En el día de ayer ya desgrané la primera parte de las que, al menos para mí, serían unas propuestas interesantes para mejorar la educación valenciana (enlace).
Como he dicho en numerosas ocasiones, soy más de proponer cosas que de criticar aunque, por desgracia, sean tantas las veces en que la administración educativa hace las cosas mal que haga salir más veces la faceta crítica que la de propuestas.
Bueno, sin más preámbulos, voy a escribir la segunda tanda de propuestas, hasta llegar a las 50, que creo que podrían darle un meneo a la calidad del aprendizaje que recibe nuestro alumnado. Vamos a ello.
- Establecimiento de complementos salariales para las tutorías y determinados órganos de coordinación. Especialmente, tanto a nivel de coordinación TIC, coordinación de actividades o cualquier otra que, sabemos bien, que la reducción horaria no compensa el trabajo que se realiza.
- Obligatoriedad de que el profesorado definitivo de los centros imparta, como mínimo, alguna clase en los grupos más complicados, sea a nivel de incorporación a nuevas etapas educativas o por la casuística del alumnado que los realiza (léase primero de Primaria, primero de ESO, PMAR, etc.). Ojo, dicha obligatoriedad debe ser parcial porque tampoco es cuestión de que, personas con experiencia, vean penalizada su labor profesional por asumir esos grupos. Relacionado con lo anterior, Bachillerato debe ser impartido también por profesorado definitivo de los centros educativos.
- Establecimiento de un modelo trimestral de intercambio de puestos docentes para el profesorado entre diferentes centros educativos.
- Incorporación de auxiliares de conversación por defecto en todos los centros educativos, tanto de Primaria como de Secundaria (incluyendo centros integrados de Formación Profesional).
- Creación de un carnet en formato digital que permita, de forma muy sencilla, identificarse frente a la administración educativa para la realización de todos los trámites. Este carnet debería darse a todo el alumnado (a sus familias, en caso de ser menores de edad) y a todos los docentes. Debería poder incorporarse, al igual que sucede con las tarjetas bancarias, en una app.
- Revisión completa de las plantillas docentes de los centros educativos para, de forma rápida, proceder a regularizar las mismas y conseguir, sacando todas las plazas al concurso de traslados, mantener las plantillas estables. Con plantillas estables es mucho más fácil realizar proyectos a medio y largo plazo.
- Reformulación de los órganos de coordinación en los centros y establecimiento, por parte de la administración, de una regulación propia de los mismos (con nuevas atribuciones y devolviendo el poder pedagógico y de selección de las direcciones a los Claustros).
- Creación de un modelo paralelo de formación para las familias. Especialmente para aquellas familias vulnerables. Debe dejarse en manos de los profesionales de la educación la formación de las familias de alumnado que acaba de aterrizar en nuestro sistema educativo o que tiene lagunas de diferentes tipos. Y dicha formación debería realizarse en los centros educativos. No en instalaciones de los ayuntamientos o de empresas privadas.
- Revisión del modelo de dietas para el profesorado que acompañe al alumnado a salidas extraescolares. Añado aquí la revisión completa de las actividades extraescolares que se realizan en los centros educativos por parte de inspección. No me estoy refiriendo a una revisión ideológica, me estoy refiriendo a una revisión a nivel de tiempos y necesidad de esas salidas. Las extraescolares debería autorizarlas la administración educativa y ser enviadas por los centros educativos a principio de curso mediante un trámite electrónico muy sencillo.
- Establecimiento de un sistema de comunicación eficaz entre docentes, alumnado y familias con la administración educativa. En el caso de la Comunidad Valenciana el poder contactar con alguien de la Conselleria es misión imposible. Nadie te coge el teléfono y nadie responde a los correos que envías.
- Publicación en abierto de la situación económica de todos los centros educativos sostenidos o financiados parcialmente con dinero público, mediante informes semestrales.
