Me apetece escribir, aunque después me ponga con cosas relacionadas con la DANA, acerca de temas educativos más generales. Debo hacerlo. Psicológicamente, la carga que supone estar en todo momento y recibiendo inputs por todas partes, está haciendo mucho daño. Es lógico. Es una situación extrema. Es una situación que, al menos para mí, por cercanía y conocimiento de muchas personas que lo están pasando muy mal, me está afectando muchísimo.

Espero que me permitáis que me aleje un poco de la actualidad para hablar de otros temas. Creo que es necesario. Creo que es lógico dedicar todos los recursos que se puedan a intentar, dentro de las posibilidades de uno, a ayudar en lo que se pueda. Pero, como he dicho, creo que también lo es (o, al menos es algo que necesito hacer) desconectar, aunque sea de forma temporal, del desastre y de la destrucción. Algo que gente que sabe de esto, formada e informada, recomiendan.

Así pues, permitidme que hoy os hable, sin ser experto, de ideas que se me ocurren acerca del uso de la IA en educación. Soy muy escéptico con el tema como bien sabéis los que me seguís habitualmente, pero he de reconocer que está avanzando de forma muy rápida y, por lo anterior, le empiezo a ver un poco de sentido al uso de estas herramientas para mejorar educación.

En primer lugar se me ocurre un modelo basado en IA para adaptar los contenidos según necesidades individuales del alumnado. No estoy hablando de aprendizajes básicos que diverjan. Sí en conocimiento especializado o en la posibilidad de generar modelos para reforzar o ampliar dichos aprendizajes. Modelos que, con todas las precauciones acerca de los datos que recopilen, podrían servir para ayudar que todo el alumnado llegara a lo mismo y que, aparte de llegar a lo mismo, se pudiera ampliar según necesidades individuales.

Otro tema interesante en lo que creo que, en un futuro cercano, puede ayudar la IA, es en la automatización de la corrección de exámenes y tareas, reduciendo el tiempo que dedican los docentes a lo anterior. Esa reducción de tiempos podría permitir que los docentes dedicaran más tiempo a otras cuestiones que, en muchas ocasiones, se ven lastradas por esas correcciones infinitas. Lo sé. Sería necesario entrenar muy bien a la IA, mediante diferentes inputs de expertos profesionales de la docencia en cada una de las etapas, para que esas correcciones automáticas no tuvieran ningún tipo de sesgo y fueran eficaces.

Relacionado con el primer punto de la adaptación de los contenidos teóricos, ¿qué tal complementarlo con unos bancos de ejercicios y tareas que se adapten a lo que necesita cada alumno? Vuelvo a insistir… teniendo en cuenta conceptos de privacidad de los datos que se intercambien con las diferentes herramientas.

Mientras estoy escribiendo se me está pasando por la cabeza la posibilidad de tener chatbots educativos especializados para que, de forma muy ágil, puedan responder a las preguntas más frecuentes que planteen tanto alumnado como docentes. Imaginaos que gestionáis un centro educativo. Seguramente las preguntas de todos los directores son parecidas. ¿Imagináis tener un banco de recursos que se adapte y dé la respuesta en cualquier momento desde un chat automatizado?

¿Habéis visto Minority Report? Esa película de Tom Cruise en la que se daba predicción de quiénes iban a cometer un crimen. Si quitamos la parte «peliculera», ¿os imagináis que pudiéramos, en función de datos previos, saber qué necesidades tendremos y recursos vamos a necesitar para atender mejor al alumnado?

Prevención de situaciones de riesgo, incluso casos de posible autolesión, podrían detectarse si tuviéramos un análisis de sentimientos del alumnado. También serviría para detectar previamente el burnout en los docentes. Ya no digamos las posibilidades que nos daría poder saber si un alumno está o no sufriendo bullying. Vuelvo a insistir por enésima ocasión. La privacidad de los datos es clave y siempre tiene que analizarse, antes de aplicar la IA en cualquiera de las propuestas que planteo, la relación entre beneficios y riesgos.

Seguro que más de un docente ha preparado materiales educativos y, por motivos lógicos, ese material se ha desactualizado. ¿Os imagináis que tuviéramos una IA para mejorar y actualizar los materiales educativos? No haría falta hacer recursos de forma continua. Podríamos tanto recibir ayuda en la primera creación como en su actualización. Imaginaos esa IA incorporada en un banco de recursos bien automatizado y gestionado. Lo sé. Soñar es gratis. O quizás, a la velocidad que va todo, ese sueño pueda convertirse en realidad.

Reducir la burocracia a su mínima expresión también podría estar dentro de las capacidades de alguna IA. Creación de situaciones de aprendizaje, desarrollos curriculares, planes de gestión de centros, modelos de coordinación,… es que se me ocurren un montón de cosas en las que podríamos mejorar implementando esas herramientas.

También me surgen a bote pronto la posibilidad de generación de horarios en los centros educativos, el análisis de su funcionamiento o el desempeño profesional de los docentes, pudiendo detectar en qué debemos mejorar. Es que ha sido ponerme a escribir y pasarme un montón de cosas por la cabeza.

Finalmente deciros que, aunque lo haya dicho al principio, voy a recordarlo aquí: NO SOY UN EXPERTO EN IA. Soy alguien que escribe en este blog y que hoy, para alejarse un poco de la realidad, ha querido escribir sobre algo diferente a lo que, por desgracia, está en nuestro contexto más cercano.

Un abrazo a todos los que lo estáis pasando mal. Y muchas gracias a todos aquellos que, desde vuestras posibilidades, aportáis vuestro granito de arena para que la cosa mejore.


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