Estos últimos días se ha abierto, en los medios y las redes, una polémica por la marcha de determinados youtubers a Andorra con el fin de pagar menos impuestos. Algunos, poco menos pedían la lapidación de esos profesionales -sí, aunque no queramos reconocerlo, para algunos es «su» profesión- por el hecho de que no estarían pagando impuestos en España. Lamento informarles de que, nos puede parecer mejor o peor, pero eso que han hecho es totalmente legal. Cada uno decide dónde trasladar su residencia y, por tanto, donde pagar impuestos. En España, por cierto, tenemos muchos médicos cubanos que se han ido de su país porque aquí cobraban más y viven mejor, que ahora están abonando impuestos aquí y no en su Cuba natal. Y si queréis vamos al pianista mediático nacionalizado últimamente o a los que han decidido, siendo de otros países, fijar aquí su residencia. ¿A esos también los flagelamos? Es que lo de verlo todo solo desde la óptica del terruño…

Por cierto, ya que se habla tanto de lo de los impuestos, tan solo recordar que la inmensa mayoría de lo que se compra en Amazon o en muchas tiendas online no factura en España. No, tampoco Google lo hace. Un detalle, subir los impuestos a esas empresas, pensando en que se va a recaudar más, es una política digna de Faermino y Cansado. Hace unos días se ha subido un 3% lo que debía pagar en impuestos por cada venta en España Amazon y, al momento Amazon lo ha repercutido a las pymes españolas que trabajan con ello que, por cierto ya han dicho, que se lo van a repercutir a los consumidores. Siempre acabamos pagando los de siempre. Y el problema no es que haya pocos impuestos en nuestro país; es que se gestionan muy mal y van, en demasiadas ocasiones, a pagar ciertas cosas o a mantener determinados chiringuitos. Algo que cansa y que muchos usan como argumento para no pagarlos.

Un inciso tirando de los funcionarios. Sí, esos cuya nómina se paga con dinero público. Supongo que todos sabéis que el 80% (después de los cierres de toda la atención primaria, estoy seguro que, por lógica y por sentido común, van a ser muchos más) de ellos eligen como entidad sanitaria una mutua privada. Y eso se paga con los impuestos que pagáis/pagamos todos. También pagamos a los docentes que trabajan en centros privados bajo el régimen de conciertos, a agricultores a fondo perdido, a rehabilitación de hoteles, a gente que quiere crear una primera empresa, a asesores que nadie sabe qué ni a quién asesoran, etc. Vamos a ser serios… en este país los impuestos no se destinan a servicios ni inversión pública. Hay una parte muy importante que se dedica a otra cosa. ¿Significa lo anterior que debamos dejar de pagarlos? No, ni mucho menos. Simplemente que debemos presionar para que se gestionen bien en lugar de fijarnos en lo que han hecho determinados youtubers, hacen muchos de los de programas tipo Sálvame, deportistas e, incluso todos esos profesionales nacidos aquí que se van fuera por no encontrar trabajo. En Inglaterra hay un montón de españoles pagando impuestos que no pagan aquí. A ellos, por cierto, también les hemos pagado la educación (muchos tienen carrera universitaria) y han usado los servicios públicos de aquí antes de irse. Los que se van NO DEFRAUDAN a nadie. Simplemente, por decisión propia o por no tener otra alternativa, se han ido a otro lugar donde también se pagan impuestos.

A mí lo que me preocupa, siendo este el leitmotiv del post en el cual llevo demasiado yéndome por las ramas, es la gran cantidad de juguetes rotos que van a dejar ciertas profesiones o modelos que tienen nuestros chavales como referencia. Me preocupan tanto los que llegan (sin que esa llegada suponga ingresos para el resto de su vida o poder mantener el tren de vida siempre) como los que apuestan por llegar y no lo hacen. Me preocupa que haya chavales que quieran ser youtubers, futbolistas, tronistas o, simplemente participantes en Gran Hermano o La Isla de las Tentaciones para generar publicidad y pasta. Estamos hartos de ver ejemplos de juguetes rotos después de múltiples ediciones de Gran Hermano. No hay espacio para todos ellos y, por desgracia, están destinando mucho esfuerzo para convertirse en ciertas cosas. Y si no llegan van a frustrarse. Más aún en profesiones tan efímeras como premiadas económicamente mediante un modelo económico que no se sustenta. Al igual que la inversión en bitcoins o futuros. Hay mucha gente que se está arruinando. Al igual que los que compraron un piso pensando que el piso se revalorizaría en unos meses y podrían vivir, sin tener ni idea de gestión de viviendas o de mercado, de ello. Recordemos las preferentes que se vendieron y lo que acabaron siendo. Muchos sueños que, al final, se acaban rompiendo. Eso me preocupa bastante más que si se van o no a Andorra unos youtubers. Me preocupa qué referentes tenemos en nuestro país. Bueno, si lo extrapolamos es algo bastante global. Seamos sinceros, si uno gana por un vídeo de diez minutos, por mucho trabajo que haya detrás a nivel de edición (algo que no discuto), el salario de un médico en primera línea de pandemia, tenemos un problema para vender como referente a este último.

No sé si he sido muy coherente en el post. Quizás me haya ido por los cerros de Úbeda, como acostumbra a ser habitual en mí. Por suerte, como he dicho en Twitter esta mañana, tengo la ventaja de tener un blog personal en el que, al no vivir de ello ni ser mi fuente de ingresos, puedo ir escribiendo de lo que me parece y de la forma en que quiera. Disfrutad del sábado.

Ahora que pienso. Me he dejado una recomendación… la película Juguetes Rotos de Manuel Summers. Ahí se muestra lo que he querido decir en el post.


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