Hace muchísimo tiempo que no entro en dimes y diretes en este blog. Los que os pasáis habitualmente por aquí sabéis que, aparte de huir del debate con determinados perfiles, también me he convertido en alguien que habla cada vez menos de temas y cuestiones que solo interesan a aquellos que quieren jugar al relato, manipulando datos o, simplemente, convirtiendo la educación en un lodazal en el que los seres de luz, aparte de controlar los medios, juegan al señalamiento, acoso e insulto al divergente.

Pero hoy sí que me apetece comentar el último manifiesto de un medio de comunicación (enlace), como la mayoría, muy sesgados en su visión educativa, en el que habla de la necesidad de calmarse y dejarse de los debates chuscos para que, según ellos podamos avanzar en la mejora educativa.

Nada que discutir en cuanto al manifiesto. Toda la razón en que la comunidad educativa es plural, en que la inmensa mayoría de la comunidad educativa trabaja de forma fantástica para mejorar el aprendizaje del alumnado, en que la crítica no debe hacerse desde el insulto y en que hacen falta análisis rigurosos, tanto de la situación actual, como de las investigaciones que se están realizando. Yo podría ser uno de los que lo firmara, pero…

Sí, hay un pequeño pero para que pueda estampar mi firma en un manifiesto como el anterior. Y el pero, quizás menos pequeño de lo que he insinuado, se refiere al artículo asociado al manifiesto (enlace).

No voy a firmar ningún manifiesto que señale a personas. No me parece que un manifiesto para un debate responsable y respetuoso deba poner el dedo acusador en nadie. Podemos estar de acuerdo en parte, todo o criticar las formas de cualquiera pero, lo que jamás podemos hacer es proceder, menos desde un medio de comunicación, a tirar beef (como dicen ahora) a una persona que plantea, de forma más o menos racional sus argumentos. Y a mí que un manifiesto para pedir respeto empiece faltando al respeto a alguien me da que no es demasiado respetuoso.

No es en las últimas semanas cuando se ha instalado esta virulencia verbal, la falta de formas y la desinformación. Son ya algunos años en los que estamos viendo y en lo que, de forma inconsciente nos hemos visto trasladados algunos, en los que hay una gran cantidad de insultos a los que piensan de forma diferente. El problema es que da la sensación de que, curiosamente, hay virulencia verbal, falta de formas y desinformación que, por ser ideológicamente afines a determinados partidos políticos, parece que sean disculpables. No he visto ninguna línea en este medio en la que cuestione a aquellos que solo viven del insulto y la difamación en las redes sociales. Bueno, más bien he visto que son, curiosamente, los que más líneas escriben en el mismo. Y esto no funciona así. Menos aún si lo que se pretende es un debate sano entre posiciones diferentes. Repito, si es esto lo que se pretende. Si lo que se pretende es aislar a todos aquellos que, siendo mayoría en los centros educativos, tienen una visión de que algo no funciona bien, el trabajo se está realizando muy bien.

Ignorar el malestar educativo no es de recibo. Mirar a otro lado cuando todas las pruebas, tanto internas como externas, hablan de que tenemos problemas educativo, es manipular cualquier tipo de debate. Y posicionarse a favor de determinadas asociaciones y empresas privadas, tal y como se hace en ese artículo, hace que todo lo que se plantea deje de tener sentido.

Por cierto, ¿de verdad un medio de comunicación cree que el debate en las redes sociales, efectuado por cuatro que, en la mayoría de ocasiones, solo trabajan escribiendo mensajes en las mismas, es algo que hace una pulsión de lo que está pasando en los centros educativos, resuelve los problemas del alumnado o tiene algún tipo de importancia en esa aula que algunos hemos pisado a lo largo de muchísimo tiempo?

Otro detalle que también me chirría es que hablen de las cuatro entrevistas que han concedido al docente que insinúan que no deberían jamás haberse producido. ¿Está diciendo un medio de comunicación que se debe silenciar al que no piense de una determinada forma? Es que si están insinuando lo anterior, es muy grave. Un inciso… las líneas editoriales de los medios deciden, al ser empresas privadas, a quién entrevistan. Por suerte hay pluralidad ideológica. Si no fuera así, sería muy triste el leer solo la misma versión, en muchas ocasiones intoxicada o intencionada, de una realidad concreta.

