No creo que conozcáis a nadie más testarudo que yo intentando, de forma recurrente,  sacar adelante determinados proyectos educativos a nivel macro. De siempre he intentado cambiar las cosas en educación. De siempre me he encontrado con varias realidades incómodas, muy relacionadas con el apoltronamiento del colectivo, el ombliguismo de muchos y, de forma totalmente lógica en un modelo de viralización permanente, la necesidad de darse a conocer.

Es por lo anterior que, en el día de hoy, a poco tiempo para lanzar mi proyecto educativo, ya os informo que, sabiendo lo que me queda para jubilarme y la necesidad de empezar a mirar por mí, va a ser el último en el que me voy a embarcar. Y no lo hago para conseguir palmaditas. Ni tan solo, aunque no os lo creáis porque va a aparecer una parte «privada», va a ser por la pasta. Si hubiera querido trincar me hubiera vendido hace mucho. Oportunidades no me han faltado. Joder, si hasta me tiraron de mi Conselleria porque me negué a reducir mis críticas en las redes sociales. Nunca se me ha dado bien el servilismo ni el no pisar charcos por conseguir un poco más de pasta o una mayor difusión de lo que hago.

Pero bueno, vayamos al proyecto. Un vademécum educativo para que, de forma muy sencilla, podáis acceder a toda la información acerca de las administraciones educativas, la normativa que afecta a la educación, los contratos públicos y las sentencias judiciales que tienen afección sobre ese ámbito. Todo aderezado con un foro «privado» (recalco lo de privado porque me veo incapaz de gestionar el acceso libre por experiencias previas) en el que se podrán consultar dudas educativas. Estoy hablando de dudas acerca del vademécum. Nada de consultas pedagógicas, de herramientas o metodológicas. Para eso los gurús.

Como os he dicho, el proyecto tiene cinco patas. Cuatro de ellas las podréis ver en la siguiente imagen.

Y, para haceros un poco más de spoiler del proyecto, aquí podéis ver uno de los apartados. Así podéis tener un poco más de idea acerca de en qué consiste esto…

En un tiempo lo tenéis disponible. Ya os iré informando de dónde podéis encontrar todo lo anterior.

Finalmente me gustaría recordaros algo. No soy mejor ni peor profesional por llevar a cabo este tipo de proyectos. Quizás un poco más gilipollas que la mayoría pero, al igual que a otros les gusta hacer matches en Tinder, a mí me gusta intentar, dentro de mis posibilidades de mindundi, hacer ciertas cosas para el procomún educativo. Y ya intuyo que, al igual que todos los proyectos en los que me he embarcado a nivel personal, este va a ser otro fiasco más. El último, eso sí.

Voy a seguir, después de otra noche de insomnio, en la que me he puesto a darle un poco de lustre al nuevo proyecto, a seguir disfrutando de las vacaciones. Ventajas de hacer un proyecto en el que nadie te marca tiempos, no tienes ningún interés en vender nada y, por suerte, puedes enviar a escaparrar cuando te dé la gana. Como si a mitad del mismo lo dejo sin acabar. Eso sí, escribir este post es como una manera de autoobligarme a no hacer lo anterior.

Disfrutad del día. Yo seguiré con mis cosas de docente vacacional nada vocacional. Sed buenos.

Como estoy haciendo en los últimos artículos, os recomiendo mi nuevo libro sobre educación para mayores de dieciocho, “Educación 6.9: fábrica de gurús”. Lo podéis adquirir aquí (en versión digital o papel). Y sí, me haría mucha ilusión que fuera uno de los diez libros más vendidos sobre educación este curso. Además, adquiriéndolo ayudáis a mantener este blog.


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