Ayer empecé mis pseudovacaciones. Ese período del año en el que los que nos dedicamos a la educación, en cualquiera de sus facetas, podemos (teóricamente) relajarnos y olvidar el caos de lo que implica el mundillo educativo.
Y ello me lleva a pensar hoy, antes de empezar mi tournée navideña, ¿por qué conformarse con actividades normales y aburridas cuando podemos hacer algo realmente memorable? Así que hoy voy a permitirme daros diez sugerencias acerca de lo que podéis hacer, en caso de que os dediquéis a este mundillo, en vacaciones.
En primer lugar, una opción sería escribir un libro de texto revolucionario en una semana (dejo la otra para «escachuflamientos» varios). ¿Por qué no aprovechar tus vacaciones para escribir el libro de texto definitivo que resolverá todos los problemas educativos del mundo? Sé que dedicar tu tiempo libre a trabajar más intensamente que durante el curso suena como el plan perfecto. ¡No te preocupes, seguro que lo terminas antes de que acaben tus vacaciones! A ver, quién dice libro de texto, dice libro sobre chamanismo educativo. No sea por centrarnos demasiado en el aula.
Si tienes familia, algo que puede ser bastante difícil en caso de que estés abducido por tu profesión, te doy también la posibilidad de organizar un escape room pedagógico para toda la familia. No hay nada mejor en estas fechas que encerrar a toda tu familia en una habitación, incluyendo a cuñados, suegras y derivados, para hacerlos resolver acertijos educativos. A quién no se le ha pasado nunca un modelo de negocio basado en un Trivial educativo, en el que las preguntas sean por ejemplo… si un mueble es de madera y tiene pocos tornillos, ¿a qué metodología educativa nos estaríamos refiriendo? Lo sé. Mezclar un escape room con un trivial para poder salir de una habitación en la que hay un pedagogo y uno que hace bailes en su aula o habla de las novias de su alumnado en Instagram, es una cosa que debería patentar. Pero os lo dejo aquí en formato creative commons sin necesidad de mención.
¿Os molaría empezar un canal de YouTube o TikTok sobre métodos de evaluación? En vacaciones hay un montón de docentes que quieren un lugar donde ver vídeos sobre las mejores prácticas de educación. Eso sí, no te olvides de la importancia de la rúbrica y del feebback constructivo. Lo vas a petar.
También, en caso de vivir en un lugar donde no sople demasiado cierzo ni haga un frío del carajo, puede ser interesante convertir tu jardín o rellano en un espacio educativo abierto. Puedes invitar a los vecinos a participar en talleres de ciencias y proyectos de arte. Porque, ¿quién necesita descansar cuando puedes educar a todo el vecindario?
Leer siempre se ha dicho que es una de las actividades más sanas que uno puede hacer. Entonces, ¿por qué no leer todos los libros de pedagogía que no pudiste leer durante el primer trimestre? Nada de novelas o revistas. Los turrones pueden esperar. Lo primero en la lista es leer «Pedagogía Cisterciense: desde los frailes hasta los pedagogos de X».
Ya sé qué es una pena que las escuelas cierren en Navidades pero, ¿por qué no hacer un tour por las escuelas más innovadoras de tu Comunidad? ¿Por qué no romper un par de cristales, anular la alarma, hacerte pasar por comercial de Securitas Direct o, simplemente para aquellos que ya tengáis una edad, fotografiar el exterior imaginándoos el interior? Además lo podéis hacer solos o en compañía. Yo lo veo. Un Tinder innovador. Es que solo hago que daros modelos de negocio hoy.
¿Os gustan los juegos de mesa más allá del del chupito? Si es así, ¿por qué no aprovecháis estas Navidades para diseñar el juego de mesa educativo definitivo? Si piensas que el mundo necesita desesperadamente un nuevo juego de mesa educativo, puedes dedicar tus vacaciones a diseñarlo, probarlo y perfeccionarlo. Y por supuesto, tus amigos y familiares serán tus sujetos de prueba involuntarios. Lo sé. Es posible que te quedes sin amigos y los familiares te destierren, pero un gran objetivo pedagógico siempre tiene sus riesgos.
Seguramente si me lees eres alguien que, o bien busca algún resquicio para hacerme daño o alguien interesado en la educación. Además, tu sangre seguro que hierve (en sentido positivo o negativo, ahí no entro) cuando te hablan de rúbrica, LOMLOE o situación de aprendizaje. Ello implica que, seguramente, habréis comprado para casa alguna de esas pizarras blancas para emular a los edutubers. Ergo, ¿por qué no cogéis esa pizarra y os vais al parque más cercano a ofrecer clases particulares gratuitas a los niños que están jugando? No puede ser que no conozcan la lista de los Reyes Godos y, además, ¿os imagináis mejor manera de pasar una tarde de invierno que demostrando raudales de vocación?
Hasta ahora solo he hablado de cuestiones clásicas. Y no voy a dejar tampoco de hablar acerca de dos cosas que los más modernos, de pantalón de pitillo y cejas a lo Spock, amén de todas las que publican el outfit diario de toda la semana para ir a su aula, necesitan.
La primera propuesta para ellos sería desarrollar una app educativa revolucionaria. Convertirse en un desarrollador de apps por dos semanas y crear la aplicación educativa que cambiará el mundo. ¿Quién necesita descansar cuando puedes pasar tus vacaciones escribiendo código y solucionando bugs? Lo sé. La IA ayuda mucho. Tan solo tienes que pedirle lo que quieres. Y ya si lo pones a un precio en Google Play, dejas de trabajar en poco tiempo y te puedes dedicar a mejorar las versiones. Bill Gates empezó así en equipos sin conexión a internet.
Y la segunda, si todavía no lo son con los bailecitos y el outfit, es que os convirtáis en un influencer educativo. Podéis llenar vuestro Instagram de fotos inspiradoras de pizarras, aulas y frases motivacionales sobre la educación. Compartid consejos diarios y tutoriales sobre cómo ser el mejor docente. Porque, evidentemente, tus (futuros) seguidores estarán ansiosos por aprender durante sus vacaciones.
Yo voy a optar por la opción más innovadora al margen de las diez anteriores: simplemente relajarme y disfrutar de mi merecido descanso. Un abrazo y disfrutad de las Fiestas. Aprovechad el tiempo con la gente que veis poco y que queréis mucho y, como siempre digo, ¡sed felices! ¡Feliz Navidad!
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Gracias. Escrito que motiva.
A mí estas fiestas me ha motivado la gastronomía y el pijama. 😉