Vale. Lo confieso. Bueno, vuelvo a confesaros lo que ya os he dicho en muchas ocasiones. Soy un friki. Es por ello que llevo trasteando (naufragando y volviendo a naufragar, al igual que cuando subo a la tabla de Paddle Surf) desde que salió para todo el mundo la primera versión de ChatGPT. Y aquí estoy. Probándola y usándola para determinadas cuestiones personales y profesionales. No, ya os digo yo que para escribir artículos, no. Lo sé. Otros lo hacen. Pero, por suerte, algunos somos diferentes y para mí usarla para escribir los artículos del blog implicaría perder el disfrute porque… ¡no hay nada que sea más divertido que escribir teniendo una idea en la cabeza e ir escupiendo las palabras sobre el teclado!
Hoy voy a hablar desde mi experiencia y solo para aquellos que les pique el gusanillo de la IA. No es necesario usarla pero, por si eres docente y te apetece, aquí van diez consejitos marca de la casa para que te metas en el mundo de la IA sin necesidad de volverte Elon Musk ni hipotecar el coche para pagar un curso de esos que, en pocos días te dicen que vas a forrarte con lo que te van a enseñar. Y sí, tampoco voy a obligar a seguir los consejos, ni a levantarse a las cinco de la mañana, ni a hacer burpees para ser masivos. Creo que veo demasiados vídeos riéndose de los alumnos de Llados.
Lo primero y más importante es que no necesitas ser Terminator para empezar. Ni ingeniero, ni programador, ni tener un máster en siglas raras. Empieza jugando como cuando descubres una app nueva para el aula sin leerte el manual. Si sabes abrir una pestaña en el navegador ya estás dentro. Eso sí, por favor, intentad cuando abráis esa app o web centraros en la misma. Que nos conocemos todos y no hay nada mejor que compartir la app de IA con Wallapop o, en caso de la web, compartirla con esa página en la que veis cosas inconfesables. Entre ellas… fotografías de torreznos.
Segundo punto, aunque aquí no enumero, pero tú ya sabes. La IA no viene a quitarte el trabajo sino más bien a quitarte las partes más pesadas. ¿Actividades pesadas? Sí. Como corregir exámenes tipo test sin dejarte la vista, o inventarte veinte actividades para una clase que ha decidido colectivamente no soportar el tema de las fracciones. No hace milagros. No hace que soporten mejor el tema de las fracciones y tampoco te va a sustituir en el aula. Eso sí, puedes cambiar el copiar indiscriminadamente de un libro de texto, haciendo fotocopias de materiales con derechos de autor que no tienes, por cosas creadas con la IA. Ya. Lo sé. La IA es el pirata más grande del mundo mundial, pero bueno… mejor eso que fotocopiar materiales de personas que conoces sin pedirles permiso.
Y hablando de ayudantes o alumnado de prácticas que viene a tu centro educativo para aprender de ti, ChatGPT es tu nuevo becario gratuito. No duerme no protesta y no necesita café. Puedes pedirle que te prepare una rúbrica para un proyecto de ciencias, que te resuma un texto para primero de ESO, o que te dé ideas para trabajar la poesía con alumnado que cree que Machado es una marca de herramientas. Un win win en toda regla.
Eso sí. Importante. Aunque parezca muy lista, a veces se inventa cosas más rápido que un alumno justificando por qué no ha hecho los deberes. Siempre revisa, contrasta y aplica el sentido común. Si la IA te dice que Platón escribió El Quijote, sospecha. Incluso que seas uno de esos pedagogistas que pululáis por las redes sociales ofreciendo consejos de cosas que jamás habéis hecho ni tenéis intención de hacer.
Aprender a hablarle bien a la IA es otro tema clave. Los prompts o esas frases mágicas que le escribes para que te entienda son como los hechizos de Harry Potter. Si dices “hazme una ficha de mates” te puede salir cualquier cosa, pero si le dices “créame una actividad con dados para practicar fracciones con alumnos que se distraen más que un gato en una pecera”, ahí sí que te sorprende. Es cuestión de ir probando. No hay prompts mágicos. No hay chuletas para elegir los mejores prompts. Tienen que adaptarse y aprender de lo que les pides.
Otra cosa que vas a encontrar por todas partes son cursos y webinars sobre IA para docentes. Algunos molan, no lo niego. Pero muchos tienen más humo que una máquina de efectos especiales en una obra de teatro del instituto. Por cierto, ¿vosotros las habéis visto? Dicen que existen. Nada. Seguimos. Antes de apuntarte pregúntate si realmente necesitas pagar por algo que igual puedes aprender cacharreando tú solo, o preguntando a otros profes que ya han metido la IA en sus aulas.
Y ya que hablamos del aula… prueba cosas sin miedo. Puede salir bien o puede salir como aquel día que se cayó la red justo cuando ibas a proyectar esa clase que llevabas semanas preparando, pero así se aprende. Usa la IA para inventar cuentos absurdos, repasar conceptos de forma divertida o, simplemente, para que el alumnado se eche unas risas viendo qué imagen loca genera con sus ideas. Eso sí, por favor, experimenta con cuidado. El tiempo es precioso y el objetivo final de todo (¡permíteme ponerme serio!) es que el alumnado aprenda.
Comparte lo que hagas en redes en la sala de profes, en la máquina del café o por las redes sociales. Lo bueno, lo regular y lo que salió fatal, también. Porque entre todos vamos aprendiendo y quién sabe… quizá tu actividad improvisada de lengua se convierta en viral y termines dando una charla en una jornada educativa con croquetas incluidas. Los gurús salen de la nada. Además, como bien sabéis, en las redes sociales se viralizan cosas auténticamente surrealistas.
No intentes convertirte en el profe cyborg de un día para otro. No hace falta que tu clase parezca una mezcla entre Matrix y la NASA. Vas poco a poco, pruebas una herramienta, ves si te sirve y, si no, a otra cosa. Aquí lo importante es que la IA se adapte a ti no al revés.
Finalmente y lo más importante. Diviértete. Porque si no, esto no tiene gracia. La IA puede ser una herramienta brutal, pero si no te lo pasas bien se convierte en otra carga más en la mochila de los docentes. Así que… ríete, juega, rompe cosas digitales y vuelve a intentarlo. Que para eso estamos los que nos metemos en estos fregados con más ilusión que horas de sueño.
Ya llevo dos posts seguidos hablando de IA. Repito lo que dije ayer. No es por moda ni para conseguir likes. Lo hago porque creo, fuera broma y alejándome del tono divertido de este post de hoy, que es una herramienta que es muy potente. Una herramienta. Recordadlo.
Sin más voy a preparar mi estrategia para poder comer más granos de arroz en la paella. Quizás le pida una estrategia a la IA mediante un prompt que diga: «diséñame una estrategia para poder arramblar con más granos de la paella dominical, de forma totalmente legal y sin recibir represalias por parte de las dos personas que, cuchara en mano, voy a tener a mi lado». Voy a ello. Disfrutad del domingo.
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Excelente post! Clarito y desmitificador. Gracias.
Te sigo hace años, desde Tucumán, Argentina.
Saludos
Un saludo desde el otro lado del charquito… y gracias por dejar que mi blog te haga compañía.