No sé si somos la sociedad más hipócrita de los últimos tiempos o, simplemente, gracias a las redes sociales, estamos viendo rápidamente las costuras de los personajes que, antaño, eran más difíciles de detectar. Se puede poner cientos de ejemplos, pero hoy os voy a poner uno, totalmente paradigmático, de lo que dicen y hacen determinados personajes.

Desde que Elon Musk se hizo con Twitter, ahora X, son muchos los que han criticado la manera de hacer las cosas del nuevo propietario. Se lamentan amargamente en X acerca de cómo ha evolucionado esa red social y realizan múltiples amagos para irse de la misma. Dicen que se van a Bluesky, Mastodon o a caer en las manos de otra multinacional que tampoco soportan, que es la que gestiona Threads. Y, ¿sabéis cuántos se han largado de X? Ninguno.

No es que nadie de los que critican a su propietario o lo mal que funciona esa red social se hayan largado. Es que los más críticos con la misma, incluso defendiendo a capa y espada en X que se haya prohibido esta red social en Venezuela, acaban comprando la verificación para que les ponga el check azul al lado de su nombre. Es que no puede ser más esperpéntico todo lo que está sucediendo con algunos personajes. Y sí, entre ellos encontraréis algunos de esos docentes que van dando lecciones a todo el mundo acerca de lo que es ser facha y cómo Elon es muy facha. Tan facha y tan necesitado de ser criticado que pasan por caja a comprarse esa verificación o siguen usando exclusivamente X.

El otro día estuve hablando con alguien que me dijo que no es que internet o las redes sociales hayan impulsado una sociedad más culta. Es que están impulsando una sociedad cada vez más polarizada, retrógrada (si no cómo se explica que algunos defiendan ciertas cosas) y con un montón de terraplanistas en auge. Y todo, claro está, desde el argumento de ser progre y considerar malo todo aquello que atenta contra su pureza ideológica. Una pureza ideológica que, mientras tuitean con su iPhone en una red social gestionada por su «enemigo», siempre la enarbolan como bandera.

No me vais a decir que es muy divertido lo que está pasando en X. Lo de X, por cierto, es tan solo un ejemplo para analizar lo enfermos que están algunos. Tan enfermos que, incapaces de reconocer lo que hacen, quieren hacernos creer a los demás que debemos hacer cosas que ellos nunca van a hacer o que, supuestamente, ellos solo defienden para aquellos que no son ellos. Y siempre, repito, desde sus puestos de luz.

Lo de Elon Musk y X es solo un ejemplo de la hipocresía de algunos. Eso sí, cuando veáis a alguien diciendo continuamente que Musk es tal o cual o que X es una red social que funciona muy mal, los algoritmos son fachas o, simplemente, que debemos dejarla y son incapaces de hacerlo ellos, es que hay algo que no se comprende demasiado bien.

Nada. No me hagáis caso. Esos jamás van a abandonar X porque es donde han conseguido un microcosmos donde poder tener a cuatro que les ríen las gracias o los avalan. Su vida es demasiado triste para prescindir de esa red. Especialmente cuando, gracias a la misma, por mucho que la critiquen, consiguen ser alguien cuando no son nada en su vida real. Por eso no se van de ahí.

No vale reírse de ellos, pero a veces, incluso que sea sacar una sonrisa de forma disimulada, dan un poco de ganas de hacerlo. Bueno, muchas, pero tampoco hagamos que se sientan mal. Ni les quitemos su incoherencias. A ver si les vamos a ocasionar un trauma. Y creo que es algo que, ni tú que me lees, tienes ganas de hacer.

Disfrutad del día. Estrujadlo y seguid, los que estáis de vacaciones, reponiendo fuerzas. Los que viven en las redes sociales espero que también lo disfruten. Y que puedan seguir criticando a Elon desde X por muchos años porque… ¿qué sería de ellos sin X?


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