No siempre tengo las respuestas. Bueno, más bien las tengo en muy pocas ocasiones y salvo mis opiniones, más o menos fundamentadas con investigaciones y/o evidencias, sumadas a los años de aula y fuera de ella, hay temas que se me escapan. Y eso incluye también el no saber, en ocasiones, qué estoy leyendo o qué quieren darme a entender cuando me dicen algo.
Hoy me apetece haceros dos preguntas a los que os pasáis por aquí. Respondedlas por los medios que queráis. Podéis comentar por aquí, responder en alguna de las redes sociales en las que cuelgo los artículos del blog o, simplemente, quedaros para vosotros las respuestas reflexionando sobre las mismas. Lo importante es intentar dar respuesta a un par de preguntas que, por desgracia, soy incapaz de responder.
En primer lugar me gustaría que respondierais a la pregunta que me planteo, después de haberme leído el volumen del informe PISA que se publicó ayer acerca de «creatividad y pensamiento crítico» del alumnado (enlace).
Mira que he leído investigaciones en los últimos años. Mira que creo que soy capaz de entender las explicaciones acerca de la mayoría de cuestiones y temas educativos. Y soy incapaz de saber qué han medido. Soy incapaz de entender el concepto de «creatividad» que se mide. Soy incapaz de relacionar las preguntas que han usado con conseguir perpetrar la tabla anterior en la que aparece un ranking de países según lo creativo que sea su alumnado. Es que no le veo ningún sentido a lo que han medido. Creo que se han sacado un concepto de la manga y han hecho una evaluación sabiendo que querían obtener los mismos resultados por países que PISA en la medición de otro tipo de competencias. Por eso os pido, tal y como he dicho al principio del artículo, que me iluminéis. Yo ya os digo que soy incapaz de entender nada. Ni sé qué han medido, ni sé qué han interpretado, ni veo sentido más allá de que hayan hecho algo para validar los resultados de sus otras pruebas.
Por cierto, soy muy crítico con la OCDE y con sus pruebas internacionales pero, como he dicho siempre, mejor tener algún tipo de evaluación que ninguna. Otra cuestión es que la misma sea muy mejorable o que debamos, para contrastar sus resultados, realizar evaluaciones internas de nuestro sistema educativo bien diseñadas y ejecutadas.
Así pues, la primera pregunta lanzada al aire… ¿qué mide realmente el último informe PISA que conocimos ayer?
Y ahora a por la segunda. Esta ya tiene mucho que ver con temas más concretos. Me estoy refiriendo a la autonomía pedagógica del profesorado. Siempre he defendido que los docentes, que son quienes mejor conocen a su alumnado, deben ser los que decidan qué herramientas y abordajes van a usar en su aula. Pero, ¿qué pasaría si, por ejemplo, hay evidencia robusta de que el mejor método para enseñar a leer es el método fonético y hay docentes que se empeñan en usar el método global? ¿Hasta qué punto podemos «sacrificar» el aprendizaje de la lectura por decisiones que toman, con toda la buena intención, determinados docentes? Y quién habla de lectura habla del aprendizaje de las matemáticas o cualquier otra cosa. ¿Debe estar la autonomía del profesorado por encima de lo que dicen las investigaciones y las evidencias? ¿Debe ser libre el docente de hacer lo que le dé la gana en su aula porque debemos creer en su profesionalidad y confiamos en sus buenas intenciones? ¿Son las buenas intenciones suficientes para su alumnado?
Lo sé. Hay varias preguntas relacionadas. Además, como os he dicho al principio, a mí me cuesta dar una respuesta a las mismas. Bueno, salvo a lo de las buenas intenciones, que tengo claro, tal y como dice el proverbio, que «el camino al infierno está pavimentado de buenas intenciones».
Así pues ya veis que hoy soy más de preguntar que de dar respuesta o aportaros nada. E insisto. Os agradeceré que me iluminéis con vuestras respuestas a las dos cuestiones que os he planteado.
Nada. Si no queréis responder no pasa nada. Entiendo que os pongo en un compromiso. Y, a estas alturas de curso, seguramente tendréis cosas más importantes que hacer que contestar a las preguntas que os planteo.
