En primer lugar os aviso de que no va a ser una entrada coherente ni cómoda para algunos. Sí, voy a referirme a casos concretos, sin mencionarlos, pero si te sientes aludido SEGURO LLEVAS RAZÓN. Estoy bastante harto de haber reducido la crítica educativa a intentar, por todos los medios, no herir determinadas susceptibilidades porque hay gente relacionada con la educación que me cae bien. No puedo evitarlo. Incluso que sean unos trepas, realicen piruetas para mantener sus sesgos ideológicos o, simplemente, sean unos malos profesionales, no puedo menos que tener un cierto cariño por ellos. Algo que no debería obviar jamás el poder criticar lo que dicen o lo que hacen.
Seguramente todos los que sabéis algo de educación sabréis que, una vez pasado el COVID se va a aprovechar, en todas las Comunidades, con independencia del color del partido político que las gobierne, para aumentar las ratios a niveles, en muchos casos, superiores a antes de la aparición de la pandemia. Además con la connivencia de muchos equipos directivos (que no van a dimitir e, incluso en ocasiones van a ignorar o criticar con boca pequeña ese aumento porque lo hacen los suyos). Eso va a suceder especialmente en esos cortijos que cada vez se montan más. Ser director de un centro educativo cada vez es más parecido a ser los judíos que ponían los nazis de encargados del control de los presos en los campos de concentración. Bueno, de exterminio. Llamemos a las cosas por su nombre. Cada vez hay menos directores «no afines a» y «democráticos» en la toma de decisiones. Una pena.
El aumento de ratios implicará la eliminación de aulas específicas. Ya se cargaron las bibliotecas en su momento y, visto lo visto, creo que ahora toca empezar con otro tipo de instalaciones. He visto desaparecer las aulas de informática para convertirse en un totum revolutum de ordenadores que no funcionan a la semana de empezar el curso (la culpa no es siempre del alumnado, porque salir de un aula debería implicar que, salvo algunos días en los que se va de culo y se tiene que dar clase en la otra punta del edificio, se mirara que se dejara en el mismo estado que antes de entrar). No es culpa del alumnado. Hay alumnado que siempre juega a cargarse las cosas pero, si lo hacen es porque no se controla bien. Y eso sí que es culpa del profesional que está con ellos. Repito, es complejo con los espacios y su distribución en los centros educativos. También con lo difícil que es hoy en día aplicar ciertas sanciones con el alumnado.
Aprovecho para hacer un inciso… crear un centro educativo para albergar un número determinado de grupos y construirlo pensando en que solo van a caber la mitad, es de no saber matemáticas. En mi ciudad se está construyendo un centro educativo de cinco o seis líneas para albergar diez. Creo que algunos piensan que el alumnado va a desaparecer por arte de magia. Si queréis entro en lo feos y mal diseñados que están los centros educativos. O en los intereses que hubo tras su creación, por ejemplo, en Madrid. Es que casi un millón bajo mano por centro educativo concertado es mucho dinero. Me refiero a ramificaciones del caso Púnica. Buscadlo en Google si no os acordáis.
Hay gente que está en educación para trincar. No es malo. Sí que es bueno que lo reconozcan. Hay gente que monta chiringuitos y que desaparece de las redes sociales cuando no tiene nada que ganar. No se mete en charcos y le da igual un día reivindicar la escuela pública que, al siguiente, aplaudir la discriminación por sexo en un colegio del Opus. Sí, es un caso real. Y sí, como he dicho antes, va por ti. Sí, también para el que, para poder dar cursos de formación de determinadas administraciones pierde el culo llamando a sus amiguetes para que le coloquen. Ya he dicho en más de una ocasión que la selección de formadores para la administración educativa es muy poco transparente.
Los ámbitos consisten en desprofesionalizar al docente, aparte de no tener ninguna justificación más allá de alguno que parece que sea el único que ve lo que pasa en su centro. Mucho criticar a Toni Cantó por no tener ni idea de español y habérsele creado un chiringuito y olvidar que, en el caso de los ámbitos, se está poniendo a docentes que no tienen ni idea de ciertas asignaturas a dar otras. Sí, en un centro de uno de esos tuiteros que critican tanto la falta de conocimiento del tema del susodicho actor van, curiosamente, a ser los docentes de Geografía e Historia los que van a dar Lengua Castellana.
