Hoy me he levantado raro. Hay días en los que, por determinados motivos, uno se levanta de esta forma. Hay días en los que, por desgracia, hay más sombras que luces. Hay días en los que, como todos sabemos, el empezar a moverte, especialmente a una cierta edad, tiene más de apurado del jamón que de empezar a cortar la primera capa. Pero bueno, esto intuyo que no es relevante para los que os pasáis por aquí. Y mucho menos para aquellos que, leyendo el título, buscan una respuesta a la pregunta planteada en el mismo.

Voy a defraudaros. No tengo una respuesta estándar. No tengo una respuesta que pueda ser avalada mediante evidencias. No tengo una respuesta más allá de experiencias previas e ir viendo, siempre desde mi óptica sesgada, determinados debates educativos, amén de la aparición de nuevas herramientas de IA cada vez más potentes. Algo que me permite exponer qué podemos intuir acerca de su afección en el sistema educativo.

En primer lugar conviene recordar que la IA, especialmente el modelo de IA generativa, que es el que sirve para lo que hacen los usuarios «más mundanos» y que, al final, va a ser el uso habitual de los docentes y del alumnado, no es nada más que un facilitador de determinadas tareas. Hace mucho más fácil que el alumnado pueda entregar un trabajo que, en lugar de ser copiado, sacado del Rincón del Vago (que no sé si todavía existe) o hecho por sus familias, sea realizado por alguna de esas aplicaciones de IA que pululan por ahí. Y hace mucho más fácil que sea imposible realizar una detección fehaciente (con pruebas) de esa copia. Hace también mucho más fácil que determinados docentes, en lugar de copiar la programación de las editoriales, puedan hacerla con una de esas herramientas. Ya no digamos la cantidad de materiales educativos que pueden llegar a elaborar de una manera muy sencilla. Sí, nada nuevo bajo el sol. Ningún cambio relevante, salvo la herramienta, de lo que nos encontrábamos hace veinte, treinta o cuarenta años. Bueno, la herramienta es mucho más fácil de usar y más accesible.

Por tanto, la respuesta por mi parte sería NO. La IA no obliga a replantearse el modelo educativo. Los deberes siempre se han podido hacer por parte de terceros. Los trabajos, ya sabemos, que también. Y el enfrentarse a un aula, tanto por parte del alumnado como del profesorado, dentro de sus roles, va a ser exactamente el mismo. No hay cambios. Uno debe dominar la materia que imparte y saber gestionar el aula. Un alumno debe aprender para poder, salvo que haya algún «iluminado» que deje toda la evaluación a un producto que pueda hacerse por IA, superar las pruebas que se le planteen. Una herramienta de IA no facilita el poder copiar más. Facilita solo cuestiones que no son controlables desde el aula.

Entonces por qué ha aparecido tanto defensor de que debemos de reformular todo el modelo educativo debido a la IA. Pues por lo de siempre. Hay algunos que proponen innovaciones por encima de las necesidades de innovar. Además, no lo olvidemos, hay un discurso que siempre potencia la herramienta frente al uso de ella. Incluso se buscan, como en el caso de los móviles, miles de argumentaciones más o menos elaboradas, para que su implantación en los centros educativos se convierta en una obligación. Lo sé. Vende muy bien decir que la educación va a cambiar por la IA. Mezclas una novedosa herramienta con las ganas de algunos de vender otro modelo educativo. El problema para ellos es que esto no funciona así.

Las herramientas que conforman todo lo que se relaciona con la IA son muy potentes. En el ámbito educativo tienen sus limitaciones pero, en este caso sí que estoy convencido, a pesar de mis dudas iniciales, que pueden llegar a facilitar muchas cosas. Y además creo que es importante que los docentes conozcan las herramientas de IA, sepan usarlas y tengan una visión ética del asunto. Pero, más allá de eso, ya os garantizo que la IA no va a cambiar el modelo educativo. Va a facilitar, como he dicho antes, determinados procesos relacionados con el sistema educativo. Algo que permitirá, quizás si es bien gestionada, disminuir los tiempos dedicados a ciertas cosas transversales (entre ellas la burocracia). De ahí a revolucionar la educación, planteado de forma muy agresiva por algunos, va un largo trecho.

La IA es una revolución muy potente más que, al igual que otras, puede ayudar y mejorar el aprendizaje del alumnado. Eso sí, siempre con todas las limitaciones que ofrece. Unas limitaciones que se basan en que el sistema educativo trabaja con personas, aprendizaje y emociones. Y ahí, por mucha IA que incorporemos, nada va a sustituir a la manera de enfrentarse con esos aprendizajes por parte del alumnado ni a cómo el profesorado los imparte y evalúa.

¿Qué pensáis? Por cierto, tal y como os he dicho antes… hoy he dado solo mi opinión.


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