Llegan los ámbitos al Bachillerato

Con la nueva reforma que plantea el Ministerio de Educación y FP se cumple lo que algunos ya intuíamos: Bachillerato se va a convertir en quinto y sexto de ESO. Algo que algunos aplaudirán con las orejas porque, vamos a ser sinceros, ¿a quién beneficia un menor aprendizaje? ¿A quién beneficia eliminar la única etapa académica que, cada vez más renqueante, sobrevivía a los cambios educativos sin sentido de las últimas décadas? Sí, se intuye fácilmente.

Resulta que va a haber un cambio en la prueba de Selectividad que va a modificar radicalmente el modelo educativo del Bachillerato (fuente). En lugar de preparar académicamente en las diferentes asignaturas, se va a preparar para un totum revolutum, similar a los ámbitos que se están implantando en muchas Comunidades en los primeros cursos de ESO. Si desaparece la necesidad de profundizar en contenidos, ¿qué sentido tiene tener un especialista para que dé clase? Mucho mejor que el que imparte Historia del Arte pueda dar Lengua y Literatura de Bachillerato. Porque, por si alguien todavía no lo intuye, el objetivo es cargarse a los especialistas de Secundaria. No verlo es ser un poco estúpido. O ciego. O ciego y estúpido.

Necesitamos camareros que sepan inglés. Lo de escribir correctamente en alguna lengua, de esas cooficiales, lo dejamos solo para aquellos que, en un futuro y si sigue existiendo, estudiarán alguna Filología. Al menos ahora ciertos personajes, con o sin título, ya podrán empezar a dar clase en Bachillerato. No hace falta que sepan de nada. Solo hace falta que sean capaces de “orientar en madurez”. Bueno, en madurez políticamente correcta. Joder, es que lo de pasar la prueba de Selectividad a hacer un dossier para que el alumnado hable sobre el mismo y una prueba para ver si ya saben distinguir lo que es socialmente repudiable (siempre según criterios ideológicos) de lo que no es muy (…).

El objetivo siempre ha sido cargarse la educación en este país. No estoy a favor de una Selectividad como la que se plantea ni como la que existe actualmente. Soy partidario de reducir un curso la ESO y tener un Bachillerato de tres cursos. Incluso, si me tiráis de la lengua, soy capaz de plantear una evaluación tipo test objetiva, con un dictado y una exposición oral para poder validar el título de Bachillerato. Es que soy muy raro y tengo ideas muy locas. Pero lo que no tolero es que nos quieran tomar el pelo. Y esto que plantean de la Selectividad es una tomadura de pelo, ideada por cuatro que jamás han dado clase y tres palmeros que son capaces de disculpar que unos trafiquen en sobres y otros hayan dilapidado cientos de millones de euros, gastándose parte en putas y cocaína.

¿Por qué no empezar a solucionar la educación por sus fundamentos? ¿Por qué antes de empezar a ahondar en las miserias de la ESO o en los errores del Bachillerato, no empezamos a solucionar Infantil y Primaria? Salvo, claro está, que el objetivo no sea mejorar la educación. Y si es así, ya me callo.

Cuando los que aplaudís desenfrenadamente los ámbitos en la ESO os encontréis con esto, pensad que la culpa es vuestra. Sí, vuestra. Cuando vinieron a por los judíos no me moví porque no era judío. Así que, al final cuando vinieron a por todos los que no pensaban como la minoría que gestiona el cotarro, no quedaba nadie para defendernos porque, vamos a ser sinceros, cada clavo que se clava en el ataúd acerca las posibilidades de utilizarlo.

No me hagáis mucho caso. A lo mejor el que estoy equivocado soy yo y lo que realmente debemos hacer es facilitar ese nuevo quinto y sexto de ESO para no segregar. No hay nada peor que segregar por conocimientos. A ver si, los que somos reacios a la homogeneización educativa, lo entendemos de una vez. A mí, reconozco, me está costando.

Publicaciones Similares

2 comentarios

  1. ¡Enhorabuena por el post, Jordi! No puedo estar más de acuerdo. A pesar de la pérdida de derechos que estamos viviendo en Secundaria, sigo sin entender como aún siendo mayoría los que estamos en contra de esta degradación de la educación pública, no nos organizamos para salir a la calle y darle voz a todo esto. La verdad es que como colectivo dejamos mucho que desear.

    1. Lo de organizarse para salir a la calle es muy incómodo. Además, vamos a ser sinceros, los docentes hemos comprado el rol de falso burgués y ya no nos movilizamos (de forma general y masiva) por nada. Menos todavía si no nos afecta directamente al bolsillo. Pues sí. Un colectivo bastante lamentable a nivel movilización.

Deja un comentario