No podía llegar a entender que hubieran aparecido «de la nada» tantos defensores de los ámbitos en la Comunidad Valenciana como últimamente. No sabía cómo, una idea fraguada a golpe de improvisación, podía haberse extendido a toda la Comunidad a golpe de imposición, ni tampoco podía entender que personas a las que conozco se sumaran a tal despropósito. Tampoco entendía el desembarco mediático y político de determinados pesos pesados para defender ese despropósito pedagógico.

A mí me preocupa no saber de dónde salen las cosas. Reconozco que el sistema de comunicación de las administraciones educativas, salvo los potentes equipos que tienen para «parar determinadas cosas o apagar determinados fuegos» que salen en los medios de comunicación no afines (vale para cualquier color político), es prácticamente inexistente. No existe un buen modelo de comunicación. Infinitamente peor el modelo que el de los teléfonos de los centros de salud en período pandémico (o prepandémico). Pero bueno, esto es solo un pequeño inciso que me he permitido. Especialmente cuando veo lo que sucede estos meses en la mayoría de Comunidades con las adjudicaciones y en cómo tratan a sus profesionales. ¿Por dónde iba? Ah, sí, por no saber de dónde salen las cosas.

Pues bien, a día de hoy nadie sabe de dónde ha salido la idea de los ámbitos. Salvo que sea algún invento pergeñado por alguno de esos iluminados y de imprescindible jubilación, fascistas de corazón, nadie ha comunicado en qué estudios se basa lo anterior. Sí, lo mismo que sucede con las competencias u otras entelequias producto del carajillo sin café. Es que, lo reconozco y habiendo estado unos cursos ahí… la administración educativa es un monstruo donde se mezclan grandes profesionales y gestores políticos, con otras personas que deciden/hacen lo que les rota. Y hay demasiado lameculos en algunos lugares. Sí, al igual que en los centros educativos, pero en grado superlativo. Hay inútiles que están por algo que a buen entendedor… o, simplemente tienen algo en la boca (¡me estoy refiriendo al carnet, malpensados!). Algo que es su único valor. Creo que me explico bastante bien. Y no, no es una generalización. Estoy diciendo que hay personas que son así y están en determinados lugares por ser así. No estoy diciendo que todas lo sean ni que la mayoría lo sean. Como siempre, toca matizar para aquellos que no lo entiendan o estén predispuestos a no querer entender lo que digo.

No nos despistemos. Es que ya me voy por las ramas en mi hilo argumental. Ayer, sin ir más lejos, me puse a buscar en Google (sí, a veces va bien para hacer búsquedas rápidas) algunos de esos que defienden los ámbitos a capa y espada, tanto en las redes sociales como en los medios de comunicación. Y voilà, me aparecen casi todos como formadores de cursos del CEFIRE, como asesores de algunos mandamases o, simplemente, como creadores de cursos en empresas privadas para la gestión de los ámbitos educativos. Además en algunos casos son sobradamente conocidos por ser habitualmente las voces trincantes de la educación valenciana. Sí, esos que siempre están dando cursos de A, B y C, contratados por la administración educativa. Todo tiene su relación. Por cierto, puedo dar nombres, pero creo que es lo menos relevante.

Acabáramos. No es que haya una mayoría de docentes que defienden los ámbitos (pongo los ámbitos por ser lo que está ahora de moda en mi Comunidad). Es que hay una minoría de personajes que están sacando pasta u obteniendo ciertos privilegios por defender ciertas cosas. Son los mismos que, curiosamente, si lo impusieran en una Comunidad en la que mandan «los otros», lo criticarían furibundamente. No nos olvidemos tampoco del sesgo ideológico que tienen todas las decisiones educativas.

Un último detalle… ¿sabéis qué hacen algunos que están defendiendo a capa y espada los ámbitos en sus centros educativos? Sí, huyen de darlos ellos y se lo dejan al pobre interino que va a llegar en septiembre. Y ya no digamos de aquellos que potencian ciertas cosas que llevan a su prole a centros educativos donde no hay ninguna de esas cosas que potencian. Estoy hablando en general. No hagáis extrapolaciones interesadas. Que nos conocemos.

Cada día que pasa tengo más ganas de dejar el sistema educativo. No por el alumnado. No por los compañeros y compañeras. No por las familias. Simplemente porque estoy harto de decisiones de salón que algunos toman y ver la hipocresía que hay en determinadas personas a la hora de defender ciertas cosas. Y ya no digamos la mala folla de algunos. Son pocos pero hacen (o intentan hacer) mucho daño.


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