En los últimos días, la Conselleria de Universidades de la Comunidad Valenciana, ha publicado las notas de Selectividad y el top de centros en las mismas. Además se ha publicado algo que es mucho más importante que los datos anteriores: la diferencia de notas entre la Selectividad y la media que llevaban del Bachillerato (fuente). Así se puede comprobar la veracidad -o no- de algunas afirmaciones que hacen algunos referentes a dónde sacan mejores notas el alumnado.
Pues bien, resulta que de forma indiscutible, ganan por goleada (además con la existencia muy pocos centros) los centros privados NO CONCERTADOS. Pongo en mayúscula lo anterior porque los concertados, salvo excepciones, tienen muy poco éxito y mucha desviación típica entre la nota que ponen en Bachillerato a su alumnado y la que sacan en la Selectividad. Sí, también es una práctica bastante habitual últimamente en los centros públicos donde, por lo que se ve, la práctica de muchos docentes es la de igualarse con la concertada. Supongo que es porque valoran más las posibilidades futuras de su alumnado y la competencia desleal que por otros motivos. Lástima que después nadie en la administración tome represalias con el profesorado que imparte clase en segundo de Bachillerato al ver determinadas desviaciones. Conozco centros públicos donde, en algunas asignaturas, hay diferencias de más de tres puntos de media entre la nota de esa asignatura en Selectividad con la nota que les pusieron en Bachillerato. Y estoy hablando de centros públicos. Ya veis que mi ideología siempre va al margen de determinados debates cuando hay datos objetivos.
Por tanto, ya vemos que si uno tiene hijos y quiere las mejores notas en Selectividad para su hijo/a debe matricularlo en determinados centros. Y voy a ir más lejos, muchos de esos centros educativos preparan «en exclusiva» para sacar la mejor nota en Selectividad. Sí, hay muchos centros educativos que hacen lo que no se debe en primero y segundo de Bachillerato, creyendo que deben dar clase. Y no, el objetivo es que ese alumnado tenga el mejor futuro posible. Algo que pasa por preparar exhaustivamente todo el material y las estrategias que permitan, aparte de superar un currículum marcado, sacar la mejor nota posible en un examen. Algo que hay docentes que siguen sin entender y que juegan a la educación. No, no es educación ni fabular acerca de aprender a aprender. Se trata de facilitarles el mejor futuro posible. Un futuro que se consigue permitiendo que saquen la mejor media posible y puedan acceder a la Universidad pública (la más económica, que no siempre la mejor) para entrar en la carrera que ellos quieran hacer. No podemos/debemos sesgar esa salida al alumnado. Por eso hay muchos compañeros que deberían cambiar el modelo y las estrategias metodológicas acerca de cómo dan clase en esos cursos. Para aquellos que piensen que «enseñando a superar una prueba no se aprende», simplemente les digo que se equivocan. Enseñar a superar una prueba es enseñar las habilidades, estrategias y conocimientos que harán que pueda superarse con la mejor calificación posible.
Es por lo anterior que me planteo, por necesidades del alumnado en esa etapa, la posibilidad de crear centros exclusivamente de Bachillerato de titularidad «privada no concertada» y que, además impartieran las clases online para alumnado que pretenda sacar las mejores calificaciones en el Selectivo. No hay ninguna ley que diga que la enseñanza postobligatoria deba darse de forma presencial y, por mucho que algunos piensen que hacerlo a distancia en esas edades es reducir la calidad, no es cierto. Hay clases presenciales «cuestionables» (¡recordad que estoy hablando para una determinada edad del alumnado!) y, bien gestionado, un Bachillerato online puede funcionar muy bien. No debemos olvidar que este Bachillerato no sería barato y la contratación del profesorado (que deberían cobrar muy bien -mejor que en la pública o privada concertada-) sería algo esencial. En este caso los que pagan exigirían calidad y, al igual que habría exigencia para el alumnado (no todo el alumnado es válido para este modelo porque, lamentándolo mucho, está destinado a un determinado tipo de alumnado -que aparte de tener recursos y nivel socioeconómico en casa, tenga una determinada autonomía y capacidad-) también la ha de haber para todo el equipo docente.
Un Bachillerato online para 50 alumnos, en dos grupos según el Bachillerato elegido, podría costar a las familias unos 500 euros al mes. Eso sí, esa cantidad no les garantiza, como venden algunos centros educativos presenciales, «tener aulas libres de una determinada tipología de alumnado». Esa cantidad les garantiza tener una educación de 10 para sus hijos y poder abrirles las puertas a las mejores Universidades de nuestro país.
Finalmente un detalle para los que no les cuadren los números: los docentes pueden ser contratados por horas semanales y ser «fichados» de otros tipos de centros educativos (de donde tendrían que pedir la compatibilidad) o ser expertos de reconocido prestigio. Es por ello que, con esa cantidad de 25.000 euros mensuales puede pagarse tranquilamente esas horas de docencia y atención personalizada a precio de oro, además del ahorro que supone para la administración no tener que pagar nada de ese alumnado. ¿Bachillerato de excelencia para gente con recursos? Pues sí. ¿Discriminación? Pues va a ser que uno puede hacer lo que quiera con su dinero, mientras siga pagando impuestos.
¿No os gusta la idea? ¿Os parece discriminatoria? Yo lo veo más como un modelo de negocio, totalmente honrado, que no detrae dinero al erario público (más bien al contrario porque los impuestos de esos padres siguen sufragando la educación pública) y que permite, para un determinado tipo de alumnado, tener un modelo educativo mucho más flexible y personalizado que, además puede incorporar un sistema de becas para alumnado «que no tenga esos recursos en casa». ¿Es liberalizar la educación? No. Es obligar a que muchos se pongan las pilas 😉
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Hi ha diferències significatives entre la mitjana de les notes de batxiller i de la prova de selectivitat, però no s’anomena desviació típica. La desviació típica és una mesura de dispersió i ens indica si l’alumnat trau una nota propera a la mitjana o no.
S’utilitza el concepte de desviació típica en la presentació de les dades perquè mesura el grau de dispersió (per damunt o per sota) d’una mitjana establerta com a valor estàndar (concretametn la mitjana o valor estàndar és la mitjana de la qualificació del Batxillerat). Per això és correcta la seva utilització en aquest cas