Currículum en las etapas obligatorias
Las etapas obligatorias del sistema educativo, como todos sabéis -o deberíais saber-, van de primero de Primaria hasta cuarto de ESO. Es decir que tengo seis años de Primaria y cuatro de Secundaria para asignaturizar (o desasignaturizar) el asunto porque, visto lo visto, creo que, en lugar de aumentar hasta el infinito las asignaturas como proponen algunos, lo mejor es empezar a cortar por lo sano. Y eso voy a hacer en este post. Recortar sin ningún tipo de miramiento hacia chiringuitos o imprescindibilidades totalmente subjetivas. Es lo que tiene quererme muy poco porque, con lo bonito que sería decir que, por ejemplo, mi asignatura es imprescindible para que mis compañeros de la misma me aplaudieran con fruición…
Voy a empezar a simplificar Primaria. Tengo muy claro que los objetivos básicos de esa etapa deberían ser los siguientes:
- Aprender a leer con corrección (en la lengua o lenguas cooficiales), sabiendo interpretar lo que se lee.
- Aprender las operaciones matemáticas básicas (sumar, restar, multiplicar y dividir).
- Competencias básicas con las TIC (saber buscar información, cribarla y usar herramientas ofimáticas básicas).
- Escribir con corrección en la lengua o lenguas cooficiales en su territorio.
- Introducción a una lengua extranjera (capacitación básica en la misma a nivel oral y escrito).
Más allá de lo anterior podemos fabular acerca de lo imprescindible que es saber muchos datos u olvidarlos. Un detalle que quiero remarcar: que los objetivos sean tan pocos, no implica que la exigencia en la obtención de los mismos deba ser laxa. A ver si no confundimos calidad con cantidad. Que estamos hablando de educación y no de otra cosa.
¿Cuántas horas a la semana necesitan los alumnos para lo anterior? ¿Con cuántas horas podemos hacer que todos los alumnos, sin dejar ninguno atrás, puedan cumplir los objetivos anteriores? ¿Hay suficiente con quince horas semanales? Yo creo que sí. Además, con buenas ratios, con esa cantidad de horas, se cumplen sobradamente los objetivos anteriores. Si lo pasamos a jornada lectiva nos encontramos con tres horas diarias de clase para asumir esos objetivos básicos e imprescindibles.
Añadiría si me lo permitís una hora más diaria para llevar a cabo determinados proyectos, bien diseñados y planificados, para los alumnos en los que se introdujeran el aprendizaje de ciertas cuestiones. Proyectos que pueden ser históricos, científicos, sociales, humanísticos, etc. Ya veis que con cuatro horas diarias nos hemos cepillado las necesidades de esos alumnos. De nueve a dos, con una hora de patio intermedia, ya tenemos todas las necesidades de aprendizaje de los chavales cubiertas.
Ahora bien, ¿debemos dedicarnos solo a lo anterior? No, hay otras cuestiones básicas para ser tratadas en educación. Deporte, arte, música, etc. Por tanto, ¿por qué no abrir por las tardes esos centros educativos de Primaria y ofrecer, por parte de los profesionales que saben del asunto (los maestros especialistas en las mismas), ese tipo de cosas. Dos horas diarias por la tarde, que acabarían a las cinco de la tarde y evitarían que ninguno de los chavales tuviera que hacer actividades extraescolares. Lo siento por los que ofrecen esos servicios pero, en una concepción global del aprendizaje como es la que tengo, no es malo ofertarla a todos los alumnos. No solo a los que puedan permitírselo económicamente. Por eso tengo claro y meridiano que de tres a cinco los centros educativos deberían estar abiertos para ofrecer extraescolares pedagógicamente dirigidas por profesionales. Pintura, baloncesto, danza, música, etc. Escuelas de música y Conservatorios dentro de los centros educativos, instalaciones deportivas de calidad en esos colegios de Primaria (también en los centros de Secundaria, aunque no lo mencione posteriormente), etc.
