Hace varios años escribía reflexiones en este blog, normalmente en domingo (de forma previa a la paella de rigor), en las que tocaba varias cuestiones que me pasaban por la cabeza acerca de temas educativos. Era un formato muy incoherente pero, al menos a mí, me ayudaba a centrar ciertos aspectos y poder afirmar, de forma muy clara, que los debates educativos son cíclicos y tienen los mismos tempos cada curso escolar.

Así pues, hoy voy a permitirme, ya que solo me queda el tema lavadora pendiente y cosas del curro, reflexionar en voz alta acerca de ciertas cuestiones educativas. Cuestiones que me han llegado por las redes. Cuestiones que me han llegado por los medios. O, simplemente, cuestiones que estaban en mi cabeza que, mientras estoy escribiendo, seguro que me van surgiendo.

Vamos a ello…

En primer lugar me gustaría reflexionar acerca de lo que está sucediendo en los grupos de Facebook con los docentes. Estoy muy sorprendido del tipo de preguntas que lanzan algunos compañeros en esos grupos y ya no digamos, en ocasiones, la falta de calidad en el redactado y la multitud de faltas de ortografía que veo en las mismas. Ojo. No estoy diciendo que todos hagan este tipo de intervenciones. Estoy diciendo que hay, para mi gusto, demasiadas intervenciones de este tipo que, por desgracia, se están acrecentando en los últimos tiempos.

También me gustaría plantear de nuevo la necesidad de aislar las medidas educativas de quién las propone. Si hay medidas educativas interesantes, que pueden servir para mejorar la educación, da igual quién las proponga. Ahora con el debate en Madrid acerca de que en los nuevos centros educativos se devolverá primero y segundo de ESO a los colegios y se establecerá la jornada partida, me resulta realmente curioso ver gente que defendía lo anterior que ahora, curiosamente, son sus más furibundos detractores. ¿Queréis que me moje? Pues bien. Yo soy de los que cree, sabiendo que estructuralmente es muy complicado, que es bueno devolver ese alumnado a los colegios. Bueno, ahora quizás plantearía tres tipos de centros: uno de Infantil y Primaria, otro solo para la ESO y otro para Bachillerato/FP. Pero es una idea que no me disgusta. En cuanto a la jornada partida o continua tengo, por desgracia, contradicciones internas. Creo que es mejor la continua pero también creo que deberíamos racionalizar el número de materias que se imparten.

Otro tema acerca del que me apetece reflexionar y sobre el que llevo tiempo haciéndolo es cómo conseguir que el alumnado consiga tener, de forma general, una buena competencia lectora, entienda lo que lee y sea capaz de redactar textos en condiciones. Al igual que tampoco me queda claro cómo podemos, con la diversidad existente en las aulas, poder tener un método para mejorar la competencia matemática. A pesar de no tener claro el cómo, sí que tengo claro que más allá de aprender otras cosas, hay cuestiones que van antes que otras. Y estas son claves para un futuro aprendizaje. Sin los cimientos no hay casa que se mantenga de pie.

Estos días un docente ha presentado un cómic y ha dado alguna entrevista en los medios para hacer dicha presentación. Soy un fan y un convencido de que el formato cómic es un formato muy interesante para apoyar aprendizajes. Creo que tanto los cómics que ha escrito Pedro Cifuentes, como Mortadelo y Filemón, amén de otros más pedagógicos y relacionados con el aula, son claves para mejorar la lectura y hacer una aproximación inicial a la misma. Un cómic no es una lectura de segunda. No lo es.

Relacionado con lo de los cómics, voy a incorporar una reflexión importante. Hay profesionales de la educación que hacen cosas con las que se puede estar de acuerdo y otras con las que se discrepa (como es mi caso con el que ha publicado el cómic). El problema es cuando algunos llevan esos debates a lo personal. Entonces ya no hay posibilidad de establecer sinergias. Los puentes se rompen. Y a algunos les interesa hacerlo. Dedicar esfuerzos a romper puentes, llevándolo todo al terreno personal, es, al final, impedir cualquier tipo de colaboración para mejorar el aprendizaje del alumnado.

¿Más temas para reflexionar? Pues sí. Hay otro que me preocupa. La necesidad de contar todo lo que pasa en el aula de uno en las redes sociales. No es necesario. Además, en ocasiones, hay cosas que suceden en las aulas que, por privacidad con el alumnado, no deberían contarse y deberían solucionarse en el contexto en el que toca hacerlo. No estoy diciendo que no deba uno quejarse en las redes sociales de cuestiones educativas. Estoy diciendo que si A ha hecho B y se cuenta públicamente, es muy fácil identificar a A. No es necesario. No sé si me explico. Y entiendo que algunos deban contar cosas que les han pasado en su aula pero no creo que las redes sociales sean el lugar para hacerlo.

Los docentes, estemos dentro o fuera del aula, somos un colectivo muy heterogéneo a todos los niveles. Lo que sucede es que profesionalmente somos, de forma general y al igual que en cualquier otra profesión, buenos trabajadores. Más expuestos mediáticamente que los demás. Algo que hace que, al final, haya muchos medios con ganas de hacer sangre con ella. Una arena en la que, por motivos variopintos, a algunos les interesa entrar. A mí cada vez menos porque, al final, lo importante es sacar bien el trabajo de uno y llegar a casa con buenas sensaciones. Pero sea uno docente o trabajador de la construcción. Todas las profesiones son igual de importantes. No tenemos el mejor trabajo del mundo ni somos más especiales que otros trabajadores. Tenemos un trabajo en el que hay una gran parte de relación humana.

En educación o empezamos a reforzar los cimientos, a contar con todo el equipo (arquitectos, encargados, peones, fontaneros, etc.) o la casa, de tanto apedazarla, va a acabar cayendo definitivamente. Y eso es algo que salvo cuatro, que lo único que quieren es dinamitarlo todo, estoy convencido que la sociedad quiere: la mejor educación para las futuras generaciones. Intentémoslo.

Espero que vuestra semana con alumnado (o sin él, haciendo otras cosas) haya ido fantásticamente bien y que la que viene sea todavía mejor. Un abrazo y gracias por pasaros por aquí aunque, en días como hoy, tampoco no tengáis muy claro, si habéis llegado hasta aquí, qué hacéis leyéndome.


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