Hoy empieza oficialmente el curso, al igual que para miles de compañeros de profesión, para mí. Va a ser un curso marcado, al menos en mi Comunidad, por un desconcierto absoluto a estas alturas. Con una sentencia judicial que deja sin efecto un artículo de un Decreto de mi administración en el que obligaban a todos los centros educativos valencianos a trabajar por ámbitos en primero de ESO. Y eso hace que, desde hace unos días, los equipos directivos hayan perdido días de vacaciones para intentar solucionar el marrón en el que les ha metido el Secretario Autonómico.

Pero más allá de lo anterior, hoy es el día de reencuentros y de ver nuevas caras. En mi Departamento pasamos de cuatro profesores a cinco y medio. Y de los cinco y medio (medio no porque se parta; es por tener media jornada asignada a nuestro centro educativo y media a otro) yo conozco solo a tres. Así que me queda poner cara a tres “nuevos”. Sí, yo ya dejo de ser nuevo. Estoy en el centro educativo en el que me jubilaré. Bueno, nos trasladan en bloque a los de ESO y Bachillerato el próximo curso a un nuevo centro y dejan el mío para FP, pero ya me entendéis.

Tenemos un solo taller de Tecnología. Un centro hipermasificado con cerca de dos mil quinientos alumnos. Algo más de doscientos profesores. Ingobernable. Y eso que contamos con un profesorado fantástico, un equipo directivo que hace lo que buenamente puede, un personal de conserjería y administración que envidiarían más de uno y un personal de limpieza maravilloso. Se hará lo que se podrá. Algo que, seguramente, lo harán con la mejor habilidad y capacidad los que lo dirigen y los que trabajan en él. Bueno, trabajamos. Algo intentaré aportar.

Imparto una asignatura de esas nuevas en Bachillerato que consiste, por lo visto y leído el currículo (que se publicó en agosto) en la realización de un proyecto de investigación. El Treball de Recerca catalán importado a la Comunidad Valenciana. Tengo bastante claro el enfoque. Me interesa bastante más que sepan filtrar información, acudir a fuentes, realizar análisis DAFO, tengan nociones básicas de estadística y conozcan las normas APA que el proyecto en sí. Así pues se tendrán que poner las pilas. Y sí, voy a ser muy exigente. Por cierto, aprovecho para decir que todo el material lo van a tener en una de las herramientas que nos facilita mi administración educativa: OneNote integrado como pestaña en Teams. En mi Comunidad nos generan un equipo de Teams para cada asignatura de forma automática una vez está matriculado el alumnado. Una gozada. Sí, también tengo Aules (moodle) pero, a mi entender está más enfocado a enseñanzas semipresenciales que a la normalidad con la que ya volveremos, ¡por fin!, este curso.

También impartiré Tecnología en 4 de ESO para la rama de Académicas. Para esos que quieren cursar Bachillerato. Tengo todo el material montado y voy a intentar que aprendan lo máximo posible. Repito: este curso voy a ser muy exigente, tanto con este cuarto de ESO como con el primero de Bachillerato. No estoy hablando de ser “sanguinario”, estoy hablando de exigencia académica.

Y más allá de esas dos asignaturas, estoy desdoblando todos los grupos de primero de ESO, en los que voy a echar una mano a mi compañero o compañera (no lo conozco todavía), además de haberme cogido una hora semanal de “parchís”. Bueno, de esa hora de alternativa a la religión en la que no puedes hacer nada. Algo tengo en la cabeza para hacer. Espero a la Conferencia Episcopal para que me denuncie por intentar que mi alumnado, al menos esa hora, no esté perdiendo el tiempo. Cada hora de clase es una hora más de aprendizaje y una hora menos en casa. Es que es de cajón.

Todo lo anterior son intenciones. De esas que tenemos también cada final de año. Yo llevo yendo al gimnasio los últimos diez años por una de esas promesas locas de fin de año. Bueno, va a ser que no. Pero no es porque no lo haya intentado. Va, lo reconozco. Ni tan solo me he matriculado pero, como dicen algunos de los que defienden esto de las competencias y la “pedabobería”, la intención es lo que cuenta.

No voy a usar ninguna web externa para colgarles el material. Con una sola plataforma, además siendo la oficial, creo que es lo más lógico para mi alumnado. Tanta proliferación de herramientas y montar/desmontar cada curso en función de que cierren algunas o salga otra de esas que “va a revolucionar la educación” ya es un discurso que me cansa. Son ya muchos años de profesión. Y sí. Soy de los que con las manos en los bolsillos puede dar clase. Al igual que la inmensa mayoría de mis compañeros. Algo que, por lo que se ve, no gusta al discurso oficial ni interesa a los que gestionan la educación.

No conozco al alumnado que voy a tener. A lo mejor repito en cuarto con algún alumno que tuve en tercero. A lo mejor no. Por eso, a estas alturas hablaros de estrategias pedagógicas es algo que no pasa por mi cabeza. Menos aún intuir si lo que voy a hacer en clase, cuando vea y me adapte a ese alumnado, va a funcionar o no. Soy así de raro.

Más allá de mi profesión (que es lo primero y por lo que me pagan) en la que intentaré ser lo más profesional posible, voy a seguir publicando cosillas sobre educación por aquí. También, como os dije hace un tiempo, con periodicidad semanal o quincenal podéis recibir una newsletter con las noticias e investigaciones que se hayan dado. El primer número (bueno, el segundo porque el primero era para decir en qué iba a consistir eso) llegará al buzón de los que os habéis suscrito la semana que viene. Dos días no dan para tener muchas noticias. O sí. Pero bueno. Ah, os podéis suscribir gratuitamente aquí.

¿Más cosillas? Nada. Recordaros que ya no uso Twitter. Sí, habréis visto que la cuenta vuelve a estar activa pero si os fijáis, veréis que no estoy siguiendo a nadie y que solo van a publicarse los artículos de este blog. Para interactuar me quedo con Facebook (mucho más sano, a pesar de lo que dicen ciertos tuiteros de pata negra), con el correo electrónico o con la pestaña de “contactar” de este blog. Por eso, aunque salgan los artículos publicados en la red del pajarito, ya os digo yo que está todo automatizado. Y que no voy a responder a nadie. Las ganas de hacer daño o zascandilear os las dejo para vosotros. Mi tiempo es muy importante este curso porque, además del curro, tengo cuestiones personales muy interesantes en mi vida. Y otros temas profesionales que también me interesan muchísimo.

Ya os iré informando acerca del desarrollo del curso por aquí. Para saber detalles más íntimos de mi vida quizás en un futuro me haga un OnlyFans. Todo dependerá de la cantidad de dinero que necesite para acabar unas obras interminables. Cómo odio las obras en casa. Es casi peor que ir al dentista. Bueno, es infinitamente peor. Por cierto, para todos aquellos que ya habéis cobrado la nómina, a ver si os hacéis con mi nuevo libro. Sale barato y colaboráis con las obras.

Tened una buena entrada al nuevo curso. Y pensad, como digo siempre, que ser un buen profesional jamás va en contra de saber priorizar entre lo profesional y lo personal. Un abrazo.

Estos meses voy a ir haciendo un poco de publicidad, si me permitís (bueno, y si no da igual, porque esto es mi blog), de mi nuevo libro sobre educación para mayores de dieciocho, “Educación 6.9: fábrica de gurús”. Lo podéis adquirir aquí (en versión digital o papel). Y sí, me haría mucha ilusión que fuera uno de los diez libros más vendidos este curso que viene sobre educación. 😉


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