Después de tantos encuentros formativos, institucionales y emocionales, TORREZNO 3PO pensó que había visto todo lo que la educación terrestre podía ofrecer. Se equivocaba.
Aquel lunes, mientras acompañaba a un grupo de alumnos en un pasillo decorado con cartulinas sobre la empatía y el reciclaje, sonó la alarma. Un pitido agudo, insistente, antinatural.
-Tranquilos, es solo un simulacro -gritó una profesora mientras abandonaba su café a medio beber.
TORREZNO 3PO, que había estudiado protocolos de emergencia en más de 17 galaxias, esperaba eficiencia, coordinación, liderazgo. Lo que encontró fue un desfile dantesco digno de un análisis sociológico avanzado.
Los primeros en reaccionar fueron los pequeños de Infantil, que comenzaron a llorar en bloque, como si compartieran una mente colmena. Detrás, los de Primaria salieron ordenados, pero no sin antes intentar rescatar un balón, una mochila, y, en un caso memorable, una colección de piedras decorativas.
En Secundaria, en cambio, el simulacro se interpretó como una oportunidad irrepetible para evadirse del control adulto. Algunos fingieron cojear para ralentizar la marcha; otros aprovecharon para grabar vídeos para redes sociales mientras gritaban… ¡Apocalipsis zombie!
Los profesores intentaban, con voz firme pero ligeramente quebrada, mantener el orden.
-¡En fila de dos! ¡Sin correr! ¡Sin hablar! ¡Sin usar el móvil!
TORREZNO 3PO, programado para detectar inconsistencias, registró que absolutamente ninguna de esas instrucciones fue respetada.
Al llegar al punto de encuentro, un patio amplio con líneas de colores ya medio borradas, comenzó el recuento.
-¿Alguien ha visto a la clase de 5ºB? —preguntó un profesor de Educación Física, visiblemente preocupado.
-Creo que se han ido al parque —respondió una compañera con resignación pedagógica.
TORREZNO 3PO ofreció su ayuda para localizarlos mediante rastreo térmico. El equipo directivo declinó cortésmente diciendo que eso no estaba contemplado en el protocolo.
Mientras tanto, los alumnos disfrutaban de la libertad como quien ha escapado de una fortaleza. Algunos jugaban al fútbol con una botella de plástico, otros improvisaban coreografías de TikTok, y, los más avispados, negociaban discretamente la compra de chicles con el fondo de emergencia del desayuno.
Veintisiete minutos después, el director, megáfono en mano, declaró solemnemente:
-El simulacro ha sido un éxito.
Hubo aplausos dispersos, sobre todo de los profesores que ya soñaban con regresar a la sala de profesores y recuperar sus cafés fríos.
De vuelta a su nave, TORREZNO 3PO grabó su informe con tono reflexivo. “La gestión de emergencias en el entorno educativo terrestre prioriza la teatralización sobre la efectividad real. El objetivo parece ser más simbólico que operativo: demostrar que, llegado el caso, se hará algo. Recomiendo no fiarse de la evacuación humana en situaciones críticas. Preferiblemente, activar protocolos individuales de supervivencia.”
Mientras archivaba los datos, TORREZNO 3PO no pudo evitar preguntarse… ¿y si el verdadero simulacro fuera la propia educación?
Pero decidió dejar esa reflexión para otra misión.
Lista de capítulos de las aventuras de TORREZNO 3PO
Capítulo I. Un alien en la Facultad de Pedagogía
Capítulo II. Un alien en la Facultad de Pedagogía II: curso para educadores innovadores
Capítulo III. Un alien en la Facultad de Pedagogía III: observación de un centro educativo real
Capítulo IV. Un alien en la Facultad de Pedagogía IV: el claustro
Capítulo V. Un alien en la Facultad de Pedagogía V: la jornada de puertas abiertas
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