más de cero euros en la página de descargas? Cero personas. Así pues, por favor, esa minoría de inquisidores de la exigencia, no me vengáis con gilipolleces acerca de cuánto gano y que os lo debo. No os debo un mojón. Si hago ciertas cosas e invierto mi dinero en hacerlas es porque me apetece. Y punto.

No quería que se me quedara dentro.

Os recuerdo que tenéis un canal de WhatsApp (aquí), en el cual no compartís ningún dato personal (no, no se comparte vuestro número teléfono, ni tampoco vais a ver el mío), en el que podéis recibir todos los artículos que estoy publicando y que, además, tenéis la posibilidad descargaros mis dos primeros libros en formato digital, a partir de cero euros, desde aquí.

Lo más importante del blog es que os paséis por aquí, pero si queréis colaborar en su mantenimiento…

Publicaciones Similares

5 comentarios

    1. Hay mucho vicioso del pedir. El problema es que, aunque sean menos, también hay mucho vicioso del exigir. Y ante estos últimos no hay virtud que valga.

Deja un comentario