Después de leer sobre la posibilidad que alguno de esos lagartos de V se acostara con muchas de las madres de nuestros alumnos, y así conseguir ese cerebro reptiliano sobre el que algunos personajes sin escrúpulos, relacionados más o menos directamente con el ámbito educativo, como por ejemplo los chiringuiteros del DUA, fabulan en sus maravillosas disertaciones, a uno no le queda más que expresar el picapiedrense yabadabadú.

Bueno, también podría expresar lo mismo para hablar acerca de aquellos docentes que critican la clase tradicional por ser zona de confort y huyen desesperadamente del mismo. Supongo que, una vez asumida la zona de confort en sus nuevas estrategias metodológicas (Flipped, gamificación o, alguna de las otras metodologías que hoy molan) volverán a necesitar la incomodidad volviendo a la tiza. O, yendo aún más lejos en su inconformismo pedagógico continuo, a la vara de avellano. Bueno, vale eucaliptos por tema de repoblaciones y facilidad de adquisición. Si no fuera así estarían incumpliendo su principio básico: estar incómodo dando clase. Bueno, eso siempre y cuando no se piren del aula para evangelizar pingüinos a 3000 euros la charla de cuarenta y cinco minutos. Tarifa básica de buenos gurús.

Entre esto y la resistencia de la ESO en incorporar la innovación, según un edubarómetro que hicieron hace un tiempo, diseñado para que los docentes sean dirigidos en la respuesta a sus preguntas y, gestionado por esa fundación omnipresente en Cataluña con grandes lazos políticos, supongo que ya podemos volver a vocear nuestro grito de guerra: Yabadabadú. Por cierto, el grito de guerra, mola. Por eso, a partir de ahora va a ser ese hashtag tan necesario para decir que lo que tuitean algunos o publican en sus blogs, salen en los medios o, simplemente, se fabula sobre educación. Siempre, claro está, que los algoritmos del equipo de becarios de Musk lo permitan.

Ya, una recomendación a los que aún os queda un poco de sentido común (que creo sois la mayoría). Si encontráis algo en las redes jugoso, inconsistente y con un tufillo a eso que sale por el ojete de todo tipo de animales, usadlo. Y no olvidéis la tilde en la u final ya que muchos se quedan sólo en eso. Bueno, la tilde en sólo tampoco es muy lícita pero, como digo siempre, yo escribo al igual que muchos, como me sale, me enseñaron o mi rebeldía impele. Algo diferente de escribir ese ha que duele tanto a los ojos sin hache.

Lo mejor para pasárselo bien es cachondearse de determinados personajes. Más aún hacerlo con gracia. Les jode. Bueno, les jode aún más que en sus auditorios el porcentaje de sillas vacías cada vez sea mayor. Así que, cuando os hablen de cuencos tibetanos para la bioneuroemoción de vuestros alumnos, un docente titulado en Magisterio -o imparta clase en Secundaria- se autoconvierta en experto en neurología (bueno, en ese caso neuromandangas), alguien os diga que con un método que obliga a trabajar cien horas semanales vuestros alumnos serán más felices o, simplemente, un mago se pone a partir un libro de texto en dos después de haber explicado a sus alumnos que la tierra es plana… soltad vuestro grito de guerra: Yabadabadú. No sé si servirá de mucho pero, como mínimo, algunos sabrán que otros no nos callamos y que, campar por determinados lugares diciendo chorradas, tiene su coste. Lo sé, tiene el mismo valor que un change.org pero, ¿no me digáis que como iniciativa no os gusta?

Yo hoy que, por desgracia, debo pegarme con una impresora 3D que ha dejado de comportarse como dicen los que nos la vendieron, voy a usarlo bastante. Además lo voy a hacer en voz alta. Lo de ciscarse en deidades varias y gurús educativos ya está muy demodé. Hoy le toca al Yabadabadú. Al menos por unas horas. Que empiece el juego…

Como estoy haciendo en los últimos artículos, os recomiendo mi nuevo libro sobre educación para mayores de dieciocho, “Educación 6.9: fábrica de gurús”. Lo podéis adquirir aquí (en versión digital o papel) o en ese pop-up tan molesto que os sale. Y sí, me haría mucha ilusión que fuera uno de los diez libros más vendidos sobre educación este curso. 😉


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