Sacar unas frases y descontextualizarlas tampoco dice mucho positivo de un debate educativo que pretende ser respetuoso. Cualquiera podría coger cosas que todos hemos dicho, aislarlas del contexto y hacerlas pasar, de forma interesada, por lo que no son. Esto no es periodismo. Esto es manipulación. Y se entiende que lo hagan las personas a nivel individual. Otra cuestión es cuando lo hacen los medios de comunicación. Ahí la ética profesional corre un tupido velo.

Sigo con el tema de Innovamat, una empresa que ha vendido a la mayoría de centros educativos catalanes, un modelo para aprender matemáticas que está siendo muy criticado por un nutrido grupo de familias y docentes. Parece ser que no se puede cuestionar a la empresa porque la misma ha sido fundada por dos doctoras en didáctica de la matemática. Si hay doctoras en didáctica de la matemática, docentes de esa especialidad o que llevan impartiéndola muchos años o, simplemente, investigaciones que cuestionan ese modelo para aprender matemáticas, ¿hace que dicha crítica a Innovamat no deba existir? Yo creo que es sano criticar lo que se está implantando en educación. Y, reitero mi opinión… creo que la crítica debe existir a todos los niveles.

Me sorprende mucho la defensa a ultranza de Innovamat. Puede haber defensores y detractores del producto, pero la simpleza de su defensa por parte de este medio me hace plantearme ciertas cosas. Eso sí, seguro que son solo casualidades que en un artículo para defender un debate educativo respetuoso aparezca esta empresa y se defienda de forma tan parcial diciendo que todas las críticas al programa son «alejadas de la realidad». La independencia informativa en su máximo esplendor.

También me sorprende el comodín de la ultraderecha para todo lo que no comulgue con la línea editorial. Todo es ultraderecha. Plantearse que hay problemas educativos en Cataluña es ultraderecha. Cuestionar un determinado producto educativo es ultraderecha. Criticar el modelo educativo que venden de la Fundación Bofill es ultraderecha. Reducir el debate a que todos los que no piensan como uno son ultraderecha es muy triste. Pero bueno, ya lo estamos viendo ahora con la migración ¿masiva? de perfiles educativos de X a Bluesky. X era bueno cuando censuraba determinados perfiles, incluyendo el del presidente electo de Estados Unidos. Ahora, cuando no censura ningún perfil, es malo. Bluesky es bueno porque es de izquierdas. La verdad es que este reduccionismo es absurdo ya que creo que todo es mucho más complicado.

Si me permitís voy a incluir en este artículo, que ya se me está haciendo largo, las críticas a las interpretaciones rápidas de PISA. Bueno, se critica a los que se han leído PISA y saben que PISA está diciendo que tenemos problemas en competencias en lectoescritura y matemáticas. Lo importante es que no nos cuestionemos lo bien que va el sistema educativo. Salvo, claro está, cuando en alguna Comunidad no mandan los que «deben mandar». Entonces sí que podemos criticar lo que sea. Pasa ahora con la LOMLOE. Pasó en su momento con la LOMCE. Seguramente pasará en un futuro con la nueva ley. Tendrá, aunque diga lo mismo, sus detractores o «aplaudidores» porque la habrán hecho los suyos. Es muy triste reducir un debate educativo a un debate ideológico. Pero bueno, existe libertad de hacerlo y, a diferencia de este medio que insiste en no dar voz a los que piensan de una determinada forma, hay otros que sí que creemos en que todo el mundo tiene derecho a expresarse. Algo que implica que todos tenemos derecho a cuestionar lo que se dice. Libertad por ambos lados. Lo sé. Permitir que todo el mundo, con independencia de su ideología, pueda decir lo que le parezca, es muy facha.

Siempre hay quienes defienden un modelo educativo a base de bulos interesados y visiones puramente ideológicas. Después están/estamos la mayoría que, por desgracia, intentamos aislarnos del ruido que algunos hacen, amplificado por determinados medios, en los que la búsqueda de un debate respetuoso en educación lo único que busca es callar a las voces que discrepen con los que algunos plantean.

Se me ha ido la mano escribiendo pero a las cinco y media de la mañana qué queréis. Bueno, esa es la excusa. La realidad es que ya sabéis que no doy para más.


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