En el día de ayer leí un panfleto, avalado por, entre otros, el colectivo DIME, en el que se defiende la desaparición de los centros de educación especial (enlace). Entiendo la deriva, por cuestiones ideológicas, de determinados medios de comunicación. Eso sí, no entiendo tanto odio, tanto a las familias que quieren lo mejor para sus hijos con necesidades educativas especiales como a ese alumnado. Sí, los que defienden una inclusión de «meter a todo el alumnado» en los mismos centros y evitar que el profesorado especialista en los mismos, pueda sacarlos en pequeños grupos del aula, atentan contra los derechos humanos de ese alumnado.
¿Sabéis por qué algunos personajes defienden la desaparición de los centros de educación especial? Pues lo hacen por alguno de los siguientes motivos:
- No tienen hijos con necesidades educativas especiales y consideran que su visión educativa es la correcta.
- Por motivos ideológicos, ya que determinados postulados políticos de determinados partidos, de una determinada ideología, dicen que se tiene que estar en contra de ese tipo de centros educativos.
- Porque odian al alumnado con necesidades educativas especiales.
- Porque desconocen la realidad de los centros educativos o, en caso de conocerla, la manipulan para vender lo que no es.
- Porque no saben nada de psicología infantil o qué significa que un alumnado tenga necesidades educativas especiales.
- Porque ignoran que, dentro de las necesidades educativas especiales, deba hacerse diferentes intervenciones en función del tipo de necesidades que tenga cada alumno.
- Porque confunden inclusión con integración.
- Porque son unos sádicos.
- Porque no leen investigaciones educativas.
- Porque tienen que vender que lo que dicen es verdad pedagógica sin fisuras.
Lo siento. Yo estoy a favor de la existencia de los centros de educación especial. También estoy a favor de que los especialistas (PT y AL entre otros) puedan sacar a alumnado de las aulas para darles atención más personalizada. Y estoy, como siempre he dicho, a favor de todo el alumnado y de las familias del mismo. Especialmente de aquellos que, queriendo mucho a sus hijos, observan que van a tener limitaciones en su futuro. Unas limitaciones que quieren que compense la escuela. O que compense un determinado modelo de escuela porque, a diferencia de los del panfleto de la inclusión, ese alumnado se merece la mejor atención posible. Una atención que, a día de hoy, solo puede darse en los centros de educación especial.
Un abrazo a ese alumnado que estudia en los centros de educación especial, a sus familias y a los docentes y resto de especialistas que, implicadísimos en su labor, intentan dotar de herramientas al mismo. Lo que se necesita es dotar de más recursos a ese tipo de centros porque, ese alumnado se merece lo mejor y la mejor atención posible. Y lo mejor no es «tirarlos» a un centro educativo sin recursos (o con recursos limitados). Eso no es de recibo y es algo que solo pueden defender los que no quieren a ese alumnado.
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Claro, ¿y los ciclos de TVA pretenden que se impartan en centros de FP convencionales, cuando van de los 16 a los 21 años?. Lo de que se desconoce la realidad de un centro de Educación Especial es opción segura, luego de las otras cada uno sabrá lo suyo.
A mí me preocupa más el tema de los que conociendo qué sucede en los centros educativos, venden una manipulación interesada de los mismos. Eso sí, como bien dices, hay mucho desconocimiento de lo que sucede en muchos lugares. Incluso en los centros educativos en los que hay ciclos formativos y ESO, tanto los profesores de una etapa como los de la de otra, desconocen por desgracia la etapa con la que comparten espacios. Y eso es algo que debería revertirse.
