Hace unos pocos días se ratificó un acuerdo entre el PP y VOX para gobernar la Comunidad Valenciana. Además, después de firmarse el acuerdo, empezaron a salir rumores acerca de quién se quedaría la Conselleria de Educación. En principio parecía que VOX. Después en otro medio decían que el PP. Nada. De esos rumores que, como todos lo que conocemos el funcionamiento de ciertos lugares, acaban siendo globos sonda de algunos para posicionarse en determinados puestos de salida. O, simplemente, rumores sin más.

Ello me lleva a reflexionar, con datos, acerca de qué supondrá la nueva Conselleria. De lo irrelevante que es, a nivel global y para el alumnado, vistos ejemplos de otras Comunidades, que manden unos u otros. Se trata de un simple hecho cosmético porque, al final, las decisiones que se tomen, más allá de la propaganda, lo que es importante es lo que se haga y muchas decisiones que se toman vienen marcadas desde Europa o determinadas organizaciones.

Seamos sinceros y tiremos de hemerotecas. En Murcia, salvo la propaganda inicial, tampoco se han cargado la educación pública, ni han implantado el PIN parental ni, como dicen algunos, han regado de millones a la concertada. Bueno, sí que han aumentado el número de conciertos singulares en etapas obligatorias pero, curiosamente, en el mismo porcentaje que en otras Comunidades gobernadas por otros partidos políticos de ideología contraria.

A mí puede gustarme más o menos ideológicamente un determinado partido político pero, una vez realizadas las elecciones (que es donde se vota y se decide), lo que me importa es que los que han ganado gestionen bien la educación. Bueno, hablo de la educación porque es de lo que trata este post pero, como comprenderéis, es extrapolable a todos los ámbitos. Y a mí lo del lobo ya es algo que me cansa. Los datos son los que me importan. Las decisiones, como he dicho antes, la clave de todo.

Últimamente cuando me preguntan por el tema del PP y VOX siempre pongo el mismo ejemplo. En mi ciudad, Sagunto, manda el PSOE. Están construyendo un centro educativo con el plan Edificant (que cede a los Ayuntamientos la gestión de las obras) y el mismo va con muchísimo retraso (debería haber estado inaugurado para el curso 2022-2023 y no se sabe si va a estar en septiembre). En cambio, en el pueblo de al lado, Canet d’en Berenguer, con gobierno también socialista, están haciendo un centro educativo que, empezando un año y pico más tarde que el de Sagunto, ya está casi igual de avanzado. Por tanto, no son tanto decisiones de color político como de capacidad en gestión de ciertas cosas. Y ahí estaría la clave.

Por tanto, ¿viene el lobo? Pues si viene, ya ha llegado. Si realmente no es tan lobo, ya lo veremos con las decisiones que tome. A mí, como he dicho siempre, a cuatro años de las nuevas elecciones, me interesa saber qué van a hacer, qué decisiones tomaran y cómo afectarán las mismas al aprendizaje del alumnado. Esa es la clave. Y, como siempre hago, le voy a dar los cien días de rigor al Conseller o Consellera que he dado a todo el mundo cuando ocupa un cargo de responsabilidad porque, sabéis qué, a mí me importan más lo hechos que las declaraciones u opiniones en los medios.

Así pues, sean o no los míos, quiero ver qué hace el «lobo» porque, habiendo visto algunas cosas qué han hecho otros que eran «corderos», a lo mejor cambio de criterio. Eso sí, como siempre, voy a criticar duramente las decisiones que vea que no son correctas, proponerles cosas (al igual que hice con los otros) y, cómo no, también decir qué cosas hagan bien.

Ahora ya me podéis llamar facha. Cuando entraron los otros y escribí algo similar, otros me llamaban comunista. Es que me lo gano a pulso.


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