No me gusta enfadarme. Soy una persona que prefiero el diálogo frente a cualquier tipo de discusión. Además siempre intento, aunque cueste en ocasiones, meditar mucho antes de decir ciertas cosas o decirlas de una cierta forma. Pero hoy estoy que trino. Solo pienso en luces, fuego y destrucción. Y no por este orden.

Acabo de poner la radio y solo se habla de cosas que me importan entre poco y nada. De si nuestras Universidades son mejores o peores, de si la viruela del mono, de la influencer que va dejando ropa interior en el Mercadona, de si han apuñalado a alguien en algún sitio o, simplemente, de algún deporte que, a diferencia del mus, no aporta nada a nadie. Y ya no entro en las noticias relacionadas con la política. Los medios solo hablan de chorradas. De cosas irrelevantes después de la noticia que os traigo hoy…

¿Por qué estás tan enfadado me preguntaréis? ¿No estás disfrutando de las vacaciones y de la familia? ¿No estás feliz por tener tiempo para hacer lo que te apetece? ¿No estás contento porque, salvo algunos pequeños achaques al principio de las vacaciones, te has encontrado bien estos días?

Pues sí. Estaba disfrutando de las vacaciones hasta ayer. El día en el que se rompió todo y la bestia interior, completamente enojada contra el mundo, salió de nuevo del caparazón. Ni Hulk está tan enfadado como lo estoy yo.

Fuente: https://x.com/serkaape/status/1824154569137590477

La empresa Mondelez Internacional, propietaria de Tang desde 2012, ha sacado un Tang sabor a horchata. Joder, si ya era una mierda el Tang de naranja, imaginaos un producto, textualmente no recomendado para niños que dice que es algo sabor a horchata. Y no. No es un bulo porque lo he comprobado.

No puedo más. Lo siento. Ya he asumido que te puedas encontrar un sándwich de paella, que te vendan que poner chorizo en la paella es lo más o incluso que, en los supermercados, te puedas encontrar algo líquido plagado de azúcar que etiqueten como horchata. Pero, ¿me vais a decir que debo tolerar que haya un Tang de horchata? ¿De verdad me vais a pedir respeto por lo anterior? ¿No voy a poder ciscarme en el producto porque, por lo visto, hacerlo implica que mi estabilidad emocional se resienta? ¡No me jodáis!

Solicito la creación de una comisión de investigación del asunto y que se lleve la prohibición de este producto al Constitucional. Que se tomen medidas cautelares para retirar todo este producto de todo el país, llevando a prisión a todo el mundo al que se le detecte el mismo en sus domicilios. Solicito la movilización del ejército porque, al final, ¿qué es más importante? ¿Esto o que se quemen unas cuantas hectáreas y algunas viviendas? Esto. Sin ningún tipo de duda.

Estoy enfadado, airado y muy nervioso. Voy a sustituir el primer café de hoy por una tila. Y ya os digo yo que, si os respondo mal será porque estoy lleno de ira. Y, como bien sabéis, la ira es una mala consejera porque, incluso que no seáis culpables de nada, podéis llevaros algún palo que no os merecéis.

Napalm. Quiero napalm.


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