Una vez cambiado el currículum de Primaria, empezando de forma paulatina por dos cursos a la vez, en tres cursos podemos empezar con la ESO. Una ESO que dividiría en dos partes muy diferenciadas: primero y segundo en pack, con unas necesidades de alumnos similares y, una segunda parte formada por tercero y cuarto.
En Primero y Segundo de la ESO tengo claro que debería trabajarse por proyectos. Por proyectos dentro del aula (porque, al igual que en Primaria, considero que no debería haber trabajo para los alumnos fuera del horario lectivo). En este caso, el modelo ya sería más específico, porque se supone que las habilidades y aprendizajes adquiridos en Primaria ya no necesitan reforzarse. Va, voy a dar un margen de un par de semanas para que recuerden y se pongan al día pero, por suerte, esos aprendizajes básicos que propongo, al igual que ir en bicicleta, no se olvidan con facilidad. Son perdurables a lo largo del tiempo. Algo que resulta muy interesante para futuros aprendizajes.
¿Qué propuesta hago para los dos primeros cursos de la ESO? Proyectos interdisciplinares, con aparición de todas las disciplinas, en los que haya posteriormente a los mismos una valoración del aprendizaje adquirido. No se pueden hacer proyectos por hacer proyectos (que es lo que sucede habitualmente, incluso por parte de algunos que venden sus proyectos como sanctasanctórum). Proyectos que deberían realizarse a lo largo de tres semanas y que permitieran, en cada uno de ellos, una semana de evaluación posterior. Así pues, para nueve meses reales de clase, tenemos un total de nueve proyectos (o nueve asignaturas implicadas sobre las que recaería «el trabajo» de los mismos).
Y no, no debemos de dejar ni las actividades deportivas ni la música. El trabajo gráfico y visual puede integrarse dentro de los proyectos. Por eso creo que hay suficiente con un modelo 3+2 (dos horas de proyectos y dos de actividades deportivas más música). A ver, resumo mucho el tema de lo deportivo y lo musical pero intento decir que, tanto lo que implica la educación física como la educación musical (amén de la visual integrada en los proyectos) son tan importantes como el aspecto más academicista de los mismos. Los proyectos deben ser exigentes. No me valen los proyectos de chichinabo para cubrir el expediente. Requiere, eso sí, mucho trabajo colaborativo y cooperativo de los docentes. Es que lo de trabajar como islotes, al menos hasta los doce años de nuestro alumnado, es un poco incongruente. Ale, ya lo he dicho.
En tercero y cuarto de ESO es donde tengo mis grandes dudas. Si fuera por mí, ya una vez superadas las etapas anteriores, mantendría el modelo de asignaturas actual, reduciendo su número, pero sin ningún tipo de optatividad. Sé que estoy diciendo algo que no gusta, pero creo que aún son pequeños (ya sé que algunos/as son más altos que yo -bueno, más que yo no, pero más que alguno de sus profesores sí-), para saber qué quieren hacer en su futuro. Bueno, seguro que hay excepciones que ya saben qué quieren ser desde el destete pero, como son un porcentaje ínfimo, nos podemos arriesgar a hacer un currículum común.
El currículum de tercero y cuarto debe ponderar correctamente los aprendizajes científicos y humanísticos. Historia (con pinceladas de Geografía avanzada -la básica ya habrá ido a los proyectos de primero y segundo de ESO), Matemáticas, Pensamiento Científico (incluye toda la parte científica, en todas sus formas, de los aprendizajes), Lengua y Literatura (de la oficial y la cooficial en los territorios que la tengan), Lengua Extranjera, Cultura Clásica y Tecnología (incluye tanto la Tecnología como la Informática, con todos sus avances) y, una asignatura que combine Arte, Educación Física y Música. No pongo la carga horaria porque, aunque yo considere que todas tengan que tener la misma importancia -y para mí la tienen-, siempre puede haber algunas características del alumnado que haga modificable esa carga lectiva.
Alucina vecina… «y, una asignatura que combine Arte, Educación Física y Música».