Algunos pretenden confundir al personal mezclando churras con merinas y dirimiendo que, según su opinión, las churras y las merinas no se diferencian en nada. Las churras son ovejas de carne apreciada, mientras que las merinas son ovejas de gran calidad de sus lanas. Y no, no son lo mismo. Ni es lo mismo su cuidado. Ni es lo mismo el objetivo de la ganadería que se encamina a la producción de carne o lana. Y no, no hace falta ser ganadero experimentado ni ingeniero agrónomo para deducirlo.

Pues bien, algunos intentan confundir en los discursos educativos intentando creer que los argumentos son los mismos. Incluso, en ocasiones, soltando falacias como las siguientes para defender, por ejemplo, que no hay ningún problema en publicar cosas en las redes sociales para viralizar el aula. Sí, hay docentes que han visto bien lo de la petición del retuit de una cantante para  subir un punto en un examen y el modelo de mercadotecnia que avalan ciertos personajes.

Fuente: https://twitter.com/albanodealonso/status/1532775709768396801

Voy a aclarar una cuestión. Me parece lícito querer confundir al personal. Me parece válido falsificar discursos para pretender mezclar churras con merinas. Me parece válido que cualquiera pueda intentar justificar sus decisiones mediante el típico argumento «es que tú lo haces». El problema es que mienten. En el caso del ejemplo anterior confunden lo que hacen ellos (en este caso el docente afirma que su blog es mercadotecnia educativa) e intentan justificarlo con argumentos que, a poco, se demuestra que no tienen ningún fundamento. Si pueden dormir mejor, allá ellos. Por cierto y para aquellos despistados: esto que escribo no es mercadotecnia. Cuando escribo no lo hago para llegar a nadie. Tampoco lo hago para impedir que nadie publique lo que le dé la gana en las redes sociales o se creen un blog (¡ojalá hubieran más blogs educativos!). Es que ya es de traca la necesidad de algunos de enfagarme en cosas que no tengo nada que ver.

Me gusta que me lean y que comenten mis opiniones pero, más allá de eso, mi objetivo es mucho más básico que el crear un mercado alrededor de este blog. Repito: no me parece mal que alguien quiera sacar tajada de lo que escribe, lo haga por ego o, simplemente busque su minuto u horas de gloria cesaboniana. Es que me parece perfecto pero, por favor, dejad de intoxicar con mentiras o intentad, como mínimo, dejarnos en paz a los que no somos ni queremos hacer las cosas como vosotros.

Mi respuesta al susodicho, retuiteado y favoriteado por sus fans (hay demasiado fanático en las redes, incapaz de salirse de su línea argumental o de la defensa/ataque a los «amigos»/»enemigos», aunque las vigas se le vayan clavando en los ojos) fue la siguiente. Sí, totalmente falta de educación, pero es que ya estos argumentos de «ser lo mismo» ya me cansan.

Fuente: https://twitter.com/albanodealonso/status/1532786399094636544

Y ya cuando te dice el último tuit, mintiendo y manipulando como un bellaco, cansado de estos personajes que van de una cosa y son otra (¡suficiente he aguantado!), le he dicho que las vigas se revisan en casa. Que me resulta cansino el interés de tanta tergiversación interesada y que, por desgracia, estoy mayor para que me importe lo que diga o para entrar en el ad hominem que pretende. Por cierto, algo que sí he hecho en parte en este post pero que, como he dicho siempre, tan solo reproduzco lo que ha dicho.

Fuente: https://twitter.com/xarxatic/status/1532787086138429441

¿A qué iba todo el rollo de la conversación de Twitter anterior? Ah, sí. A la necesidad de diferenciar discursos e ideas sobre educación. A no poner en el mismo nivel al agredido que al agresor. A la necesidad de diferenciar el que lee investigación del que lee titulares en los medios. A la necesidad de diferenciar al pedabobo del pedagogo. A la necesidad de plantearse que la OCDE, por mucho que algunos quieran confundirla con una ONG educativa, no lo es. A cuestionarse los motivos por los que se plantea la jornada partida y el aumento de comedores escolares en Cataluña y relacionarlo con determinadas empresas del sector. A la necesidad de no hacer críticas globales y sí de determinadas cuestiones. A no juzgar todos los libros de texto en bloque. A la de plantearse que hay cosas que los tuyos hacen bien y otras mal. A no comparar la calidad del relato de una de las perpetradoras, tanto de la LOGSE y de la LOMLOE, con la calidad de la respuesta que le da una profesional que está a otro nivel (ver vídeo). Es que hay tanto para comparar que no es lo mismo aunque se venda que lo es…

No es lo mismo el agresor que el agredido. No se puede poner al mismo nivel el conocimiento de educación de un profesional de aula, con el del vecino del quinto que regenta una frutería fantástica. Ni el conocimiento del docente con el frutero en lo que hace referencia a las frutas y verduras. Es que es algo de cajón. Eso sí, por desgracia hay a quienes les interesa llevar a la confusión para justificar ciertos planteamientos que ellos tienen.

Lo siento Albano. Tu web (que no blog) y mi blog no tienen nada que ver. No tenemos la misma intencionalidad mercadotécnica. No tenemos las mismas ganas de vendernos ni, por desgracia para mí, escribo igual de bien que tú. Comparar intenciones, hechos e intentar, por motivos ignotos hacerlo, tan solo demuestra que hay discursos que solo se sustentan por ese interés. Intereses que, en el ámbito educativo, distan mucho de ser educativos pero que intentan justificarse como si lo fueran. Y aclaro, como digo siempre, he usado tu conversación en abierto como ejemplo de lo que quería decir.

Es lícito hacer negocio con la educación (yo voy a vender mi nuevo libro -os hago publicidad aquí, como hago en los últimos posts, del modelo de crowdfunding y la liberación de los capítulos- y estoy haciendo una campaña para ello). Es lícito participar en determinados medios de comunicación. Es lícito dar una ponencia y pedir a los asistentes que tiren avioncitos de papel. Es lícito (aunque no legal en este caso) publicar en internet fotos de tu aula edulcorada mientras haces un determinado proyecto. Es lícito vender que los proyectos son mejores que la instrucción directa. Es lícito estar a favor o en contra del aborto, de la posesión de armas o de cualquier otra cosas que se nos pueda ocurrir. Eso sí, no intentamos usar, por ejemplo en la posesión de armas el discurso de que, como yo tengo cuchillos en casa para cortar carne, soy un gran defensor de liberalizar el mercado armamentístico. Así se confunde al personal. Y, a estas alturas, es un método muy torpe para justificarse o defender las ideas de uno.

Hoy toca disfrutar y estrujar el sábado. Ya queda nada para empezar nuestros trece meses de vacaciones. Qué largo se me está haciendo todo. Un saludo a los que os pasáis por aquí. Y también a los que no, por si os llega esto de segundas.

Permitidme haceros publicidad, como estoy haciendo en los últimos posts, de la newsletter que hago llegar a los suscriptores cada lunes con los artículos de la semana a los que añado una breve reflexión. Os podéis suscribir desde aquí. Suscribirse es gratis. 😉

 


Descubre más desde XarxaTIC

Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.