El ABP y cualquier otra mierda basada en siglas, envuelta bajo el concepto de «innovación» pueden ser totalmente perjudiciales para el aprendizaje. Hacer proyectos por imposición, como hacen en muchos centros, solo sirve para justificar la idea educativa de uno. Hay cosas que en la cabeza suenan muy bien pero, por desgracia, la realidad se empecina en decir lo contrario. Un inciso… yo también puedo pasar estadísticas para que den los resultados que quiero que me den. ¿Dónde está una agencia de evaluación educativa, formada por profesionales, que funcione?
No entiendo tampoco qué le ha dado con la Ministra con la OCDE o el Banco Mundial. Son dos entidades terroristas. Matan la educación. Matan el futuro del alumnado. Nadie les ha votado como responsables educativos. Lo mismo que El Corte Inglés. Tiene cosas muy chulas (un poco caras para la gente de mi poder adquisitivo), unos trabajadores muy profesionales y un gran servicio de incidencias pero, de ahí a ser un lugar para vacunar va un largo trecho. ¿Os imagináis que El Corte Inglés decidiera qué asignaturas dar, cómo darlas y cómo evaluar? ¿Os imagináis que se le pagara para que realizara unas pruebas externas, denominadas PISA o sus variantes, en los centros educativos? Pues eso es la OCDE. Y lo del Banco Mundial y sus expertos en educación… sabe más de educación una mierda en todos sus estados (desde la más líquida a esas bolitas tan duras) que cualquiera de los que trabajan ahí. Creo que he sido bastante claro.
Y cierro, antes de meterme en más berenjenales, con los debates acerca de quién tiene la última palabra antes de que alguien repita. De si es factible pasar de curso con todas suspendidas porque alguien se ha inventado un madurómetro que funciona. Supongo que será Elon Musk. Inventa de todo. De si la Junta de Evaluación tiene que pasar por encima de la decisión individual de los docentes y promocionar al alumnado Aderezado, claro está, mediatizando el sistema de repetición actual (que no funciona para casi ningún alumno) y apoyándose en él para justificarlo. Pues al igual que era una aberración que un docente de Matemáticas votara para aprobar Inglés a un alumno sin haberlo tenido nunca en clase de Matemáticas, este mercadillo ya es muy surrealista. Por cierto, ¿algún docente que trabaja en docencia cree que esto no se está haciendo ya de facto? Sí, en educación solo se suspende a aquel que pasa de ir a clase, es disruptivo a más no poder (bueno, a veces se le aprueba por el bien de los nuevos alumnos que van a ir a ese curso) o, en casos aislados, a aquel que se empeña en hacer algo mal sin rectificar después de 999 veces que se le indica que lo está haciendo mal. Y no solo en una asignatura.
Va, he dicho que iba a cerrar el post para no pisar más charcos pero voy a pisar otro. Y además, en este caso muy complejo y que necesitaría más matices que los que puedo dar un sábado con las vistas del mar de fondo. Let’s go. El modelo de inclusión educativa es de lo más excluyente que existe. Incluir no es dar a todos lo mismo. Incluir es permitir que todos aprendan lo que necesiten o puedan para conseguir tener el mejor futuro posible. Es que, en ocasiones, confundimos la inclusión con el igualitarismo. No todos somos iguales. No todo el alumnado es igual. No se puede personalizar el aprendizaje con treinta alumnos por aula. Eso sí, lo que puede hacerse es dejar de agrupar por edad fisiológica, devolver al alumnado de los dos primeros cursos de ESO a los centros de Primaria (o crear, por imposibilidad de espacios, centros para alumnado a partir de 15 años) y potenciar que todos lleguen a su máximo. Por cierto, esto no consiste en, aunque quede muy bien y permita decir qué inclusivos que somos, en sacar a colación una lista de los Reyes Godos que ni en mi época (ni probablemente en la de mis padres) ya no se estudiaba.
Hay gente que mesura mucho sus afirmaciones. Otros, como no tenemos ningún interés oculto, podemos decir lo que nos dé la gana. Y añado, la horchata del Mercadona, del Consum o del Lidl, por poner algunos ejemplos, no es horchata. Incluso que os la vendan como tal en OK Diario, Público,… o cualquier spot televisivo en el que sale, habitualmente, un hombre o mujer con poca ropa mientras, con gestos obscenos, bebe algo blanco, mezcla de agua con azúcar, que seguro escupe después de tragarlo.
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