Estoy un poco cansando con el tema, recurrente para algunos, de jugar el comodín de la educación finlandesa ante cualquier situación educativa que se da en nuestro país. Hace unos días el Tribunal Superior de Justicia valenciano paralizó la aplicación de los ámbitos (fuente) y, curiosamente, sigue habiendo algunos que creen que los ámbitos son buenos porque se aplican en Finlandia. Joder, es que algunos ni tan solo son capaces de acudir a las fuentes originales y se basan en lo que les dicen otros que, curiosamente, tampoco tienen ni pajolera idea de cómo es el sistema educativo finlandés.
En Finlandia no se trabaja por ámbitos. Existe una ley, actualmente en vigor y delimitada a su aplicación por parte de los municipios, que puede establecer un trabajo por «fenómenos», agrupando el trabajo de ciertas asignaturas, IMPARTIDAS POR ESPECIALISTAS, en proyectos transversales. Son muchos los municipios que, al ver los resultados de este trabajo por «fenómenos» se han echado atrás. Pero bueno, todo es querer creer lo que nos dicen o saber qué sucede en realidad.
En Finlandia hay un porcentaje del 6% del PIB que va a educación y en nuestro país es el 4%. No son los datos tan brutales que nos cuentan algunos. Son dos puntos porcentuales y hay Comunidades en nuestro país que se acercan a esa inversión. Mayor inversión en educación, como debería saber todo el mundo, no implica mejor educación. La inversión debe ser alta y gestionarse bien. Mucho dinero invertido no implica automáticamente mejores servicios. Ojo, no estoy diciendo que no deba invertirse en educación.
No hay mejores estudiantes en Finlandia que en España. Hay muchos más médicos, arquitectos, ingenieros, etc. más reconocidos en nuestro país que en Finlandia. Finlandia tiene una educación más regular, con unos niveles más homogéneos y una menor desviación entre alumnado. Y eso no se debe a tener una mejor educación. Eso se debe a tener un sistema social mucho más igualitario. Con el aumento de la inmigración se ha visto que esa brecha social ha ido incrementándose en los últimos años. Y su protección social ante este aluvión de «nuevos finlandeses» no está soportando igual de bien esa inmigración que la de nuestro país. Así que, tampoco es el paradigma de la protección social.
Otro mantra cuando nos comparan con Finlandia es la baja tasa de suicidios del país. Pues no, tienen una tasa de 13,4 suicidios cada 100000 habitantes. Muy por encima de la de nuestro país o de países criticados por la alta exigencia académica que exigen. Es bueno acudir a las estadísticas oficiales de los diferentes países. Repito: la información y saber informarse es clave.
Y, por cierto, no os fieis tampoco de los compañeros que se han ido unos días de Erasmus a visitar algún centro finlandés. Ven lo que quieren ver. Y lo que ven, en muchas ocasiones, tiene poco que ver, al igual que lo que dicen los gurús, de lo que sucede realmente en las aulas finlandesas a lo largo de un curso escolar.
Por cierto, hay un detalle que siempre me ha intrigado de la educación finlandesa… ¿cómo es que tantos saben qué sucede ahí sin haber leído fuentes primarias e informándose solo por artículos amarillistas de medios de comunicación?
Finalmente un error en el que yo también he caído en muchas ocasiones: el 99% de la educación finlandesa no es pública, tal y como entendemos nosotros los que es la escuela pública. Es de gestión municipal, con criterios de intervención privados y contrataciones por parte de los «directores» (gestores) que tienen los diferentes centros educativos, propuestos por un período determinado por parte de los diferentes municipios o agrupaciones de varios municipios. Hay excepciones en cuanto a la gestión, pero normalmente funciona así.
Es que ya me cansa tanta palabrería sin fundamento acerca de la educación finlandesa o de Finlandia como paradigma social. La realidad se soluciona conociendo la realidad. No creyendo lo que nos dicen cuatro que, curiosamente, nos dicen lo que son incapaces de analizar en profundidad. Por eso este post en el que, lo único que os pido es que, antes de hablar de Finlandia, busquéis información acerca de qué es realmente lo que sucede en la educación finlandesa. Y que, por favor, recordéis que las comparaciones y acudir a ellas para intentar justificar ciertas cosas es (…).
Estos meses voy a ir haciendo un poco de publicidad, si me permitís (bueno, y si no da igual, porque esto es mi blog), de mi nuevo libro sobre educación para mayores de dieciocho, “Educación 6.9: fábrica de gurús”. Lo podéis adquirir aquí (en versión digital o papel). Y sí, me haría mucha ilusión que fuera uno de los diez libros más vendidos este curso que viene sobre educación. 😉
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Hola Jordi:
Efectivamente, Finlandia y su «falaz» ‘Educación Excelente’ son PURA FALACIA.
Todo esto, que no es más que el sintético preludio de un Compendio Documentado y Argumentado, en el que se demuestra que, además de ser falsa y confusiva la Versión Internacional sobre Finlandia y su Educación, provoca, en realidad y de facto, efectos dramáticos,ctragicos e irreversibles.
Me gustaría mucho poder desarrollar ampliamente está, mi respuesta a tu podcast.
Atentamente se saluda,
Sergio Picasso
Siéntete libre de desarrollar tus argumentaciones. Eso sí, espero que las compartas. Un saludo.
Gracias. Un artículo muy interesante
Siento hace tiempo una gran pena, al ver que el mundo de la educación es enormemente permeable a bulos, engaños y mitos varios. No espero que mis companer@s sean científic@s, pero si me gustaría que tuviesen algo más de rigor en sus metodologías. Me encanta este blog.
El problema es que los mitos educativos tienen más altavoces que los que contraponen investigaciones y datos. Tan solo hace falta ver qué cursos de formación se ofrecen y ciertas prácticas que, incluso desde las Facultades de Magisterio, se consideran como válidas cuando, revisando bibliografía, no dejan de ser más que pseudociencias. Muchas gracias.