Conforme voy haciéndome más mayor, con más experiencia en diferentes campos y más lecturas sobre educación a cuestas, me voy dando cuenta de que, para mejorar la educación, debemos apostar cada vez más por una visión desde diferentes perfiles. Incluyendo, claro está, como uno de los principales el de los docentes a pie de aula porque, al final, son ellos los que ven todas las miserias, bondades y oportunidades del sistema educativo en su parte más real.
Es por ello que me sorprende el discurso cada vez más clasista, de personajes cuyo conocimiento del aula de etapas no universitarias es nulo, queriendo establecerse como gurús pedagógicos. Y por eso, no dudan, tal y como se muestra en el siguiente post de X, en criticar cualquier incorporación de otros ámbitos profesionales a la mejora educativa.
Resulta curioso que determinados perfiles profesionales se opongan a las aportaciones de expertos, de otros ámbitos profesionales diferentes de los suyos, si dichas aportaciones pueden servir para mejorar el aprendizaje del alumnado. No veo ningún sentido a reducir los únicos aportes en educación a la retórica competencial o, simplemente, a postulados que quedan muy bien para salir en los medios pero, que son totalmente acientíficos y faltos de conocimiento empírico de lo que sucede, por ejemplo, en esa clase de cuarto de Primaria de ese colegio situado en una pedanía de Teruel.
¿Qué hay de malo en dotar de una perspectiva científica a la educación? ¿Qué hay de malo en complementar relatos con ciencia? ¿Qué hay de malo en añadir (que no usar, «en exclusiva», sus aportaciones) profesionales, expertos en neurociencias, inteligencia artificial, economía, diseño o cualquier otra rama que pueda afectar a la educación, a lo que se dicta desde las Facultades de Pedagogía? ¿No será que ignorar las diferentes perspectivas para abordar la educación es la única manera de subsistir de las mismas? ¿No será que hablar de ciencia desmonta determinados constructos que algunos se han inventado para seguir manteniendo un discurso que, a poco que pises el aula, se cae por su propio peso?
Tengo muy claro que en educación debemos considerar el aporte de todas las disciplinas que podamos. Que debemos contar, como he dicho en más de una ocasión, con el aporte de los docentes a pie de aula (que, a la postre, son quienes ven la realidad más de cerca). Y eso creo que hace posible mejorar en educación. Algo que, por lo visto, a algunos les chirría. Especialmente, como he dicho antes, a los profesores de esas Facultades de Pedagogía o de Ciencias de la Educación. Es que despotricar contra la ciencia desde esas Facultades es algo que debería llevarnos a reflexionar y a plantearnos que quizás estamos haciendo demasiado caso a los que deberían ser más ignorados.
¿Os imagináis que los docentes a pie de aula de etapas no universitarias denunciaran a los pedagogos de las Facultades de Pedagogía o de alguna rama de las Ciencias de la Educación por intrusismo? Si lo único que permite que vivas de ello es el mantenimiento del statu quo criticando a todos los que denuncian, tanto la irrupción de las pseudociencias, como a los que piden una visión transversal de la educación, mediante diferentes perfiles profesionales, apostando por los docentes que están a pie de aula, es que quizás no tienes ningún motivo para seguir existiendo. Y no. No estoy hablando de la extinción vital de los pedagogos. Estoy hablando de la necesidad de que empiecen a ponerse las pilas para, en lugar de pasarse el tiempo defendiendo su existencia, ayudar a mejorar, desde su perspectiva, la educación.
Con todo el cariño del mundo Manuel, ¿no sería más lógico que en lugar de criticar a otros profesionales de la educación, quizás sería mejor trabajar remando para la mejora educativa desde las Facultades de Pedagogía? Es que, como he dicho al principio, si hablamos de la necesidad de apropiarse de la educación, podríamos usar el mismo argumento para referirnos a lo que intentáis hacer vosotros. Y, como siempre dices, aunque no lo apliques en las redes sociales, ¿qué hay de malo en que haya varios perfiles profesionales que intervengan en educación? E insisto, ¿no ves que sería el mismo argumento que pueden usar los docentes a pie de aula de etapas no universitarias para decir que vosotros sois unos intrusos e intentáis apropiaros de la educación reduciéndola a postulados esotéricos?
O remamos juntos o esto sigue yendo a la deriva. Nos estamos jugando mucho. Y esto de restar en lugar de sumar es algo que, aunque a algunos les interese por determinados motivos, no sirve para mejorar el futuro de ese alumnado que tenemos en las aulas ni para mejorar la praxis docente y el trabajo diario en los centros educativos.
Ser constructivo cuando hay algunos que, día tras día, hacen malabarismos dialécticos, basados en continuas descalificaciones a quienes no piensan como ellos, cuesta. El problema es que debemos serlo. No queda otra. Salvo, claro está, que el objetivo de algunos no sea mejorar la educación. Y contra eso poco se puede hacer.
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Yo, la verdad, ya me he acostumbrado a que todo el mundo sean doctos señores que saben más que yo, pobre maestro metepatas que haría mejor quedándose en casa. Me pasa con psicólogos, pedagogos y, a veces, con algún monitor de campamento.
Cuando el único argumento de algunos es decir «que los otros lo hacen mal» o que «los docentes de a pie» tienen problemas de saber hacer las cosas, en lugar de seguir sus dictados, en ocasiones delirantes, porque ellos lo dicen, ya sabemos a qué clase de argumento nos estamos refiriendo. Y ya no entro en aquellos que hablan de dejarnos de criterios técnicos para apostar en exclusiva por la ideología. Un saludo.