Tras sobrevivir a su experiencia en el centro educativo, TORREZNO 3PO fue invitado a asistir, como observador neutral, a un claustro ordinario en un instituto público de secundaria. Lo que no sabía era que ese encuentro sería el equivalente educativo a un agujero negro: todo entra, nada sale.

El claustro comenzó puntual… media hora tarde. El director, un ser humano visiblemente desgastado y con ojeras que parecían mapamundis de exámenes corregidos, abrió la sesión con un “vamos a intentar que sea breve”, lo que, según aprendió TORREZNO 3PO, era una fórmula ritual sin valor vinculante.

La primera intervención la hizo la jefa de estudios, que propuso una nueva distribución de guardias. A los cinco minutos, un profesor de Filosofía denunció que siempre le tocaban guardias los lunes, y que eso vulneraba su derecho existencial al equilibrio astral. Acto seguido, una docente de Lengua intervino para recordar que en su época las guardias eran vocacionales, no una moneda de cambio. Y así, sin previo aviso, el claustro entró en fase de deriva discursiva.

TORREZNO 3PO registró en su base de datos cincuenta minutos de conversación que no contenían ni una sola decisión. Solo lamentos, anécdotas de hace veinte años y alguna mención esporádica al BOE y al Diario Oficial, usado como elemento intimidatorio.

El momento álgido llegó con el punto “Ruegos y preguntas”, que en realidad funcionaba como una especie de caja de Pandora emocional. Una profesora pidió que se regulara el uso del microondas en la sala de profesores, ya que su táper siempre acababa oliendo a curry ajeno. Alguien más añadió que había una taza desaparecida desde noviembre. El debate escaló.

En mitad de la discusión, TORREZNO 3PO activó su protocolo de diplomacia interplanetaria y propuso usar un sistema de turnos rotativos, basados en algoritmos de equidad universal. Silencio.

Un docente con 30 años de servicio le espetó: a ver, máquina… aquí lo que vale es el sentido común, no los algoritmos.

En ese momento, TORREZNO 3PO entendió por qué algunos planetas prohíben las reuniones presenciales.

Cuando se habló del plan de mejora del centro, el coordinador TIC propuso usar una aplicación para recoger sugerencias de forma anónima. El claustro, por mayoría, decidió no usarla bajo el argumento de que eso era demasiado frío y ahí eran más de hablar las cosas cara a cara. Paradójicamente, nadie volvió a hablar del tema.

Tres horas y diecisiete minutos después, se levantó la sesión. Nadie recordaba por qué había comenzado.

Ya en su nave, TORREZNO 3PO, visiblemente afectado, envió un nuevo informe a su planeta. En el informe decía… “he descubierto una forma de comunicación colectiva basada en la repetición, la evasión y el cansancio. Lo llaman ‘claustro’. Recomiendo evitarlo, incluso como experimento. He detectado patrones circulares de pensamiento de los que es casi imposible salir sin pérdida de energía vital. Este ritual debería ser estudiado, pero desde la distancia, con traje de protección emocional.”

Antes de entrar en hibernación, TORREZNO 3PO se preguntó si existía en la Tierra algún lugar donde se hablara de educación… y realmente se hiciera algo.

Pero eso, claro, sería en otra aventura.

Lista de capítulos de las aventuras de TORREZNO 3PO

Capítulo I. Un alien en la Facultad de Pedagogía 

Capítulo II. Un alien en la Facultad de Pedagogía II: curso para educadores innovadores

Capítulo III. Un alien en la Facultad de Pedagogía III: observación de un centro educativo real

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