Hoy se cumplen seis años de la compra del dominio y hosting de este blog. Han sido muchos los cambios que, desde sus inicios, se han producido en esta “casa”. Una “casa” que empezó como un espacio donde colgar materiales de mi asignatura y que, al final, se ha convertido en un espacio donde poder hablar de cuestiones educativas y reflexionar sobre las mismas. Un lugar de aprendizaje. Un lugar donde, como he dicho en múltiples ocasiones, lo importante no es lo que se dice en las líneas que se perpetran. Lo importante es la interacción con quienes se pasan por aquí y lo que se aprende de lo anterior. Sí, XarxaTIC es mi aula y mi bitácora profesional aunque, en ocasiones, lo personal se mezcla en partes iguales con dichas cuestiones profesionales.
Al empezar a escribir nunca me planteé las repercusiones de lo que se dicen en las tristes líneas que conforman cada uno de los artículos. Siempre ha sido un poco un lugar para explayarse y abrir un debate conmigo mismo. Plasmar en papel o en formato digital determinadas cuestiones hace que, como mínimo, en el momento de escribirlas te obligues a pensar en lo que estás diciendo. Cortapisas, las justas. Sinceramente, cortapisas entre cero y ninguna. Es un espacio personal que pago con mi dinero y eso me permite decir lo que pienso o defender lo que creo. No hay nada peor que escribir lastrado por las opiniones de terceros (sí, esto del buenismo imperante en el ámbito educativo es algo realmente curioso) y tener la “obligación” de buscar estrategias para no ser cuestionado. A mí lo anterior me ha preocupado poco. Si a alguien no le gusta lo que escribo que no lo lea. Escribo para mí y, los comentarios e interacciones recibidas, son un aporte importantísimo para autoconvencerme o cambiar de opinión -si está fundada la argumentación y creo que es correcta- si se tercia. No he sido nunca inmovilista porque, en ocasiones, las cosas cambian y, mantenerse siempre anclado en las mismas posiciones que, una vez pudieron tener su sentido pero que, a la vista de la evolución de muchas cuestiones, han dejado de tener validez es un error. Incoherencia propia de ir haciéndose mayor y adaptándose a los tiempos. Reconozco que las premisas algunos artículos escritos en los inicios de este blog han dejado de tener validez en el año 2015. No es malo evolucionar, lo malo sería no hacerlo.
Me gustaría aprovechar para hablar también de números. Bueno, prefiero hacerlo de personas. Más de veinte millones de páginas vistas, un ritmo de lectores que va creciendo día a día, decenas de miles de comentarios que intento responder cuando puedo y, lo más importante, una red de profesionales que he conocido personalmente a lo largo de estos últimos años. Sólo por lo último ha valido la pena abrir el blog y mantenerlo. Lo de los números, más cuando la importancia siempre es relativa porque tienes claro que no van a tener afección sobre lo que escribas, es simplemente un dato irrelevante que, con suerte, te incentiva a seguir escribiendo. Bueno, creo que seguiría escribiendo con independencia de ese número.
Seis años dan para mucho. Dan para bucear en la evolución de uno y analizar los cambios producidos en las maneras de ver las cosas. También ha cambiado la manera de escribir. A escribir, sea bien o mal, se aprende escribiendo. Lo que se ha convertido en una bonita rutina ha permitido también que pueda aprender a explayarme. Algo muy relacionado con la necesidad de hacer para aprender porque, no hay nada mejor que aprender haciendo.
No puedo menos que, antes de finalizar este artículo, dar las gracias a todos aquellos docentes que mantienen una bitácora personal, a aquellos que, por diferentes motivos, fueron mi inspiración al empezar y ahora han dado un paso atrás en las redes y abandonado las suyas y, cómo no, a todos aquellos que me ayudáis a reflexionar en voz alta sobre determinadas cuestiones. Gracias por estar al otro lado. Eso sí, sin obviar en el agradecimiento a la gran familia que tengo que me permite, por suerte, seguir con esta afición.
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