- Incorporación de un servicio de atención psicológica, con personal especializado, dependiente de la administración educativa, para alumnado y docentes.
- Eliminación del modelo de tutorías actual para pasar a un modelo de mentorización que, dividiendo el número de alumnado por el número de docentes del centro, hiciera que todo el profesorado se hiciera cargo, a lo largo de toda la etapa, del mismo alumnado.
- Potenciación de las bibliotecas escolares. Creación de un cuerpo de bibliotecarios escolares que se encargarían de gestionar varios centros educativos y asesorar a los docentes que las usen con su alumnado.
- Desagregación de los centros educativos de FP de los que imparten ESO y Bachillerato.
- Reformulación de toda la Formación Profesional, estableciendo ciclos medios menos especializados y con la posibilidad de que los ciclos superiores se realicen de forma mixta entre centros educativos específicos de FP y la Universidad.
- Creación de una agencia de evaluación educativa. En la primera parte de las propuestas hablé de la necesidad de “evaluar”. Ahora incluyo la necesidad de tener una agencia específica, con especialistas en investigación, que realicen esa investigación de los aprendizajes del alumnado. De los aprendizajes del alumnado, de las situaciones de partida, de las prácticas metodológicas, etc.
- Establecimiento de espacios de trabajo para el profesorado dentro de los propios centros educativos. Recuperación del espacio dedicado a los Departamentos en Secundaria. Y, como es lógico, dotación adecuada de equipamiento material y tecnológico para realizar el trabajo.
- Eliminar la repetición estableciendo la posibilidad de agrupamientos curriculares individualizados al margen de la edad fisiológica del alumnado.
- Establecimiento de un plan de choque en Primaria que es donde todas las investigaciones dicen que se fragua el fracaso educativo.
- Mejora del sistema de atención informática, tanto al profesorado, como al alumnado y a sus familias. Mejora de la atención técnica a los centros educativos para que el coordinador TIC pueda empezar a realizar su función: que es la de animar y ayudar en el uso de las TIC a sus compañeros. No arreglarles el proyector. Se ha mejorado mucho en los últimos tiempos, pero tiene un amplio margen de mejora.
- Establecimiento de sistemas de comedor escolar sanos y saludables al margen de las macroempresas de cátering.
- Dotar de autonomía de centro para que el mismo, al igual que sucede en otras Comunidades, pueda realizar determinado tipo de contrataciones (como pueden ser la del personal de limpieza o el servicio de cafetería). En la Comunidad Valenciana dicha contratación se realiza por parte de la administración y eso hace que, en ocasiones, nadie revise esas adjudicaciones ni si se cumple correctamente el servicio contratado.
- Incorporar, por defecto, determinadas actividades extraescolares de forma gratuita, a todo el alumnado que esté estudiando en centros de jornada continua. Esa realización de actividades extraescolares sería voluntaria para el alumnado, pero de oferta obligatoria por parte de la administración.
- Ponerme a mí de Conseller de Educación.
Más allá de la ironía del último punto, ya veis cuáles son las primeras 50 propuestas que se me pasan por la cabeza para mejorar la educación de mi Comunidad. Adaptables y configurables para cualquier administración educativa.
No dudéis, como digo siempre, en criticar lo que escribo o aportar vuestras propuestas. Eso sí, dudo mucho que alguien de los que van a entrar en nada lo lea pero, por si acaso…
Disfrutad del domingo. Ya queda nada, para aquellos que nos dedicamos a la docencia, de empezar a asomar las lorzas en la playa o empezar a sacar fotos, como si no hubiera un mañana, en esas vacaciones que, al final, acaban siendo de todo menos culturales. Un abrazo.
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Eliminar la renovación automática del director es una medida esencial para devolver la soberanía al claustro.
Comparto. Los mandatos deberían ser para cuatro años, con evaluación exhaustiva a los dos y establecimiento de un nuevo proceso de selección de las direcciones (no renovación) al finalizar el mandato. Un saludo.