Siempre me he preguntado por qué nos empecinamos en hablar con personajes incapaces de dar respuestas concretas. En el ámbito educativo no entiendo que sigamos hablando con aquellos que, cuando les pides estrategias para el uso adecuado del móvil (que ellos defienden), sean incapaces de darte ninguna. Tampoco son capaces de darte ninguna estrategias para mejorar la lectura en Primaria, lidiar con alumnado disruptivo y, ya no digamos, establecer estrategias eficaces para sustituir un libro de texto por otros materiales didácticos.

Los pedagogistas no tienen respuestas para nada. Solo tienen en la boca las frases «es que no lo haces bien», «estás en contra de la inclusión» o «eres un rancio». sin darte en ningún momento una solución a lo que necesitas para tu aula. Son cientos y cientos de horas escuchando frases de Freinet, afirmaciones atribuidas a Rousseau o, simplemente, vendiendo pedagogías que no soportan nada fuera del libro que escribió algún tipo con mucho tiempo hace bastantes años. Eso sí, innovar como palabra clave. Innovar y desinnovar a partes iguales. Es que todavía me acuerdo de un grupúsculo muy bien financiado por un partido político catalán que publicaron una foto diciendo que «se innovaban encima». Un grupúsculo que fue, junto con otras dos asociaciones, una muy cercana al un partido supuestamente progresista y otro gestionado desde el extranjero, se están forrando con subvenciones públicas mientras dinamitan la educación catalana. No creo que sea necesario daros nombres.

Puestos a acordarme de cosas, también me acuerdo de aquella pedagoga, con cuenta B en las redes sociales desde la que insultaba a todos los docentes de etapas obligatorias, ahora muy implicada en un colectivo reconvertido en asociación, a la que pregunté qué solución me podía dar para el aula. Para un problema concreto que le planteaba. Y, curiosamente, sabéis cuál fue su respuesta… «es que los pedagogos no nos dedicamos a esto». Entonces, ¿a qué os dedicáis le pregunté? Silencio y bloqueo por respuesta. Este es el nivel.

No compréis jamás el discurso de los que digan que el único discurso bueno es el suyo. No compréis nada a aquellos que aterrizan ahora buscando el chiringuito de la IA y que, más allá de escribir mal algunos prompts (instrucciones) en ChatGPT, no saben la definición de algoritmo. Buscad gente que sepa. Gente que os pueda dar respuesta a ciertas cosas. ¿Para que sirve poner AdBlue en el coche? Pues se busca a alguien que lo sepa. No a alguien que no sabe ni siquiera lo que es el AdBlue. Cosas que en otros ámbitos diferentes del educativo están muy claras. Entonces, ¿por qué no lo están en el ámbito educativo?

A ver si algunos empiezan a responder a algo porque, sinceramente, los que necesitan respuestas ya se están empezando a cansar de los que están vendiendo ciertas cosas, con discursos vacíos de todo y que, gracias a su labia o a la difusión que se les ha dado, han hecho caja sin tener ni pajolera idea de nada. Ni de la asignatura que dan, en algunos casos muy concretos, en la Universidad. Eso sí, salvo cuando se hallan de tournée que, como todos sabemos, es lo único que saben hacer.

Lo sé. El concepto de pedagogismo no les gusta a algunos pero, al menos para mí, está al nivel de discípulo de Llados, vendehúmos o gurú. Y resulta, por eso, igual de válido.


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