Docente, ¡no puedes estar con tu familia por Navidad!

Sabes que has pasado tres meses con alumnado que, siendo sincero contigo mismo, nunca se han puesto la mascarilla correctamente. Sabes que han reutilizado esas mascarillas y que, por terceros, sabes que distan mucho de ser un grupo burbuja. Además, en muchas ocasiones has tenido que ir a trabajar en transporte público, oliendo el sobaco del de al lado (sí, la mascarilla no tapa los olores) por estar más apretado que un transporte de gorrinos. Y también sabes, porque te lo han dicho, que has trabajado con compañeros y alumnado que ha dado positivo por covid. Aún así, ¡no puedes estar con tu familia por Navidad!

Has ido a bares. Has ido a comprar. Te has rozado con compañeros, transeúntes y personas de veinte mil grupos de convivencia, a lo largo de estos tres meses. Eso sí, por lo visto el virus no contagia en los colegios, en el metro, ni a determinadas horas. Solo contagia a partir de las doce de la noche o cuando te reúnes con tu familia. Es que la familia es tóxica. Mucho más peligroso reunirte con personas de la familia que con personas que tienen otras familias. Mucho más peligroso irte de comida o cena navideña que ir a un concierto de Rafael. Mucho más peligroso lo anterior que encontrarte con gente que ha venido de lugares con nuevas cepas. A ver si se te indigesta el jamón. O los escalopes si vas justo de presupuesto. Es que, sinceramente, no hay por dónde cogerlo.

Tú sabes que todos esos que te dicen que no puedes estar con tu familia por Navidad se han ido de orgías masivas, han incumplido un día sí y al otro también, todas las medidas que han legislado. Sabes perfectamente que tú eres el único gilipollas que has intentado cumplir, tanto en tu aula como fuera de ella. Además, sabes perfectamente que, por suerte, no has matado a ningún alumno, por mantener las ventanas abiertas a temperaturas gélidas, porque llevaban su mantita de casa. Una mantita que se iban pasando de unos a otros como buenos compañeros de pupitre. Incluso se han pasado el bocata a la hora del patio. Lo sabes y no entiendes por qué ahora no te puedes reunir, a lo largo de unas horas, con gente que hace meses que no ves. Joder, hasta se te han muerto familiares a los que no has podido ni despedir en condiciones. Eso sí, la playa en verano no contagiaba y el virus entiende de cierres perimetrales. Hay qué joderse.

Yo entiendo que estés cabreado. En esta sociedad, con medidas que nadie puede entender por contradictorias, estás vendido si se te ocurre cuestionarlo. Eres un pringado y lo sabes. Bueno, además vas a ser el pringado más odiado por parte de la sociedad por cobrar cada mes. Sí, así nos va.

Por cierto, como corolario de este post inconexo lo de ir días alternos a clase es una auténtica gilipollez. Lo saben tanto los docentes, como los alumnos y sus familias. Nos están timando y lo sabes. Y ojo, que nadie entienda este post como el post de un negacionista (¡cómo les gusta a algunos el vocablo!). Entiéndase como una exposición objetiva de la realidad más incoherente que hemos vivido nunca. Felices Fiestas.

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