ETA, Franco, el comunicado hilarante retuiteado masivamente por licenciados en pedagogía, el Bitcoin y, como corolario, los últimos tuits y propuestas del Ministerio de Educación después de la orgía OCDEiana de estos últimos días en Valencia. Quién da más. Es que estoy listo para escribir el post de mi vida. Bueno, de mis dos vidas. De la de verdad, con aula, familia y aficiones. Y de la otra. De aquella que solo existe en el imaginario de algunos o que, en ocasiones, te llega a salpicar, tocándote los eggs y, normalmente, poniéndote de mal humor.
Si ya me cansan los discursos políticos en los que, de forma repetitiva, sale una banda armada que lleva más de una década sin matar o un dictadorzuelo que, al final, es el mismo que encumbró políticamente a todos los padres de esos que hoy están en política (tanto en unos partidos como en otros), cuyos huesos ya son más polvo que otra cosa, imaginaos lo que me cansan determinados discursos educativos. Esto de vender como nuevo algo que ya está apolillado e, intentar justificar, de forma muy torticera, el hacer determinadas cosas bajo el pretexto de que existen otras que nadie ha visto en eones, tiene mucho de cansino. Es que no hay día en el que no nos levantemos con alguna innovación de esa que ya era rancia hace un siglo. No estoy hablando de décadas. Estoy hablando de siglos. Algunos, por lo visto, están cambiando el embalaje para vender lo que ya fue un fiasco en su momento. Y siempre aduciendo la misma justificación: ahora sí que va a funcionar porque el contexto lo permite. U otra que, seguramente, habréis oído en más de una ocasión: esto no funciona porque los docentes no sabéis implementarlo y no os lo curráis. Es que a los de estos discursos hay para abofetearles con gusto.
El papel lo aguanta todo. Incluso los alegatos de momias defendiendo que, la culpa de que no se escriban bien los jeroglíficos es siempre del que los pinta y no del que se los da en un papiro para que los traslade a determinadas tumbas. Es que es todo tan surrealista. A ver, que desde el momento en que los jugadores de petanca y los que agotaron el papel de váter durante la pandemia están redactando los articulados legislativos, ya puedes echarte a temblar. Ellos tiemblan de natural. O bien por la edad, o bien por el exceso de extracciones manubriales. No, no están ciegos. Lo que pasa es que no quieren ver. O tampoco les interesa ver. Quién sabe. Si hasta en el akelarre de la OCDE de estos días en Valencia algunos se nos duermen y les sale el hilillo por la comisura del labio. Los pañales no son siempre sinónimo de sapiencia. A ver si nos enteramos y dejamos de establecer esa relación. Relación curiosa porque pretenden vendérnosla los mismos que critican la experiencia docente. Es que ya…
Pero no hablemos hoy solo de argumentos cansinos y mojamas indigestas. Hablemos también de los superhéroes educativos de este país: los pedagogos. Su Colegio oficial, que se mezcla con el de psicopedagogos (creo que lo de añadir psico es solo una cuestión de marketing) publicó, en el día de ayer, lo siguiente:
Tuve que analizar la fuente para no encontrar que fuera un fake. Ya llevamos muchos fakes educativos en los últimos tiempos. O un fake o una noticia de El Mundo Today. Pues no. Está hecho por los todólogos. Bueno, todólogos en todo según esta publicación y la Tanned Balls University (en su filial española «Universidad de Mis Cojones Morenos»). La verdad es que siendo expertos en resolución de conflictos no sé por qué no los enviamos a Ucrania para que resuelvan la guerra en un pispás. Además, son los creadores de Twitter, Instagram, los ordenadores cuánticos y la leche de burra caramelizada. Es que son lo más. Va, no os quedéis con este extracto y leed. No sé cómo podemos vivir sin más pedagogos. La verdad es que necesitamos más Facultades de Pedagogía. Eso sí, por favor, que sigan haciendo el bien en ellas y que nos dejen a los docentes en las aulas de etapas obligatorias. Más que nada por el alumnado que, como ya sabéis, no entenderían tener tan magnos profesionales delante suyo.
Ya veis que me he ido de los rancios a los pedagogos. Os prometo que lo he hecho sin ninguna intención. Si sois pedagogos, no me lo tengáis a mal. Os aprecio. Bueno, a algunos. A ver, que en cuanto a cariño lo tengo muy limitado a mi familia y amigos. Algunos del ramo, algunos no e incluso, algún pedagogo hay por ahí. En la familia, también. Eso sí, siempre habiendo ejercido de docente de aula y muy crítico con la pedagogía. Y no será porque no tenga formación. Porque la tiene, y mucha.
