Van ganando la guerra

Los defensores de cierto modelo educativo han desplegado todo su arsenal, político y mediático, para convencer, tanto a la sociedad como a los docentes más insumisos, acerca de la necesidad de reconfigurar la educación. De forma muy sibilina al principio y ahora, con cada vez un mayor número de mamporreros internos y legión externos, están intentando vendernos que la solución pasa por lo que ellos nos están vendiendo. Bueno, ellos simplemente son transmisores de una organización formada por varias filiales que, de forma muy pobre, algunos afirman que no tiene ninguna influencia en las decisiones que se están tomando.

Decidir trabajar por ámbitos es una decisión ideológica. No es una decisión que se sustente, ni en las evidencias, ni en las investigaciones. Ni cuenta con el apoyo de la mayoría del profesorado de Secundaria. No pasa nada. La LOGSE tampoco contó con ese aval, pero sí con sus defensores que, curiosamente, también son los que más salen en determinados medios haciendo un discurso calcado a lo que nos están haciendo tragar. Hoy mismo, uno de esos periodistas, publicistas del régimen, ha publicado un artículo en uno de esos medios que, últimamente siempre que lees algo relacionado (no solo) con la educación, te dan arcadas, defendiendo de forma nada sibilina la integración de los centros de Infantil, Primaria y ESO en uno solo. Un modelo que infantiliza al alumnado, incluye el trabajar solo por proyectos (en el caso de los públicos) y acaba gestionándose, al final, como un modelo educativo de las etapas más inferiores. Y no. La manera de trabajar no es la misma en Infantil, que en Primaria, que en la ESO, que en Bachillerato o en FP. Eso sí, crear este tipo de centros hace que en un futuro sea imposible revertir su creación. Lo mismo que devolver el alumnado de primero y segundo de ESO a los colegios: misión imposible por los espacios. Lo hicieron muy bien. Lo diseñaron muy bien para que ciertas actuaciones fueran irreversibles.

Cuando ves que un medio siempre entrevista a los mismos docentes que, curiosamente y sin fisuras, siempre están a favor de las medidas que se están tomando, tenemos un problema. Cuando los que van de demócratas en las redes son los que, si llegan a ser equipos directivos en sus centros, son los que peor tratan a sus compañeros y más les imponen “trabajar de una determinada manera” so pena de aislarlos, hacerles la vida más difícil o, como en Cataluña, no renovarlos si están en comisión de servicios o son interinos, tenemos un problema. Y, curiosamente, ninguna de esas imposiciones van en contra de lo que dicta el modelo económico que subyace tras la toma de decisiones educativas. Joder, que el bilingüismo en inglés se implantó y asumió, por parte de gobiernos multicolor, para poder tener más camareros para atender al turista extranjero. Les daba igual que fuera en detrimento de la Historia, las Matemáticas, los conocimientos científicos, etc. Lo que querían era formar para el sector servicios. Lo mismo que cuando se decide crear más o menos ciclos de FP. Se hace porque la empresa pide ese tipo de trabajador. No para que la sociedad pueda cambiar a un modelo que no dependa tanto del ladrillo o del turismo. Es solo querer verlo.

Podría seguir en los efectos especiales, de luces, sombras y decorado, cuando contraponen a un “experto” educativo del régimen con un docente de aula díscolo. Siempre aparecen mejor enfocados los primeros, se les da más tiempo y se procura resaltar la arruga del segundo. Hace unos pocos días salió un pequeño vídeo en el que una de las ideólogas de la LOMLOE (que también fue una de las de la LOGSE) contraponía sus argumentos a una profesora de filosofía. La diferencia de discurso era brutal. Eso sí, de forma nada casual, se dio la circunstancia de que la ideóloga de la LOMLOE daba el discurso en un aula vacía. Un aula de etapas que, por cierto, jamás ha pisado dando clase. Esto se denomina manipulación mediática. Es que es tan claro para no verlo. Y aún así hay gente que intenta, o bien esconder estas cosas, o bien justificar las críticas que algunos estamos haciendo de lo que nos están tratando de vender e imponer.

