He escrito en numerosas ocasiones en este blog acerca de cosas que, publicadas alegremente en las redes sociales por parte de algunos docentes, no pueden hacerse. No soy el malo de la película por recordarlo. Simplemente, y aunque algunos justifiquen por activa y por pasiva sus publicaciones en sus redes personales, hay cosas que legalmente no pueden publicarse. Hay cosas que solo pueden publicarse, o bien en las páginas web de los centros educativos, en repositorios que habilite vuestra administración educativa o en redes sociales validadas por la misma. Las imágenes de vuestras aulas -ya no digamos las de vuestro alumnado- no os pertenecen. Ni que seáis docentes que deis clase a mayores de dieciocho años, algo que incluye también a la Universidad. No podéis publicar vuestra clase haciendo bailes con vuestro alumnado de Pedagogía, ni celebrando vuestro cumpleaños, cuando dichas imágenes se están tomando en un centro educativo.

No podéis publicar exámenes que ha realizado vuestro alumnado por mucho que le quitéis el nombre. No podéis comentar el chascarrillo que os pasado en vuestro centro educativo. No podéis exponer datos o indicios que permitan, de forma sencilla, saber a quién o a quiénes os estáis refiriendo. Recordad que estoy hablando de vuestras redes sociales y no de las que se habilitan, en algunas Comunidades, por parte de los centros educativos. Redes sociales que deben estar autorizadas, en caso de centros públicos, por el responsable de protección de datos de la administración educativa. Y no, no es el director. En caso de centros privados, el responsable de protección de datos sí que puede serlo. Puede ser él o el propietario del centro. Todo es cuestión de ver cómo han desarrollado la normativa. Eso sí, tienen que tener un encargado de protección de datos localizable y que se pueda consultar por parte de las familias que llevan a sus hijos a esa tipología de centros educativos.

Sé que algunos no serían nada sin publicar imágenes de su alumnado, su actividad descontextualizada o, simplemente, sacar pecho diciendo todo lo que funciona mal en su centro educativo. El problema es que esto es información y datos que deben seguir unos cauces normativos. E insisto… no es culpa mía que no podáis difundir alegremente lo que hacéis en vuestras aulas. Ni tampoco hay normativa que os impida difundirlo. Eso sí, como he dicho al principio, o bien por la web de centro, o bien por una red social aprobada por el responsable de protección de datos. Jamás por vuestras redes sociales privadas.

Sé que me vais a permitir un inciso. No podéis usar laboralmente ninguna plataforma que no os haya dotado la administración educativa. Por ejemplo, si en vuestra Comunidad hay un convenio con Microsoft, no podéis usar Gmail para enviaros correos. Al igual que si la administración ha firmado un convenio con Google y no con Microsoft. Entonces solo podéis usar Gmail para comunicaros. Eso sí, una cuenta de correo profesional de la que os dota vuestra administración educativa. No la de ir por casa. Al igual que tampoco, como es lógico, podéis pasar notas de alumnado por WhatsApp o tener grupos de trabajo en esa plataforma en los que se intercambie información privada de vuestro alumnado (sea administrativa o comentarios de algún tipo). ¿Podemos usar Canva o Genially os preguntaréis? Pues vosotros, como docentes, si no ponéis ningún dato ni obligáis al alumnado a que las use, ningún problema. En caso de quererlas usar con el alumnado y que el mismo se identifique en las mismas, deberéis hacer la consulta pertinente acerca de qué herramientas se os permiten y cuales no. No sois expertos en protección de datos. Por eso contar con el asesoramiento de los que saben.

Y sí, sí que me apetece que se difundan los grandes proyectos que se hacen en los centros educativos. Pero lo único que quiero es que se difundan siguiendo lo que marca la normativa. Algo que va a a implicar, no solo que se haga difusión. Implica que el docente que publica ciertas cosas está cubierto legalmente. Si lo hace en sus webs o redes sociales personales está, vuelvo a repetirlo, incurriendo en una infracción que, como he avisado en alguna ocasión, puede acabar con más de uno delante de un juez ya que las familias cada vez se preocupan más de qué datos se publican de sus hijos.

Nada más que recordaros algunos artículos que ya he escrito sobre el tema. Artículos que, seguramente, tienen una mejor redacción que este que tenéis en vuestras manos pero, por la importancia que supone el tema, creo que es algo que conviene recordar en días como hoy. Hacer las cosas bien es igual de fácil (o difícil) que hacerlas mal.

Los centros educativos están formados por personas heterogéneas. Todas sois importantes. Aportad, criticad y haced lo posible para formar comunidad. Eso, al final, es lo que va a repercutir en mejores aprendizajes para vuestro alumnado y, cómo no, para el buen funcionamiento del centro educativo. Mucha suerte y… ¡a por ello! Sois, junto con el alumnado y las familias, la clave de todo.


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