Ha acabado el curso con alumnado y ya, por fin, liberado de las cadenas que supone ser pobre y trabajar (mentira, porque el profesorado todavía vamos a trabajar), puedo permitirme el gusto de enviar a escaparrar al personal. Además, este post es tan solo una recopilación de diferentes envíos a escaparrar. Quién dijo que las recopilaciones no son interesantes. Lo son incluso aquellas de sonetos malsonantes para pedos recalcitrantes. Buscadlos. Bueno, mejor no. Seguro que están solo en mi imaginación.
No solo voy a enviar a escaparrar al personal. Voy a enviar a irse a ese producto, adorable para las moscas, denominado mierda (o caquita para hacerlo más cuqui), a determinados personajes, leyes educativas, metodologías y despiporres pedagógicos. Por cierto, envío a la mierda al personaje. No a la persona. Es que, en ocasiones hay gente que entiende lo que quiere entender y, por eso, mejor darlo especificado y masticadito. Sí, a nivel de primero de ESO. Bueno, de primero de Primaria pero, al menos mencionando la ESO parece que sea todo mucho más mejor. En plan de… como tu sabes.
Hoy envío sin ningún tipo de cariño a TODOS y TODAS los que gestionan la educación en este país. He de reconocer que, desde sus despachos no sé si pierden la perspectiva o, simplemente están más interesados en dar vueltas a su silla con ruedas que a otra cosa. De verdad es que no lo entiendo. No entiendo como algunos compran la LOMLOE. No entiendo como algunos creen todavía en la existencia de la lista de los Reyes Godos. Bueno, lo entiendo. Lo de la mermelada y el Ricky Martin también fue creído por gran parte de la sociedad. Y en ese momento todavía no había la generación LOGSE. Ni peor ni mejor que las anteriores. Ni mejor ni peor que las que vendrán. Con miles de alumnos abandonados por el camino en todas y, al menos últimamente, con un ascensor social parado por mantenimiento desde hace demasiado tiempo. A los (…) que consideran que jamás ha existido ese ascensor social y que el objetivo de la educación no es que el alumnado viva mejor que sus padres… ¡a la mierda! Sí, a la apestosa y pastosa. Diarrea para vosotros. De esa líquida con tropezones.
También envío a la mierda a los que gestionan y diseñan los cursos de formación del profesorado. A las administraciones que ofrecen cursos de mindfulness, inteligencias múltiples o mencionan chorrocientas veces a los nativos digitales. Los centros de formación de profesorado son los primeros que deberían estar formados e informados. Es que es tan triste ver que la mejor formación a la que puedes acudir como docente es a la de yoga, o a la de visita a la vinacoteca de la finca del primo del hermano del que fabrica bitcoins y que, sin ningún ansia de esconderse, tiene una plantación de marihuana. Esto es asín. Sí, he dicho asín. No así, asín. Que estoy muy violento verbalmente. Y cuando estoy violento me salen palabras gruesas, malsonantes o coloquiales a tutiplén. Bueno, a tutiplening. Ya puestos, voy a enviar a la mierda a todos los que hablan de palabras acabadas en ing. Joder, qué mal me caen esos tiparracos. Peor incluso que los bailecitos de los imputados alegrándose de serlo. Mucho peor.
Ya puestos voy a enviar a Plutón, ese falso planeta que algunos estudiábamos, a los que cada vez hacen hacer más papeles a los docentes. Cuántos árboles del Amazonas destrozados por programaciones que nadie lee, informes que nadie revisa y justificaciones variopintas que sirven para decir que has hecho bien tu trabajo. Odio el papeleo. Odio la burrocracia. Quiero poner en un hoyo a los que inventaron la misma y llenarlo de mierda. A paladas. A capazos. Purín con gallinaza. Qué asco. Qué perdida de tiempo.
¿He enviado a la mierda a los que han diseñado los centros educativos? ¿A los que venden camas Montessori? ¿A los que defienden el ABP por ser democrático cuando es un modelo de gestión empresarial? ¿A los que dicen que no es necesario dotar de ventiladores ni aires acondicionados a los centros educativos desde sus frescos despachos? ¿A los que no sustituyen a los docentes de baja? ¿A los miembros de los tribunales de oposición que maltratan a sus opositores (pocos, pero haylos)? ¿A los que escampan rumores educativos en las redes sociales? ¿A los que publican fotos o vídeos de su alumnado en sus redes sociales personales? ¿A los que mantienen un concordato para dar religión católica en horario lectivo? ¿A los que venden las bondades de la jornada partida teniendo intereses en empresas de cátering? ¿A los que se inventan estudios sesudos que se desmontan a poco que alguien sepa algo de investigación educativa? ¿A los supuestos periodistas que publican las secciones de educación en determinados medios? Es que hay tanto para enviar a la mierda.
Hoy es día 21 de junio. Seguimos sin currículo oficial en la ESO en la Comunidad Valenciana (y, por lo que me dicen, en todas partes -ni el propio Ministerio de Educación lo ha publicado para lo poco que gestiona directamente-). Muchos responsables políticos siguen insultando a sus docentes. Otros siguen empecinados en convertir la educación en una batalla ideológica. Y, finalmente, miles y miles de personas, relacionadas directa o indirectamente con la educación, descolocados, desmoralizados y algunos, contando solo los años que nos queda para largarnos de esto en lo que se está convirtiendo la educación.
A la mierda aquellos que están arruinando la educación. A la mierda los que están coartando las posibilidades futuras de nuestro alumnado. A la mierda los prepotentes. A la mierda los poseedores de verdades absolutas. A la mierda. He dicho… ¡a la mierda!
No sabéis lo descansado que me he quedado.
Permitidme haceros publicidad, como estoy haciendo en los últimos posts, de la newsletter que hago llegar a los suscriptores cada lunes con los artículos de la semana a los que añado una breve reflexión. Os podéis suscribir desde aquí. Suscribirse es gratis. 😉
Descubre más desde XarxaTIC
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.
Querido amigo Jordi:
Hoy he dado mi última clase y pronto estaré felizmente jubilado, ya no seré más un cómplice de tanto disparate y sus filibusteros.
Un abrazo y te sigo con mucho interés.
Ganas de que leas mi próximo libro.
Pues ya tardas en decirme el título y dónde adquirirlo. Disfruta de esa jubilación tan merecida que ya estás tocando. Uno muy fuerte de vuelta.