Compañeros y compañeras de profesión. Alumnos todos salvo los siempre ausentes. Personal de limpieza, de administración y todos esos sin los cuales no funcionaría ni un solo centro educativo. Familias heterogéneas con hijos en edad escolar. Os lo afirmo en mayúsculas… EN LOS CENTROS EDUCATIVOS NO SE INFECTA NADIE.
Si os habéis infectado y sois docentes lo habéis hecho porque sois unos fiesteros del copón. Los alumnos se infectan por irse de botellones. A ver si os pensáis que los tiernos infantes de seis años para adelante no van al parque a beberse unos Nesquiks de estranjis. Es que no sé cómo no entendéis que los centros educativos disponen de una red invisible, formada por un filtro de porosidad micrométrica, que no lo pasa ni el Ómicron ese. Por cierto, hay que tener cuajo para llamar a una variante Ómicron, en lugar de llamarla con nombres más castizos: La Lola, El Pepe o el Juanma. Ojo, que viene el Juanma. Molaría mucho más.
En los centros educativos no hay contagios. El profesorado que falta es, o bien porque se infectó fuera del centro en sus múltiples orgíaas que, como siempre, organizan los de Gimnasia (sí, he dicho Gimnasia, ya que el nombre Educación Física quieren que se aleje de su segunda actividad de organización de fiestas eróticas) o bien fingen estar contagiados. Se ponen unas gotitas de zumo de naranja en un test de antígenos (ahora a 2 euros y pico, oigan), llaman al médico, les hacen una baja por interné y se van de crucero a las Maldivas. La realidad es jodida. Y algunos se empeñan en seguir hablando de virus en los centros educativos cuando no es cierto.
El virus es inteligente. No quiere irse a oír cuatro gilipolleces de los que dan clase magistral, hacer cuatro proyectos chorras bajo la denominación de ABP, trabajar sobre un vídeo flipante que han visto en casa o, simplemente, escuchar como la de religión les habla de la conversión de agua en vino mientras que la de química les dice que eso no cuela. Joder, para qué va a ir un virus a clase si ya sabe todo lo que ha de saber. Incluso sabe cómo adaptarse al medio. La cantidad de acciones que tiene que tener el Ómicron este en las farmacéuticas. Si creo que su papá Delta, bastate joputa por cierto, es propietario de la mayoría de empresas destinadas a fabricar papel de váter. Por cierto, fregarte el culo con papel de váter de determinadas marcas sí que te introduce un nanorobot que va subiendo por el ojete hasta el cerebro. Está demostrado. Los mismos tipos que están tras la LOMLOE tienen un estudio que lo confirma.
Algunos ya estamos cansados del discurso de algunos que afirman que el virus se transmite en los centros educativos. Hay mucho docente con ganas de tocarse las partes a dos manos y después pasa lo que pasa. Ni el virus tiene interés en entrar en el aula, ni hay posibilidad de que lo haga. Está todo controlado. Igual de controlado que el dinero público y las cajas B. A ver si nos dejamos de monsergas y buscamos excusar variopintas porque, como he dicho antes con otra palabras: EN LOS CENTROS EDUCATIVOS NO HAY VIRUS. Todo es producto de vuestra imaginación y de vuestras ganas de quedaros en casa para ver todos los capítulos de una serie del Nesfli ese.
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