No lo entiendo. Os prometo que no entiendo que haya personas cuyo único objetivo vital sea, desde lo más profundo de su cuerpo, desear lo peor a los demás. No me cabe en la cabeza que haya gente que desee, por ejemplo, que los docentes que no piensan como ellos abandonen la educación, excluyan alegremente a parte del alumnado del sistema educativo o, simplemente, prefieran que las cosas salgan mal para los demás, incluso que a ellos les repercuta negativamente, porque mandan los que no son de su ideología.
Estos últimos días, acabando ya el proceso de oposición en mi Comunidad, he escuchado decir a algunos docentes (por suerte, muy pocos, pero hacen mucho ruido) que han aprobado por el proceso de estabilización “que se jodan los que aprobaron por oposiciones”. Que ellos tienen más derechos. Que, con suerte, les van a quitar el destino porque sus años de interino son mejores que los de funcionario de carrera. Incluso dicen que todos los funcionarios de carrera somos unos vagos. Algo que, permitidme la ironía, ahora al serlo ellos, seguro que les convierte en lo anterior. Sí, son muy pocos, pero hacen mucho ruido. Y creo que, desde mi óptica, hacen mal en alegrarse de cosas que van a perjudicar a terceros o que, incluso a medio plazo, pueden acabar perjudicándoles.
Todavía me acuerdo de las reivindicaciones de los controladores aéreos. Un numerosísimo grupo de personas, con todos los medios azuzando al personal, diciendo que se jodieran. Que cobraban un pastizal y que se les debía bajar el sueldo. Sí, así fue la estupidez en aquel momento. Lo mismo que hay algunos que quieren que los docentes perdamos derechos laborales. Da igual que ellos vivan cobrando un sueldo de mierda y tengan unas condiciones laborales lamentables. Lo importante es que se jodan los docentes. Bueno, quien dice los docentes, que se jodan todos.
Cualquier decisión, normalmente, implica perjuicios para un tercero. Es que es algo de cajón. El problema es pensar con el ombligo y no ver la decisión en su conjunto. Algo lógico en una sociedad en la que se nos ha repetido, machaconamente, que lo importante son los individuos y no el colectivo. Algo lógico en una sociedad en la que, por desgracia, si uno no mira su ombligo, lo único que hacen es tomarle el pelo o joderle. Una sociedad enferma. Y sí, la enfermedad está muy extendida.
Hay alumnado que con un 11 de media de Selectividad no va a poder estudiar Medicina. En cambio, alumnado con un 5, por tener a familias con posibles, sí que va a conseguir hacerlo en alguna de esas universidades privadas que han surgido y no han parado de crecer, gobierne quien gobierne, en todas las Comunidades. Y esas familias con recursos van a pensar, en algunos casos, que se jodan los que no tienen dinero. Lo mismo que los que pueden pagarse unas vacaciones y van a regodearse de ello en las redes sociales. Es hacer patente que algunos pueden y otros no. Repito, no son mayoría los que van a pensar lo anterior, pero sí que existen.
A mí me preocupa el eslogan del que se jodan. El problema es que, como eslogan, tiene mucho gancho y tirón. Y, no lo olvidemos, hay una apuesta clara a nivel social para que se interiorice. Considerar como enemigo al que tiene más derechos que uno o piensa diferente es lo mejor para poder seguir mandando los de siempre. Que no son, por cierto, los que creemos que mandan.
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