Las decisiones políticas (porque, a estas alturas dudo que nadie pueda creerse que las decisiones acerca de la pandemia se toman por criterios sanitarios) que se están tomando para atajar la curva de contagios del COVID no funcionan. Bueno, lo único que han conseguido estas medidas -no solo en nuestro país, porque en todas partes es similar el resultado- es que muchos mayores, especialmente los de las residencias, mueran solos en una habitación. Sin visitas de sus familiares, sin poderse relacionar con sus compañeros de residencia, sin poder realizar ningún tipo de vida más allá del que le permiten las cuatro paredes de una habitación minúscula que, en muchos casos, está compartida con otro residente. Recordemos que, según datos oficiales, cerca del 80% de los fallecidos son personas mayores de las residencias. Al menos éste es el último dato que he visto en los datos que nos ofrecen las administraciones públicas (no los medios de comunicación).

Ahora resulta que la vacuna de Pfizer ha provocado la muerte, por efectos secundarios, en 23 personas mayores de 80 años en Noruega (fuente) y, por ello las autoridades noruegas, al igual que se hizo con la vacuna Sputnik V (no se recomendaba para mayores de 60 años, según fuentes rusas), se están planteando realizar vacunación a personas menores de esa edad. Ergo, tenemos una vacuna -o varias- que no sirven para proteger a nuestros mayores y por ello, supongo que deberá modificarse el proceso de vacunación para poder inmunizar al resto de la población. Añado que, según datos oficiales (me gusta usarlos), la muerte de menores de 50 años con coronavirus, sin ninguna enfermedad previa, es prácticamente nula. Creo que se puede alargar esa valoración hasta menores de 60 porque, aunque aumente, es mucho menor la mortalidad que la que hubo el año pasado en el mismo rango de edades por gripe. Así pues, a los únicos que está matando a mansalva es a los mayores y, especialmente a los que viven en residencias.

¿Cuál es la opción sanitaria lógica con los datos en la mano? ¿Abrimos todo y dejamos que se adquiera inmunidad de rebaño, permitiendo que los hospitales puedan estar más saturados? ¿Cambiamos el modelo de vacunación para empezar con los «más fuertes»? No lo sé. Lo que sí que sé es que las medidas que se están tomando acerca del control de la pandemia son totalmente absurdas e incoherentes. Debe ser que no entiendo que a partir de las ocho solo contagie en Castilla León y no en la Comunidad Valenciana. Debe ser que no entiendo que se contagie por horas, ni tampoco que se permitan aglomeraciones en metros, autobuses y centros escolares, mientras que al aire libre, en los bares se impida ser más de seis personas. Bueno, cuatro ahora. Es que no tiene ni medio sentido común la cosa.

Más allá del sentido común de las medidas (que nadie con sentido común entiende), lo que sí que es necesario es proteger a nuestros ancianos. No solo protegerlos. Permitirles que tengan una vida normal en los años que le quedan porque, si desde marzo no han podido ver a nadie y, en muchos casos han estado encerrados entre cuatro paredes, ¿qué sentido tiene su vida? ¿Qué sentido tiene alargar la vida de alguien cuando no puede disfrutarla? ¿Realmente debemos convertir las residencias en cárceles? Esas personas mayores no han hecho nada malo (más bien al contrario). Ellos se merecen vivir lo mejor posible y no morir como perros, que es lo que se está haciendo con ellos. Una auténtica vergüenza.

¿Por qué nadie piensa en el sentimiento de los mayores? ¿Por qué nadie piensa en su calidad de vida? ¿Por qué nadie se plantea poner recursos para que las residencias sean solo un lugar marginal para llevar a las personas mayores? Ellos no se merecen lo que les están haciendo. No se merecen, ni el genocidio ni la soledad 🙁


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