Quince días hace que subí mi libro a Amazon. Números de venta muy bajos en comparación con las descargas de mis dos primeros libros. Lo sé. Lo gratis mola. Y descargarse cosas gratis, incluso que uno no se las lea (¡la gran cantidad de pelis que se descargaron algunos con emule!), mola mazo. Y aún así, estoy bastante contento.

Estoy contento porque es el primer libro que autoedito en su totalidad. No he acudido, como hice en los dos anteriores, a ninguna empresa de autoedición para que me lo maquetara. Lo he hecho yo solito. Con estas mismas manos que estoy escribiendo este post. Leyendo mucho por internet y buscando, por aquí y por allí, plantillas de documentos que me permitieran tener un producto final más o menos aceptable. Algo que creo que no he hecho del todo mal.

¿Por qué acudí a Amazon para publicarlo? Pues porque toda la parte de montar una tienda virtual en mi blog se me iba de las manos. No por incapacidad. Por falta de ganas de hacerlo. Cuando algo no me gusta, especialmente si no hay obligación para ello, no lo hago. Otro tema es tirar la basura o sacar los platos del lavaplatos. Hay obligaciones que lo son y otras que, salvo que alguien tenga interés en convertir toda su vida en obligación, mejor dejarlas, como siempre intento hacer en los últimos tiempos, como algo voluntario que va a quedarse así hasta que me apetezca.

En referencia a Amazon, he dado el paso de ponerlo en Kindle Unlimited. Ya veremos dentro de tres meses si me arrepiento por haber recibido ofertas editoriales. Bueno, sé que no hay ninguna editorial que se atreva a publicar un libro educativo para mayores de 18. Y menos publicado por alguien como yo. Eso que ahora sin Twitter recibo muchos menos insultos que antes. Nada, he dejado, como dije hace unos días a un amiguete, ciertas cosas atrás desde que me largué de ahí.

¿Qué os puedo contar del libro que no os haya contado aún? Bueno, ya he dicho por activa y por pasiva que aparece la lluvia dorada, el bondage y la introducción anal de determinados objetos. También aparecen palabras como lefa o cimborrio. E intento relacionar todo lo anterior con esos personajes que nos están vendiendo como «expertos» en educación. Ha costado. La verdad es que os prometo, a pesar de que me he divertido mucho escribiéndolo, que ha sido ardua la labor para combinar sexo y educación. Especialmente intentándolo hacer de forma poco inclusiva, con lenguaje torrentino y con mucho humor digno de Chiquito de la Calzada (D.E.P.). Landismo y Mariano Ozores, junto con lo más absurdo de Crónicas Marcianas. Un pifostio.

¿Estoy ganando mucho? Pues no. Estoy ganando lo justo para comprar la pintura y el rodillo para poder pintar algunas cosillas en casa. No me importa. Si hubiera querido ganar dinero hubiera escrito otro tipo de libro. O quizás hace tiempo hubiera mantenido un perfil bajo en las redes sociales, siendo políticamente correcto, para ir trincando en los cursos de formación de las diferentes administraciones educativas. No me ha salido nunca lo anterior. Ojalá fuera como uno de esos gurús que menciono de refilón en el libro. Bueno, mejor no.

Hoy a lo mejor me pongo a hacer un vídeo en TikTok adaptando la canción de Rosalía para promocionar mi nuevo libro. O hago eso de ponerme ropa interior para marcar mis lorzas mientras desgrano algún capítulo de los más pornográficos. O quizás me siente en el sillón para acabar de leer un libro de esos que nada tienen que ver con la educación. Quién sabe.

Echo de menos que aparte de comprar mi último libro o descargaros los dos anteriores de forma gratuita (aquí), me hagáis algún comentario público acerca de qué os ha parecido. Sé que a algunos os da miedo decir que habéis leído un libro como este pero, vamos a ser serios, si hay gente que reconoce haber comprado y leído un libro de César Bona o Mar Romera, ¿por qué os vais a avergonzar de haber leído el mío? Es que no lo entiendo. O sí. La fábrica de gurús tiene su secta y, aunque algunos intentemos dinamitar el modelo «gurú educativo» que nos están imponiendo, por desgracia estamos tirando piedras con tirachinas frente a quienes tienen tanques. Una guerra que ya sabéis quién va ganando. Y que, salvo cataclismo, va a seguir ganando.

Y ahora ya la publicidad con los enlaces para adquirir mi libro. Por cierto, con 100 libros descargados en una hora conseguiría ser bestseller. Bueno, al menos dejad que mi libro esté por encima del de alguno de esos gurús consagrados. Eso me hace muchísima más ilusión que todo el dinero del mundo.

Os recuerdo que tengo una maravillosa página donde podéis dejar comentarios. Incluso podéis poner estrellitas y comentarios negativos en Amazon. ¡Ya tardáis!

Siento ser tan cansino, pero es que, como dice mi mujer (que no lee nada de lo que escribo en este blog y, mucho menos va a leerse mi nuevo libro), soy muy pesado con ciertas cosas. Eso sí, mucho más pesados son los que os dicen que debéis hacer deporte, comer sano o que el trabajo dignifica. 😉


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