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Hola Jordi. A la primera pregunta te respondo con un no lo sé, no lo he mirado con suficiente detalle. Sí que me consta que se investiga en ello. La última tesis doctoral de la UV al respecto eata aquí: https://roderic.uv.es/items/2adfd7a9-09b6-4bca-9d93-706953e82d16. La segunda pregunta… pues tampoco sabría decirte. Las «verdades» absolutas en educación creo que no existen, ni para lo bueno ni para lo malo. Las «evidencias» de las investigaciones (y eso que me dedico a ellas) siempre hay que cogerlas con las pinzas de la excepcionalidad del ser humano. Son ciencias sociales, no química inorgánica. Lo que puede funcionar en el 99.99% de los casos igual falla en tu aula. Cada docente debe saber lo que le funciona en su aula. Al menos probar esas «panaceas demostradas» no está mal, pero imponer su praxis…. no lo veo.
En cuanto a las evaluaciones basadas en «percepciones» el tema siempre me ha generado sus dudas (bueno, más bien me ha chirriado). Al igual que las evaluaciones que se realizan mediante encuestas. Pero, más allá de lo anterior, sigue sin quedarme claro que se ha medido en este estudio (PISA) y qué concepto de «creatividad» han usado. Yo no veo problema en equivocarse. El problema lo veo en apostar por una determinada praxis o metodología, cuando el porcentaje de éxito de la misma es un 0.01% de los casos. Un saludo y gracias por pasarte por aquí.
A mí la creatividad me parece algo taaan difícil de medir… He leído las preguntas propuestas y el modo de calificarlas y me parece imposible medir nada así. La creatividad no se puede «cuantificar». No todo es objetivamente medible… deberíamos asumirlo, no pasa nada… Además, tengo serias dudas de que se pueda mejorar en creatividad. Creo firmemente que hay cualidades innatas, que son rasgos del carácter y con los que «se nace». Puedes aportar ideas y conocimientos, técnicas, procedimientos, materiales, ejemplos… de los que una persona creativa puede tirar. Con esos recursos la persona podrá desarrollar su creatividad con mayor nivel… Pero la creatividad en sí viene «de fábrica» en el ADN del alumno, no se aprende… Por otro lado… no me gusta que quieran medir eso… Me recuerda demasiado a la neolengua de la nefasta LOMLOE…Respecto a la libertad de cátedra… Salvo casos muy sangrantes de gente que pueda hacer alguna burrada rarísima, al profesor hay que darle total y absoluta libertad de cátedra. Hay que seleccionar bien al profesorado y, una vez seleccionado, darle libertad absoluta de cátedra. Un temario que dar y que el profe se lo monte como sea. De lo contrario, el docente no se implicará como es debido porque no creerá en lo que hace. Ponnos a algunos a aplicar las «metodologías activas e innovadoras», quítanos la pizarra y la tiza y obliganos a usar las TIC para todo y ya verás qué bodrio de clases, vamos, un mojón de clases haría yo si me obligan a adoptar cierta «metodología»… Y no solo yo. A los que somos «de tiza», no nos la quites porque perdemos las ganas de enseñar, seguro. Siempre digo en broma que, como las pantallas sigan ocupando espacio en las aulas hasta el punto de eliminar las pizarras de tiza, yo me encadeno a la pizarra el día que vayan los técnicos a arrancarla de la pared.
A mí también me parece que la necesidad de «medirlo todo» desvirtúe lo que debe ser medido por medirlo mal. Pero bueno, es mi opinión. Gracias por las respuestas.
Hola, respecto a la primera pregunta, veo que se centra en el un concepto de creatividad pequeña «little-c», de la cual aparece algún ejemplo y se cita alguna bibliografía. Desconozco la aceptación de dicho concepto entre la comunidad científica especializada. Eso les lleva a centrarse en tres procesos de ideación para su medición: generar ideas diversas, generar ideas originales y evaluar ideas. Finalmente, esta selección les lleva a plantear la medición en 4 contextos: expresión escrita (37,5 %), expresión visual (12,5 %), resolución de problemas sociales (31 %) y resolución de problemas científicos (19 %). Para mí ahí está el problema y el sesgo. Yo creo que existe una creatividad «cotejable» con la realidad, que la diferencia de la fantasía (resolución de problemas científicos, técnicos, organizativos, logísticos, etc.), que puede medirse más objetivamente (mejora la eficacia de la resolución, gana partidas de ajedrez, etc.) y otra creatividad no cotejable, que deja todo un campo abierto a la subjetividad y cuya medición puede plantear muchas dudas (los tres primeros contextos). Dudo mucho que esta segunda forma de creatividad pueda ser educable o que se encuentre una relación causa-efecto entre una metodología y la mejora de la misma. En la medición de PISA solo un 19 % de los ítems miden la creatividad «cotejable» u «objetiva» (la que ofrece resultados medibles), por lo que creo que se ha medido más la fantasía que otra cosa, y que con eso se pretende refrendar ciertas fórmulas pedagógicas de la que están plagados muchos sistemas educativos actuales, sin ir más lejos, el español. Se trata de seguir poniendo el énfasis en las competencias en detrimento de los conocimientos, justificando así esos sistemas educativos.