Hay algunos que van ganando la guerra. Y, poco a poco, por imposición de algunos equipos directivos o por presión mediática, se van imponiendo determinadas prácticas en las aulas. Incluso algunas vienen legisladas, sin ningún tipo de fundamento científico, obligando yendo en contra de legislación superior, a trabajar a los docentes de una determinada manera. Es que lo de pretender que el profesor albaceteño, que se sacó las oposiciones de Geografía e Historia hace más de dos décadas y lleva impartiendo esa asignatura en la ESO y Bachillerato, sea ahora válido para impartir valenciano, castellano y su asignatura en un primero de ESO es kafkiano. Y repito, gracias a la campaña de promoción de estas cosas, algunos (una minoría por ahora, aunque con tanto taladrar con campañas en pro de estas medidas, ya veremos) están creyendo que esto es una buena idea.

Hay docentes que defienden que lo importante es cómo dar la clase frente a la reducción de ratios o mejora de infraestructuras. Hay docentes que creen, porque se lo han vendido así, que la culpa de que su alumnado no aprenda es en exclusiva de ellos. Hay algunos docentes que han interiorizado la responsabilidad de hacer lo imposible, con la ansiedad y problemas psicológicos que provoca, para ser un todo en uno, mezcla entre salvadores y superhéroes. Es que la campaña es tan y tan brutal que, al final es muy difícil no caer en determinados discursos.

Repito, como he dicho a lo largo del desarrollo del artículo, que no es que sean más. Eso sí, tienen prensa, recursos, empresas y organizaciones muy potentes para intentar vendernos ciertas cosas. Incluso, en ocasiones, se infiltran en las administraciones educativas. Además, si os dais cuenta, hacen recaer toda la responsabilidad de la mejora educativa en los docentes, vendiendo placebos o metodologías interesadas que no se aguantan por ninguna parte. Es que, al final, a ellos solo les interesa que una élite siga gobernando. Lo de un pueblo instruido, la existencia de un ascensor social o el interés por el alumnado, no va con ellos. La boca, claro está, asumiendo un discurso que, con las decisiones que potencian y ejecutan, dista mucho de conseguir lo anterior.

Todas las campañas contra ciertas prácticas educativas, conceptos (memorización o esfuerzo entre otros) o, simplemente, personas que se atrevan a tener una opinión contraria respecto a su mainstream, están muy bien orquestadas y dirigidas. Además, como he dicho antes, con el apoyo de un grupo de docentes que manipulan los conceptos, venden ciertas prácticas o, simplemente, tienen fe en ciertas cosas.

A mí me importa poco que tengan más “armas” y un ejército más poderoso, amén de determinados mercenarios. A mí lo que me importa es que está siendo una guerra ilegal, basada en motivos falsos y justificada de forma muy torticera. La educación no debería ser un campo de batalla pero, curiosamente los que más defienden que no deba serlo, son los que están imponiendo y arrasando con sus decisiones la educación. Algo que es ser muy, pero que muy hipócrita.

El problema de las guerras es que nunca las gana nadie. Bueno, siempre las gana alguien porque, en caso contrario, no se harían. Ahora estamos en medio de una guerra educativa (no solo) en nuestro país. El problema es que todavía hay demasiados libros y resistencia en los centros educativos, las familias e, incluso en parte del alumnado. Eso sí, en la última década se han dado pasos de gigante para alcanzar los objetivos educativos del “plan”. Un plan que, por ahora, va viento en popa aunque, para ser algo positivo en este redactado, algunos ya están empezando a verlo.

Una guerra nunca se gana del todo. Y esa es la esperanza que algunos tenemos, aunque sabemos que es muy complicado luchar con piedras contra tanques y aviones.

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2 comentarios

  1. Estoy leyendo La fabrique du crétin de Jean-Paul Brighelli, sobre la educación francesa. Es de 2005 y es desolador, pero lo más curioso es cómo barbaridades parecidas se han impuesto en las mismas fechas tanto allí como aquí. En 2022 ha publicado una segunda parte subtitulada Vers l’apocalypse scolaire, así que no parece que la cosa haya mejorado por allí … En YouTube hay entrevistas y charlas.

    1. La educación francesa fue la primera del “viejo continente” que entró en barrena. Ahora intentan reflotarla con más horas de dictado y matemáticas básicas (operaciones). Es que es muy triste ver como allí ya todo está sesgado a determinados centros educativos. Aquí vamos por el camino. Con retraso para llegar al abismo porque, como siempre, llegamos tarde (para lo bueno y lo malo). Un saludo y gracias por las referencias.

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