Ayer se realizaron en mi Comunidad -y en otras- las elecciones sindicales para elegir los representantes de los docentes de la escuela pública. Los que ganen o no, a pesar de estar afiliado a un sindicato concreto, para mí es algo secundario. Lo realmente importante fue que, según datos oficiales, votó casi un 70% del censo.
Son buenos datos porque, al final, por mucho que algunos se enzarcen -o nos enzarcemos- en determinadas batallas de patio de colegio irrelevantes en las redes sociales, lo relevante es que hay interés por parte de los docentes de a pie por tener representación sindical. Porque, aunque haya habido tanta campaña mediática contra los sindicatos (no solo en educación) y hayan hecho cosas mal, siguen siendo los únicos que pueden hacer ciertas cosas por nosotros.
He sido y sigo siendo muy crítico con los sindicatos (no solo) educativos. Eso sí, también tengo claro que debo estar afiliado y votar. Estuve afiliado en un sindicato y ahora lo estoy en otro. Si me defraudan, no tengo ningún problema en pasarme a un tercero o si cambiaran a mejor, volver al primero en el que estuve. Eso sí, siempre voy a estar afiliado porque, al final, es la única arma que me queda para mejorar las cosas. No siempre se puede reclamar individualmente. Y, como bien sabéis, la estructura democrática, siempre mejorable, hace que las negociaciones como colectivo solo puedan hacerse desde los sindicatos. Por cierto, nada ni nadie impide crear uno si hubiera suficiente masa necesitada de una nueva voz para que les representara.
Siempre he dicho, al igual que hago cuando me refiero a cuestiones políticas, que nuestro poder es el del voto. Al igual que ayer. Con pinzas o sin pinzas en la nariz es la única opción que tenemos para cambiar algo. Os recuerdo que, mejores condiciones para el profesorado, implica siempre mejores condiciones para el alumnado. Es que es de cajón.
No es difícil encontrar relación entre los sindicatos educativos y los partidos políticos. Todos sabemos que CCOO y UGT son de la órbita del PSOE, ANPE de la órbita del PP, CSIF de las alas moderadas de un mix de PSOE y PP, STEPV de la órbita más de Compromís,… Eso sí, lo anterior no implica que no actúen en defensa de los docentes ni que un docente ideológicamente «no afín» a su órbita pueda votarles. Curiosamente, en mi Comunidad, el único sindicato que ha perdido votos y representantes en gran número ha sido CCOO. Es que, sinceramente, en la coyuntura actual, no se puede estar tan parado, ni haciendo tantas genuflexiones, porque manden los tuyos porque, al final, un sindicato educativo no se debe a su línea ideológica: se debe a los docentes. A todos. No solo a los que les votan.
La verdad es que estoy contento por ese 70% aproximado de votos. Eso sí, me entristece que el 30% de compañeros, teniendo las mesas en los propios centros educativos, no hayan votado. Hubiera estado bien incluso que hubiera sido en blanco o escribiendo cosas en un papel para demostrar estar disconformes con el modelo sindical actual.
Para que no os quedéis con la intriga, en mi Comunidad, los resultados han sido los siguientes: 43 STEPV, 19 ANPE, 9 CCOO, 7 CSIF y 5 UGT.
A por el viernes. Ya queda nada…
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