Respecto al segundo grupo de preguntas, contestando a bote pronto, te diría que creo que habría que obligar a desechar prácticas que no estén basadas en un evidencia robusta. Pero para ello la ley debería estar basada en dicha evidencia, y el panorama actual es justamente el contrario. Tú lo dices bien en diferentes artículos. Así que entonces nos intentan obligar a adoptar prácticas contrarias a la evidencia robusta, dando pábulo a todo tipo de ideas «románticas» acerca de la educación, muchas de ellas demostradamente contraproducentes.
Muchísimas gracias, tanto por el desarrollo del planteamiento de «lo que han medido» como por la respuesta a la segunda pregunta. La verdad es que siempre he dicho, a los que comentáis, que sois lo mejor del blog.
A la primera pregunta: estamos igual. No sé qué mide. Me he leído las preguntas y, sobre todos, el sistema de corrección y me parece un tanto aleatorio. Supongo que habrá que contentar a mucha gente para que los resultados salgan bonitos en muchos sitios a la vez. O no. No lo sé.
Sobre la segundas pregunta (o preguntas) pienso que si bien se podría pensar que lo importante es llegar a unos resultados sea con la metodología que sea, es verdad que a medio plazo hay que mirar qué se hace en el global del centro, en el probable siguiente nivel, ciclo o etapa educativa a la que se va a ir y adaptarse a ello.
Es el centro el que debería proponer unos principios en base a todo esto.
He visto en mi vida unos cuantos casos de personas que la han liado pelín parda por salirse del todo del tiesto y tirar por su cuenta. Muchas veces no porque la metodología aplicada sea mejor, peor o igual, si no porque ha supuesto perder el tiempo al no ir por donde se estaba yendo anteriormente o por donde se va a ir en el futuro. Puede que tuvieran razón, pero no se puede ir de lobo solitario del todo.
Los francotiradores, por mucho que crean que pueden ganar la guerra, al final acaban perdidos en una trinchera sin mapa ni GPS. Un saludo y gracias por pasarte por aquí.
Hola Jordi, para mi la importancia de la libertad de cátedra del profesorado se basa en el siguiente principio: la mejor metodología que puede aplicar un profesor en particular es aquella que genere ilusión y ganas por parte de ese profesor en particular. Si te obligan a aplicar una metodología didáctica en la que no crees, seguro que sale mal, por buena que sea… Y si aplicas una metodología flojita pero crees en ella y le pones empeño, aunque no serás el mejor profesor tampoco saldrá tan mal, porque al final los resultados van a depender en parte del empeño que le ponga el profesor, y ese empeño va a depender de la fe que éste tenga en lo que está haciendo. Por eso me parece tan importante la libertad de cátedra.
Por otro lado, también pienso que si el profesor cree en un método bueno, los resultados serán mejores que si cree en un método malo; pero los peores resultados se darán si el profesor ha de hacer algo en lo que no cree.
Al mismo tiempo y por desgracia, también hay muchos profesores a los que todo les da igual, y en ese caso, si además aplican una metodología flojita… Pues apaga y vámonos.
Lo que quiero decir es que la ilusión del profesor es tan importante como su método, y no puede haber ilusión si te obligan a hacer algo en lo que no crees.
Un saludo,
Tengo mis dudas. Lo importante no es que genere ilusión. Lo importante es que sea efectiva. Imagínate que alguien dijera que tiene ilusión por dar clase en pijama, tumbados en el suelo y oyendo una música en la que se entremezclan fragmentos de geografía física. No lo veo. 😉