Nada, sigo con el artículo. Bueno, con esto. Para hablar de estafas piramidales educativas y relacionarlo con el Bitcoin. Supongo que sabréis que las criptomonedas se han pegado un hostión. A ver, que era lógico. Invertir en algo que no existe, que solo se sustenta bajo un modelo de inversión piramidal, acaba siempre arruinando a unos cuantos. Y enriqueciendo a una minoría. Una minoría que no vas a ser jamás tú. Los timadores, en cualquier ámbito, siempre son de los de la punta de la pirámide. A ver, que se ha de saber vender la moto, encontrar un comprador capaz de comprarla al precio que le pones y que se crea que esa moto va a permitir que, en el futuro, pueda vender dos motos, recuperar lo gastado en la misma y seguir teniendo una moto. Éste es el funcionamiento de las criptomonedas. También el de la innovación educativa basada en ciertas cosas. Innovar, transformar y renovar, comprando algo que no necesitas, es la clave de los buhoneros del siglo XXI.
Ya sé que el discurso lo he usado en un porrón de ocasiones pero, ¿a nadie le parece raro que los que están en contra de los deberes estén a favor de ver vídeos en casa? ¿A nadie le chirría que para criticar una clase unidireccional, se haga mediante una tarima por parte de un ponente que usa un PowerPoint? ¿A nadie le parece raro que, en un lugar supuestamente plagado de gente inteligente, les dé por hacer sesiones de hipnosis colectiva o lanzamiento de avioncitos de papel? ¿A nadie le extraña ver que los ponentes de determinadas herramientas no las hayan usado nunca en el aula? Os digo este caso porque dentro de nada hacen una ponencia en Castellón, que no voy a nombrar aquí, y uno de los ponentes va a hablar de unas herramientas que reconoce, en un grupo privado para hablar de la misma, que jamás ha usado en sus clases.
Entiendo que haya algunos que vean un filón en la estrategia de la moneda que antaño recibíamos por correo, que nos obligaba a reenviar cinco y devolver dos al que nos puso en la lista de correos. Incluso algunos se inventan monedas ficticias como los Bitcoins. Es un no parar de modernidad. Especialmente si se usa un lenguaje ininteligible, se tiene un canal de TikTok o un grupo de seguidores, cual club de fans, que viralizan las ideas de uno.
Os he puesto la imagen del tuit sin mala intención. Tan solo como ejemplo de algunas cosas. Repito, aunque me siga haciendo pesado… no es el que vende, son los que compran. Salvo, claro está, que esa venta implique producto ilegal. Y, por ahora, vender ciertas cosas en educación no es ilegal.
Finalmente, como bonus track, para no seguir yéndome por las ramas, voy a acabar con un tuit de aquellos que, con sus decisiones nos tratan a los docentes como basura, pidiendo que nos empoderemos. De hipócritas y farsantes está el mundo lleno. El problema es que, después de dejarnos sin recursos en las aulas, no tener currículo oficial para el curso que viene en muchas Comunidades (por no decir todas, porque me parece que la zona MEC tampoco los tiene), no saber en otras el calendario escolar y pretender aplicar un articulado legislativo que no entienden ni los que lo redactaron (reconocido por ellos mismos), vengan y nos pidan más esfuerzos es un poco (…). A ver, que la educación no interesa a ningún político. Interesa a las organizaciones económicas que hay tras determinadas cosas o que tienen que hacer una venta de determinados productos. No creo que diga nada que no se intuye. Eso sí, permitidme que cierre hoy con el tuit de marras y que, sin ningún tipo de cariño, envíe a un oscuro e ignoto lugar a algunos que están en la foto o han estado en el evento adoctrinador de la OCDE. Ese evento del que han salido instrucciones muy claras a determinados gobiernos para que gestionen la política educativa de una determinada manera.
Disfrutad del fin de semana. Ya queda menos para vacaciones. El alumnado está cansado y nosotros también. Bueno, los que damos clase o los que gestionan los despropósitos y ocurrencias de determinadas decisiones políticas desde la propia administración, intentando salvar papeletas, en ocasiones, insalvables.
Permitidme haceros publicidad, como estoy haciendo en los últimos posts, de la newsletter que hago llegar a los suscriptores cada lunes con los artículos de la semana a los que añado una breve reflexión. Os podéis suscribir desde aquí. Suscribirse es gratis. 😉
Descubre más desde XarxaTIC
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.