Después de un curso plagado de reuniones y dedicación horaria de muchos docentes en los centros, cuatrocientos liberados (solo en mi Comunidad) a jornada completa para ayudar a redactarlo y miles de hojas, muchas de las cuales son solo producto de una triste plantilla, nos encontramos en este nuevo curso sin saber qué ha sucedido con ese Plan Digital de Centro que iba a revolucionar la digitalización en todos los centros educativos. Bueno, sabemos qué ha sucedido porque tenemos un maravilloso pdf en algún lugar de la nube titulado «Plan Digital de Centro del centro XXXX».

La verdad es que estamos tirando, (no solo) en educación dinero a chorro con cuestiones que, mal diseñadas, mal ejecutadas y, como siempre, sin ninguna evaluación posterior. Y esto es lo que ha sucedido recientemente con ese Plan. Un Plan para el cual, aparte de tener a cuatrocientas personas sin pisar el aula durante todo el curso, con la necesidad de contratar a sustitutos para que dieran clase, no ha servido a día de hoy para NADA. Sí, he dicho NADA. Bueno, yo perdí bastantes horas de mi tiempo el curso pasado asistiendo a determinadas reuniones y corrigiendo borrador tras borrador. Un documento que, al igual que las programaciones, nadie se va a leer pero, con el agravante de que, a diferencia de las programaciones, que solo hacen perder el tiempo a docentes, en este caso han hecho perder el tiempo a docentes y, en mi Comunidad, ha supuesto un coste de unos quince millones de euros. Nada, una minucia. Aquí lo importante es tirar el dinero.

No me acuerdo del Plan Digital. Me había olvidado de él hasta que esta mañana, mirando en el corcho de mi sala de profesores, he visto una infografía sobre el mismo. Pero ya no es solo que yo, que participé en la redacción del de mi centro, dentro de un grupo impulsor, sin horario para ello a coste cero, no me acordara. Es que casi nadie de mis compañeros sabe de ese documento. Un documento que va a permanecer en el sueño de los justos. O de los injustos. Da igual. Otro papel más que se suma a la ingente cantidad de papeles que, sin sentido, hacemos a bulto.

A mí me gustaría que algún día metieran a alguien en el trullo por malversación de dinero público. Es imposible que este tipo de cosas, pagadas con el dinero de todos, no tengan ninguna repercusión judicial para el que lo autoriza, desarrolla o envía su justificación económica. Pero bueno, estamos hablando ahora de la moda de la digitalización y todo lo que incluya la palabra digital mola. Especialmente si permite hacerse una foto a alguien, irse a una feria para vender el gran experto que es alguien en TIC o, simplemente, no dedicarse a lo importante.

Que nadie se olvide que, al final, invertir un euro en A es no invertirlo en B. Y que, además de ese dinero, hay horas de profesionales que están haciendo ciertas cosas mientras podrían estar haciendo otras.

Perdonad el tono del post y disfrutad lo más importante de cualquier profesión: las vacaciones. Vacaciones en las que espero no penséis en lo que están convirtiendo la educación. Y si lo hacéis, intentad obviar ese pensamiento para dedicarlo a lo que realmente vale la pena. Que, por suerte, es mucho más que lo que no. Un abrazo y feliz puente a los que lo tengáis.

Lo más importante del blog es que os paséis por aquí, pero si queréis colaborar en su mantenimiento…


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