Reflexiones acerca de los “colegios gueto”

Estos días, quizás para vender la LOMLOE o usarse como gancho electoral para unas elecciones que, en mi opinión, ya empiezan a ser muy cargantes, se ha vuelto a mediatizar el tema de los “colegios gueto”. Esos colegios que acogen una gran cantidad de alumnado de bajos recursos, casi todos de gestión pública y situados, en su mayor parte, en determinadas ciudades y barrios muy concretos.

Pues voy a ser incorrecto. Totalmente incorrecto con un tema que, de imposible solución a corto y medio plazo, tiene muchas aristas que algunos olvidan. Y la primera es que la configuración de la ciudades, junto con el precio de la vivienda, han hecho que determinados barrios se hayan ido degradando. Bueno, algunos ya se crearon totalmente degradados pero desde los años sesenta han ido incrementando esa degradación a marchas forzadas. Algo que ha hecho que los que pudieran huyeran de ahí. O, simplemente, ha juntado a gente con intereses comunes de todo tipo en los mismos. Hay gente que jamás se iría del barrio de La Mina ni de las Tres Mil. También hay familias que, ni que pudieran, se largarían de la Cañada Real. Es muy triste pero la gente se siente bien con los “suyos”.

Hay barrios que algunas etnias se han hecho suyos. Hay bloques de viviendas que, curiosamente, han acabado habitándose por el mismo modelo de familias. Es selección natural. Al final uno se reúne con los suyos. Por mucho que en la escuela obligáramos a mezclar a los chavales, ellos mismos se acabarían segregando. Si incluso sucede en los propios centros. A ver, ¿con cuántos de vuestros amigos o conocidos, de nivel socioeconómico y/o sociocultural diferente al vuestro, seguís hablando pasados los años? Pues con muy pocos en caso de hacerlo con alguno. Al final nos juntamos por afinidades. Es un tema social. Algo en lo que poco puede hacer la escuela. Sí, por mucho que algunos crean que hay varita mágica, la segregación no cambia si no cambiamos el modelo social y, sin ninguna duda, el modelo urbanístico.

Los padres no llevan a sus hijos a determinados centros educativos con el objetivo básico de que no se mezclen con otros. Los padres, normalmente, llevan a sus hijos al colegio más cercano a sus domicilios (sí, si uno vive en un determinado barrio, prefiere llevarlo al colegio del barrio). Y, en caso de tener varios centros educativos en el barrio, van a llevarlo al colegio donde están estudiando los hijos de sus amigos y conocidos. Con independencia de la titularidad del centro. Algo que hace que se generen colegios gueto. Si queréis después entramos al filtro de las cuotas pero, es que siendo claros, la extinta clase media siempre va a mezclarse con sus ídem. Al igual que lo va a hacer la clase alta y la clase baja. Otra cuestión sería que algún alumno no pudiera ir al centro educativo que desean sus padres por el tema de la cuota. Pero eso sabemos todos, por mucho que estemos en contra de la concertada como modelo, que no es la  mayor causa de la guetización.

Cuando uno viaja por el mundo se da cuenta que, alrededor de las grandes urbes, siempre se hallan barrios degradados. Barrios con vivienda más barata que acaba siendo comprada por personas con un nivel adquisitivo más bajo. A ver, que solo hemos de mirar qué pasa en nuestras ciudades y ver como, en función de la tipología de los que alquilan o compran ciertas viviendas, qué pasa con esas fincas. Ojalá no fuera así pero, por desgracia somos todos unos clasistas y queremos vivir “con los nuestros”. Algo que repercute en la existencia de colegios gueto. Por cierto, lo de la guetización de las ciudades es algo que viene de hace muchos siglos (barrios judíos, barrios de pescadores, barrios europeos fuera de Europa, etc.). Y si no arreglamos eso es imposible solucionar lo de los centros gueto.

Obligar a que alguien lleve a su hijo a un centro fuera de su barrio, aparte de ilegal mientras haya plazas, es totalmente estúpido. Por mucho que pagáramos un servicio de transporte para distribuir equitativamente en función de la renta familiar a todos los alumnos de todos las ciudades de más de 20.000 habitantes (que es, donde más tiene efecto esa guetización educativa), lo haríamos a espaldas de lo que quieren, tanto los que viven en un determinado tipo de barrio como en otro. Y acabaríamos perjudicando a todos los chavales con el pifostio que lo anterior conllevaría.

Es una pena pero no se me ocurren ideas rápidas para eliminar los “colegios gueto” de un plumazo. Lo único que se me ocurre es que alguien diseñe un plan urbanístico a largo plazo, meta mano al precio de las viviendas y se vigilen ciertas prácticas que hacen en algunos centros educativos. Prácticas de selección en la matrícula que, por ahora se hacían solo en los concertados y que, ahora, también están empezando a hacer algunos centros públicos. Todo es muy complicado. Mucho más que un titular en prensa o soluciones de barra de bar.

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2 comentarios

  1. Buenos días Jordi.
    No estoy de acuerdo con lo de la cuota. Creo que es un catalizador muy importante, además de injusto.
    Estoy de acuerdo con que las familias “por selección natural” van a intentar juntarse entre las de su misma clase social y/o afinidades”. Pero que lo hagan con sus propios recursos. No con dinero público.
    Una pequeña cuota en un colegio concertado es una barrera de entrada perfecta a ciertas familias.
    Si yo llevara a mis hijos a un concertado y me pidieran 60 € al mes de cuota “voluntaria” sería algo asumible para mí. Para otras familias no. Esas cuotas más bien bajas se pueden pedir porque son concertados.
    A los ricos de verdad les da igual los concertados, porque los llevan a privados de verdad, 500 al mes por niño.
    Cada uno con su dinero que se segregue como le de la gana. Pero no podemos permitir que con dinero de todos los padres busquen segregación.
    Un saludo.

    1. En ningún momento creo que me he posicionado a favor de la cuota ni de la subvención pública a centros privados. Si me lees por aquí o por las redes ya sabrás mi opinión acerca del asunto. Pero el debate que planteo va muchísimo más allá de lo anterior porque, al final, si no eliminamos las causas, da igual las medidas puntuales que podamos plantear para revertir esta segregación.

      Saludos.

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