Estamos a 10 de noviembre de 2024. Hace poco se produjo la que quizás sea la mayor tragedia que ha vivido la Comunidad Valenciana. Revisando este «hace poco» me encuentro con que ya hace más de diez días de lo anterior. El tiempo pasa muy rápido. Inexorable y, al menos para mí, a una velocidad supersónica.

Hace nada empecé a trabajar en la docencia. Ahora, temporalmente fuera del aula aunque trabajando en temas educativos, descubro horrorizado al ver mi expediente administrativo para el concurso de traslados que ya estoy muy cerca de los 30 años de profesión. Bueno, hace nada me saltó un mensaje en X, antaño Twitter, que informaba de que ya hacía 15 años que me había registrado en esa red social y había hecho mi primera publicación.

Entonces, me ha dado por revisar fechas. He visto que el plan Escuela 2.0 del Ministerio, complementado económicamente por algunas administraciones, para dotar de portátiles a los docentes y al alumnado era de aplicación el curso 2009-2010. Estamos hablando de hace más de 14 años. Lo pongo en cifras numéricas para que destaque más el tiempo. 14 años de la primera dotación masiva de equipamiento informático individual. 14 años del despliegue masivo de esas aulas con proyector, pantalla y ordenador.

Me acuerdo también de Agrega, una plataforma para recopilar recursos educativos digitales. También me acuerdo de sus nodos autonómicos. Y de eso ya ha pasado muchos años. Los mismos que del plan Escuela 2.0.

Es que ya hace también algunos años desde la pandemia del COVID. Esa en la que se rompieron todas las estrategias educativas y que, de un día para otro, tuvimos a millones de alumnos en sus casas a los que se tenía que atender a nivel educativo.

Revisando también las redes sociales veo que hay algunos que ya están jubilados, otros que han fallecido y un grupo de docentes cuyos proyectos llevan décadas abandonados. Qué decir de los blogs de aula. De ese boom que hasta hace 10 años nadie cuestionaba su existencia y que todo el mundo mimaba con muchísimo cariño. Pero pasa el tiempo. Y lo hace demasiado rápido.

En educación las cosas no han cambiado tanto. Quizás tampoco hayan cambiado nada, más allá de algunas operaciones estéticas de maquillaje o proyectos macro en ciertas cuestiones. Lo que creo que sí que ha cambiado es la sociedad. O quizás tampoco lo haya hecho. Lo único que tengo claro es que hoy, si hubiera escrito esto ayer o cuando empecé en la profesión, hubiera tenido el mismo criterio para hacerlo. Un criterio totalmente subjetivo porque los datos objetivos y empíricos lo único que nos dicen es que vamos mal. Datos que también nos hubieran dicho lo anterior hace algunos años.

La LOGSE lleva desde el 3 de octubre de 1990 publicada. Y, aunque tengamos nuevos refritos, lo único que tenemos en educación no universitaria, es una ley de hace ya más de 30 años. Imaginaos lo rápido que pasa el tiempo. Un tiempo que pasa muy rápido salvo para los debates educativos que, simplemente, se repiten cada cierto tiempo.


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