A toda esa gente que está a favor de la desaparición de los centros de educación especial, si pudiese, con una varita mágica, la convertiría yo en mujeres de mediana edad madres de hijos con trastorno del espectro autista severo y que viviesen la experiencia de ser madre de un hijo con este condicionante durante… pongamos… unos 15 años. Así, sin paños calientes. Y además, que ejerciesen como madres en un lugar en el que no hubiese centros de educación especial y donde sus hijos compartiesen pupitre con alumnos sin necesidades educativas especiales. Y ya puestos, que les tocase un instituto de un barrio «un poquito marginal» donde hubiese cierto tipo de alumnado que se comiese a sus hijos con patatas en los recreos, en los cambios de hora, en los pasillos… Y donde sus hijos estallasen de rabia por no sentirse integrados, por ser objetivo de burlas y humillaciones, por no tener ni un amigo, por no entender lo que ocurre, por aburrirse continuamente, por ver que pasan las horas y los días y no aprende nada…
Después de 10 añitos ejerciendo de madres de chavales con este tipo de problemática, a lo mejor se daban cuenta de que la educación especial es lo mejor para cierto tipo de alumnado. He vivido de cerca la experiencia por cuestiones familiares, no como madre, afortunadamente, pero sí muy, muy de cerca… hablo con conocimiento de causa, no como estos iluminados de colectivos diversos que se atreven a aleccionarnos a los demás sobre temas de los que no tienen ni idea, gente con el ego muy grande y que se creen poseedores da la verdad absoluta y guardianes de la moral. De verdad, que hartan mucho.
Los guardianes de la moral, afiliados a determinados colectivos, cansan mucho. Y siempre proponen «lo peor» para el alumnado. Por eso no entiendo que se les dé tanta mediatización por parte de algunos medios y administraciones educativas.
Buenas tardes.
Pues no puedo estar más de acuerdo contigo Jordi. Gracias por ser valiente y decir alto y claro que lo mejor para los alumnos con necesidades educativas especiales es darles la mejor atención posible y eso significa en muchos casos que estén bajo la atención de especialistas, todo lo demás son buenas intenciones.
A mi ni me han formado, ni se, ni tengo recursos para ayudar a alumnos con necesidades educativas especiales, todo lo que puedo hacer es arrimar el hombro y tener la mejor predisposición para ayudar y mejorar su educación, pero eso no significa que vaya a hacerlo como un profesional en esa disciplina educativa. Seré bien intencionado pero no haré un trabajo profesional. No nos engañemos.
Ya tengo dificultades con alumnos cuya lengua vehicular no es la mía, como para enfrentarme a alumnos y alumnas con graves dificultades cuya complejidad ignoro profundamente en la mayoría de los casos.
Un saludo.
Es que, como siempre digo, hay grandísimos especialistas que saben mucho de atender a este alumnado. Y debemos escucharles a ellos. No a aquellos que, con suerte, tenemos conocidos que trabajan en esos centros. Uno de vuelta.
Te iba a preguntar qué te parecía esa noticia, precisamente.
No sólo habla de los centros de educación especial, también habla de clases separadas dentro de los centros ordinarios.
Sinceramente, a mí me parece una barbaridad.
Por lo que he leído las familias de estos niños suelen estar de acuerdo en que estén en estos centros, de hecho tienen que firmar para que los lleven y, también por lo que tengo entendido, les dan una educación enfocada a las que van a ser sus necesidades presentes y futuras, ¿Qué hay de malo en eso?
En mi experiencia, cuando las «necesidades educativas especiales» son «demasiado especiales» tampoco se integran con el resto del alumnado porque las inquietudes son totalmente diferentes.
Trabajo en un centro donde hay aulas de especial, por cierto, y esto lo veo a diario.
Al final se está yendo en contra de las familias y de los docentes sólo por motivos ideológicos (otra vez).
A mí me preocupa mucho más que, al final, contra quien se está yendo es contra ese alumnado que tiene esas necesidades educativas especiales. Y siempre, como bien dices, por motivos ideológicos. Un saludo.
Sí, quería decir contra la opinión de docentes y familias. Obviamente contra quien se va es contra el alumnado además usándolo de excusa siempre.