Educación a golpe de tuits y me gustas en Facebook. Miles de corazones en un TikTok sin ningún tipo de base pedagógica. Mediatización en función del número de seguidores que uno tenga en Twitter, más allá de la experticia (experiencia y pericia) que tenga uno. Es que, cuando a una chupa de cuero o un relleno de silicona se le da más valor que los años de docencia, cantidad de investigaciones publicadas en revistas serias o currículum profesional, tenemos un problema de vacío en muchos discursos, tal y como expresa muy bien (en el ámbito científico, pero fácilmente extrapolable al educativo) Juan en el siguiente tuit. Aprovecho para recomendar su canal de matemáticas porque es de los mejores que conozco en lengua castellana.

Fuente: https://twitter.com/juanmemol

Me preocupa ver como hay cursos de formación acerca de determinadas herramientas en los que, por desgracia, el tutor de los mismos es incapaz de responder a preguntas que le pueden hacer los alumnos del mismos. También me preocupa que se valore más el hecho de contar anécdotas, en muchos casos inventadas, que el conocimiento profundo de algún tema. Y eso me preocupa más cuando se da formación a gente que, supuestamente, ya tiene un cierto conocimiento científico y pedagógico. ¿A quién no le ha pasado nunca encontrarse con formadores que no saben de lo que están impartiendo formación? No debería existir, salvo excepciones muy excepcionales, la respuesta «tengo que mirarlo». Eso lo único que significa es que el formador tiene un conocimiento muy superficial de lo que está impartiendo.

Por suerte en el ámbito educativo el conocimiento banal y escaso no es tan grave como en otros ámbitos. Especialmente en etapas de enseñanza obligatoria. Incluso, con nulos conocimientos de su asignatura, uno puede salirse bastante bien del embrollo. El problema es ver cómo en etapas ulteriores se otorga validez a algo que dice alguien que, a poco que lo saques de sus frases prediseñadas, no tiene ni idea de educación.

Los triste es que, determinados personajes muy mediáticos, con nulo conocimiento pedagógico, que sin Google irían perdidos, sean considerados como referentes en educación. Y que, además sus libros de anécdotas o frases misterwonderfulianas, mal escritos (en caso de ser escritos por ellos y no por la organización que les promociona), se vendan mucho mejor que otros de mucha más enjundia educativa. Y eso es algo que, por desgracia, acaba cabreando a todos aquellos que, después de muchos años de trabajo para saber algo de lo suyo, intentan divulgar su conocimiento sabiendo que, lamentablemente, no van a tener un altavoz tan grande como van a tener los Gipsy Kings educativos. Bueno, en muchos casos, ni tan solo va a tener un altavoz de juguete para divulgar lo que sabe.

La educación de los mil me gusta, mucho me temo, ha venido para quedarse. Es lo que tiene la inmediatez y la falta de profundidad en la que muchos creen que debe consistir el modelo educativo. Recordemos que, cuanto más limitado en saberes es uno, más necesidad tiene de promocionar este tipo de divulgación superficial.


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