Tengo muy claro, señores de la RAE y allegados, que el verbo desorinar no existe. Que prefieren incorporar a su diccionario palabras como almóndiga, tetamen o murciégalo, antes de una palabra tan contradictoria que significa lo contrario de lo que podría parecer. Desorinar debería ser etimológicamente (perdón los puristas si no lo he dicho correctamente) el acto de dejar de orinar o el de orinar hacia dentro pero, en este caso, lo uso para decir que «me estoy meando de la risa que me entra». Y sí, en superlativo. En ibérico cinco jotas para más señas.
Hoy Isabel Díaz Ayuso, la mala malísima para algunos y buena buenísima para otros, ha propuesto un MIR educativo (fuente), gestionado desde un centro específico de formación del profesorado que se creará en breve, junto con una bajada de ratios a 20 alumnos que va a empezar en Infantil el 2022/2023. El mismo año en el que bajará las tasas universitarias de un 20-30%. Y, han faltado segundos para que algunos se opusieran a ese MIR educativo y dijeran que mentía por proponer esa rebaja en las ratios. Los mismos que, curiosamente y hace bien poco tiempo, aplaudían con las orejas el MIR propuesto por Rubalcaba hace once años (fuente). Lo entiendo, entiendo que no es lo mismo que una medida la propongan los tuyos que los otros. Un detalle, docentes más afines al partido en el que milita Ayuso, cuando lo de Rubalcaba lanzaban fuego por los colmillos y ahora aplauden con las orejas. Es lo que tiene la ceguera ideológica. Algunos, mientras, nos reímos.
Para llorar, aunque nos desorinemos, está la cuestión de las ratios. Ahora Ayuso dice que las baja en el mismo día en el que Celaá ha dicho que se van a eliminar las distancias dentro del aula en los centros educativos (fuente), pidiendo a las Comunidades que mantengan los recursos humanos que se han dotado este curso. Pues me sorprende que, pudiendo marcar las ratios máximas, ceda la responsabilidad a las autonomías. Es que nunca he entendido para qué sirve el Ministerio de Educación. Bueno, sí, para competir si quién lo dirige consigue ser peor que su antecesor. Creo que en democracia, salvo Gabilondo, el resto de Ministros y Ministras del ramo han ido empeorando con los años. A diferencia del buen vino. Creo que algunos ya estaban «picados» antes de que les dieran el maletín de marras. Volviendo al inicio de este párrafo… resulta curioso que algunos no critiquen la medida de la Ministra y sí la de Ayuso diciendo que miente. Joder, que una os está diciendo que no se van a reducir los ratios. ¿Estamos tontos o qué? Pues debe ser que a algunos les han puesto un chip que les ha vuelto todavía más ciegos con los suyos con la vacuna. A ver si va a ser eso…
Sigo con el desorine después de ver como algunos aplauden la privatización de la FP que ha propuesto la Ministra y, en cambio, critican una privatización más light que proponía el Consejero de Educación andaluz. Sí, ese que debería haberse quedado como entrenador de ese juego en el que pitan las faltas continuas porque están todo el rato botando una pelota, antaño naranja y ahora de colores según el patrocinador. Por cierto, la Ministra, al igual que otros ya debería de disfrutar de su jardín y de la plantación de determinadas flores. Aprovecho para decir que os aclaréis, que ya llevo tres visitas al baño y cuadruple recambio de paquete en los últimos días. Y los paquetes están al 21% de IVA que, sumando la cremita que debo ponerme para evitar la irritación, me sale por un pico.
Entiendo que ahora no mole nada salir enfundados en camiseta verde para ir en contra de los tuyos. Entiendo que cuando los expertos digan que ya no se debe llevar mascarilla al aire libre, nadie se atreva a llamar negacionistas a los que la sigan llevando cuando despotricaban si alguno llevaba la nariz fuera de la tela. Es que ya sabemos que los negacionistas solo sirven para cuando me interesan. Y ahora no me interesa decir ciertas cosas de los míos no sea que no me dejen dar un cursillo, no me contraten para lamer el culo al cargo educativo de turno o, simplemente, pierda amigos que son tan inmovilistas y cegatos como yo.
Que no pasa nada. Es lícito ver solo lo que nos interesa. Eso sí, a veces se agradecería un poco más de limpieza en las gafas que uno lleva de serie. Más que nada porque, al final, algunos estáis quedando bastante retratados. Y en el retrato salís como auténticos esperpentos porque, al final, las medidas educativas y la subida de la luz, al menos a mí, me afectan igual que a todo hijo de vecino, con independencia de quien tome esas decisiones. Mientras, si queréis, me sigo desorinando hasta que llegue la factura de todo lo que no se cuestiona por (…) que van a sufrir mis mismas consecuencias.
Como dije ayer a alguien muy cercano… a mí no me importa quién me vacune. A mí me importa que me vacunen.
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Totalmente de acuerdo