Si tu vida es el trabajo tienes un problema. Si tus decisiones personales las tomas, más allá de tu jornada laboral, pensando en tu profesión, tienes un problema. Si vives por y para tu trabajo, tienes un problema. Si eres incapaz de ver, como nos ha pasado a algunos demasiado tiempo, que la vida pasa y el trabajo no es más que una necesidad por haber nacido en un determinado tipo de familia, tienes un problema. Yo he tenido ese problema. Yo me he pasado fines de semana y vacaciones haciendo cosas de mi trabajo. Incluso he convertido, en ocasiones, ese trabajo en un hobby. Y esto, por muchos motivos, no es sano.
Tenemos un horario lo suficientemente amplio durante la semana para no tener que llevarnos trabajo a casa. No pasa nada por dividir esas horas «de preparación y formación» entre nuestros fines de semana. El problema es hacer infinitas horas extra. ¿Qué ejemplo le estamos dando a los chavales? ¿Realmente debemos nosotros de suplir la mala gestión educativa que nos rodea? ¿Hasta qué punto debemos dejar de tener tiempo libre para convertirlo, con o sin sonrisa mediante, en tiempo laboral? La vocación como mal endémico de nuestra profesión. Por suerte hay algunos que lo tienen claro. Otros intentamos vislumbrar la luz al final del túnel de algo que nos lleva absorbiendo demasiado. Poco a poco…
Yo este fin de semana he empezado dejando la mochila en el coche. Sé que tengo cosas que corregir. Sé que debería preparar algunas cosas pero, como hago últimamente, me pongo un contador del tiempo que dedico a mi profesión. Y ya he regalado cerca de media hora. Por tanto, he cumplido a rajatabla mi horario laboral. Mi contrato. Mi relación contractual con la empresa que me tiene contratado. Ser funcionario no implica que no tengamos una administración a la cual no debamos rendir cuentas. Por eso estoy este fin de semana largo intentando no hacer nada relacionado con mi trabajo como docente. Otra cuestión es si me apetece fabular rápidamente en Twitter sobre educación o, simplemente, si me apetece escribir algunas otras líneas aquí comentando ciertas cosas. Lo hago como persona y no como docente, aunque la profesión me sirva para conocer algo más de ciertas cosas. Pero, aun así, mi opinión vale lo que vale. Opinamos 24/7. Pero eso no es trabajo. Trabajo sería otra cosa.
Cada vez tenemos una vida laboral más larga. Las horas que dedicamos a nuestra profesión más allá de nuestro convenio laboral son horas que detraemos a otras personas, a otras cuestiones,… a una vida que deberíamos tener más allá de nuestra profesión. No lo sé. Quizás nuestra profesión sea diferente a las otras, como dicen algunas voces. O quizás sea porque, por desgracia, hay personas que no tienen más vida que su trabajo. Y eso, por mucho que nos guste lo que hacemos, acaba siendo muy triste.
Disfrutad del fin de semana. Son horas que, una vez pasadas, no vais a poder recuperar.
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Gracias por compartir estos “sentimientos”, he dedicado mucho, mucho tiempo a mi trabajo en perjuicio de mi familia. Ahora, más que pasados los 50, lo veo de otra manera. No se trata de no cumplir, no, pero ahora quiero trabajar y VIVIR.
Jordi, totalmente de acuerdo..hay que vivirlo para creerlo y entenderlo y más con las nuevas tecnologías..clases presenciales y después trabajo 24horas sin tener en cuenta ni el descanso necesario y obligatorio que hay que respetar el cual recoge el Estatuto de los Trabajadores..entrega y absorción total..y encima estamos agradecidos y encantados de vivirlo..vocación..pero hay más vida , más personas..etc etc después del trabajo..hay que poner límites y diversificar el tiempo y saber decir NO.
Saludos
Un gran texto repleto de una verdad incomoda que poca gente quiere ver, es la perfección del sistema, los esclavos poniéndose las cadenas por voluntad propia y enorgulleciéndose de llevar cadenas y ser esclavos. Cuando tu vida la dedicas principalmente a tu trabajo y aún así dices o piensas que suerte de tener un trabajo, eres un esclavo feliz de serlo.
Un maestro escribiendo esto. Sueldos desproporcionados por trabajar 20-25 horas a la semana, 3 meses de vacaciones al año…
En fin
Lo de las 20-25 horas que comentas suelen horas lectivas, después hay que añadir horas de tutorías, corregir y preparar tanto exámenes como deberes (que, muchas veces, es trabajo que se hace en casa), etc. Y, por encima de todo, ¿según qué regla no se puede hacer una crítica de la cultura laboral que hay instaurada en muchas de las empresas de este país si se trabajan menos de 40 horas?
Jamás hago nada fuera de mi horario laboral. Jamás. Me importa un pimiento que me hablen de compromiso o vocación. Mi compromiso y mi vocación soy soy, mi familia y mis amigos. Lo que hago a cambio de dinero se llama trabajo.