Ámbitos a sangre y fuego

No puedo menos que preocuparme al ver como, sin ningún tipo de estudio ni pilotaje, en algunas Comunidades están optando por imponer los ámbitos a sangre y fuego. Además, no lo olvidemos, con una campaña mediática y de presión contra los que opinan que lo anterior es una auténtica aberración, brutal. Sí, lo de imponer pedagogía o praxis pedagógica a golpe de Decreto es algo que a algunos les motiva mucho. Reconozco que es mucho más cómodo que ponerse a realizar investigaciones o hacer un diseño serio, establecer hipótesis de trabajo, etc. pero, como ya sabemos algunos, lo importante nunca ha sido para algunos el plantearse la educación más allá de su visión.

Entre campañas, decretos e infografías, tan difundidas como falsas, como la siguiente, uno ve que se halla sin opción, salvo que pase de todo, necesariamente obligado a oponerse a tamaño despropósito.

Fuente: https://twitter.com/CapgiremL

No, no hay ni un ápice de verdad en la infografía anterior. Además, vamos a ser sinceros, lo de pretender que los docentes impartan una asignatura que, con suerte dieron en Bachillerato (o BUP en su momento para los más viejunos), es lo mismo que decir que, por el simple hecho de uno haberla cursado ya puede ser docente. Mucho quejarse del intrusismo profesional de terceros y algunos docentes teniendo orgasmos por poder dar ámbitos. A ver, reconozcámoslo, dar ámbitos tiene una ventaja importante a nivel laboral: con 9 horas de docencia en un primero o segundo de ESO, tan solo cogiendo dos cursos ya completas tu jornada laboral. Y no es lo mismo lidiar con 50 alumnos que hacerlo con 150 (ni a nivel de reuniones, ni a nivel de corrección, ni…). Además, hablando con algunos que dan ámbitos el curso que viene ya me han dicho en pequeño comité que ellos no tienen ni pajolera idea de lo que van a dar pero van a reducir las horas y el temario a impartir de lo que no son especialistas. Ojo, los que dan ámbitos acostumbran a acabar el currículo. Resulta sorprendente que un especialista no pueda y un no especialista sí. Es lo que tiene ser superficial por tener una base muy poco sólida de saberes a impartir.

Ahora toca a los ámbitos y al discurso de que, en función de donde estudias o vives debas aprender diferente. El sesgo segregacionista de lo anterior debería caer por su propio peso pero, curiosamente, los mismos que aplauden los ámbitos también aplauden esa autonomía de centro que, en lugar de permitir agrupamientos flexibles, cambiar la configuración horaria de las asignaturas o, simplemente, montar proyectos puntuales en los que esté implicado todo el Claustro, se convierte en una manera de decir… «como mis alumnos vienen de familias buenas (sic.) pueden aprender más». O a la inversa. Es que hay mucho clasista en esto de la educación al que le encantan los techos de cristal y limitar el aprendizaje. Especialmente desde el ámbito de plantearse toda la educación como una manera de filtrar mediante buenismos de boquilla. Y creo que se me entiende.

Debo reconocer que la campaña a favor de los ámbitos es brutal. Que la campaña para imponerlos o venderlos, también. Que, por desgracia, la mayoría de docentes lo que quieren es estar tranquilos y por eso pasan del tema. Sí, hay mucho pasotismo y mucho curro en los centros educativos. Algo que permite que se hagan ciertas cosas y se impongan otras. Es que siempre es mucho más cómodo callar que dar tu opinión. Además todos sabemos que si la opinión es contraria a «la que debes dar» tiene sus consecuencias. Especialmente por parte de algunos que creen en la imposición más que en el diálogo.

Me sorprende que haya docentes que crean en los ámbitos. Me sorprende que haya docentes que se crean capaces de dar asignaturas de las que no saben. Me sorprende, en definitiva, que haya profesionales que consideren igual de fácil dar algo que hace décadas que no han visto que montar un mueble de Ikea. Pero, como he dicho siempre, desde el momento en que los que venden ciertas cosas jamás llevan a sus hijos a centros que hacen esas cosas que venden, ya está todo claro. Al menos para mí.

Coordinación entre docentes, imprescindible. Reuniones productivas, también. Trabajos entre Departamentos, deseable. Incorporación de otros puntos de vista acerca de cómo dar la asignatura de uno, también. Puertas abiertas, lo ideal. Autonomía de centro, no poniendo límites al alumnado en función de su origen o capacidad inicial, se debe comprar. Otro tema es todo lo que he comentado en el post. Ya veis que sí que creo en la necesidad de cambiar algunas cosas. Es que, si no lo hiciera, estaría obviando que hay cosas que no funcionan en educación. Y haberlas haylas.

Por cierto, si mis opiniones no son compartidas, no tengo ningún problema en debatirlas en el foro que sea. Eso sí, por favor, agradecería que, en lugar de tomar represalias por lo que digo y enviar a terceros que hagan el trabajo desagradable, se pudieran contraponer ideas. Eso es productivo. Lo fácil es no admitir la crítica pero, lo que mejora la educación son los puntos de vista divergentes, fundamentados y con diálogo más allá del pensamiento monolítico de uno. También pediría, aprovechando que por lo visto este altavoz afecta a algunos, que se rodeen de buenos profesionales y no solo de aquellos que les digan lo que quieren oír. La comunidad educativa y, de rebote toda la sociedad en su conjunto, se lo merecen.

Seguiré intentando aportar lo que pueda y, como siempre digo, soy muy poco rencoroso… así que si alguien quiere contar conmigo, incluso que no me haya tratado del todo bien, ahí estaré para ayudar porque, al menos para mí, es más importante el objetivo final que los baches o los desencuentros puntuales. Soy así de raro.