Estos días me he hecho con todas mis calificaciones de EGB. Por lo visto mis padres lo guardaban todo y, por suerte, he podido llevarme a mi casa, después de una maravillosa visita, siempre demasiado corta, los boletines de notas que me entregaron cuando estudiaba esa etapa educativa. Y ahora, a punto de cumplir los cincuenta, me doy cuenta de que, curiosamente, todo aquello por lo que apuestan los docentes más «innovadores» ya estaba inventado. Inventado y rechazado porque nunca llegó a funcionar.

Hoy empiezo con el tema de las calificaciones. Todo está inventado y tal como podréis comprobar, con pruebas fehacientes, se pasó en mis años de EGB por todas las modas posibles: la de las calificaciones por letra, las de número, las de valoraciones de emociones e incluso, tal y como podréis comprobar, la de evaluar por ítems cada una de las asignaturas que existían. Por cierto, si la gran innovación educativa en los últimos cincuenta años es cambiar el nombre de asignatura por materia vamos apañados.

Curso escolar 1980-1981. Boletín de calificaciones escolares con asignaturas que se distribuían en «áreas de expresión» y «áreas de experiencia». Con calificaciones en las que todavía no aparecía la E ni EXC para decir excelente y dicha calificación se denominaba S (sobresaliente). Además incorporaba las faltas de asistencia y valoraba cuatro ítems denominados Actitud, Comportamiento, Madurez e Integración social y Aprovechamiento.

Paso a uno de los cursos intermedios de EGB, en este caso tercero de EGB. Aquí ya se hicieron algunos cambios, entre los que se incluían la desaparición de las notas tradicionales para convertirlas en A, B, C y D. Lo sé, podría haber sido de la última generación de EGB en las que, en lugar de notas, les aparecía lo de «progresa adecuadamente». Sí, eso también lo conocemos algunos por tener una hermana diez años menor y ser la primera promoción LOGSE que hizo hasta sexto de EGB para, posteriormente, ya entrar en el experimento de la ESO.

Como habréis visto, cada una de las asignaturas incluyen todo el temario que se daba. ¿Os acordáis de los conjuntos? Algo que se ha dejado de hacer desde hace años y que, seguramente, vaya a volver en un futuro. Esto es como la rueda. Y, por cierto, fijaos bien… lo que ahora se está volviendo a hacer en algunos colegios como innovación (mecánica lectora y comprensión lectora) era algo que tenía su calificación específica.

Fijaos bien en la parte posterior del boletín de notas. Ya se incluía orientaciones para que los padres supieran interpretar los cambios que, cada cierto tiempo y de forma caótica (al igual que ahora) se hacían en los boletines. Un detalle que no os he mencionado… cuando yo cursé segundo de EGB es cuando quitaron de la calificación el MD que implicaba un Muy Deficiente porque, por lo que se ve traumatizaba al alumno que molestaba en el aula y no se dignaba a hacer nada.

Y, finalmente, el tercer ejemplo vivido en carne propia. El evaluar por competencias que tanto debate genera ya es una práctica que algunos padecimos como alumnos en nuestras escuelas, tal y como podéis comprobar en el siguiente boletín de quinto de EGB.

Una desaparición casi total de las calificaciones, dejando una valoración global del área (sí, fue cuando le cambiaron el nombre de asignatura a área) con un montón de ítems. Por cierto, esos ítems también incluían temas de emociones, trabajo en equipo,… y así hasta un largo etcétera de cosas que hoy algunos dicen que son innovadoras. Cientos de ítems a evaluar.

No me había dado cuenta pero me aparece que «tenía ganas de llamar la atención». Y no, en ese momento no había ni un solo orientador en los centros educativos, aunque sí que había en la mayoría de colegios un aula de educación especial, cuyos maestros daban ayuda a ese alumnado de todo el centro (no solo de esa aula) que tenía problemas ya que podía pedir cita con ellos.

Y un detalle hablando de la inclusión de la que se llenan tanto la boca algunos… el alumnado de esas aulas de educación especial daba horas con los grupos que no eran específicos de educación especial. Horas que se iban incrementando en función de la evolución de ese alumnado.

Así que ya veis que TODO en educación está inventado. El problema es que, al igual que sucedía antes, ahora nadie se está dedicando a analizar qué funciona y qué no porque las prisas, las urgencias y la imposibilidad de parar, amén de las alergias de algunos a evaluar el sistema, hace que no podamos sentar unos cimientos sólidos. Unos cimientos que deben asentarse en Infantil y Primaria porque, al final, son la parte más importante de todo el sistema educativo.

Añadid a lo anterior la necesidad de algunos de cambiarlo todo para que nada cambie porque, seamos sinceros, de qué vivirían algunos si no se dedicaran a hacer pedagogía continuamente de la rueda.

Un abrazo y seguid disfrutando, los que las tengáis, de las merecidas vacaciones. A mí a partir de hoy me toca disfrutarlas a medio gas. Eso sí, ese medio gas intentaré aprovecharlo lo máximo posible.


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