Cierre temporal del blog

Ayer anuncié por Twitter que iba a hacer limpieza en la red del pajarito. No me apetece nada seguir teniendo contacto digital con determinadas personas y, aún menos, tenerlo con aquellas que sabes que, por desgracia, se han abonado al ataque personal. Dar un me gusta a una publicación que me critique es estar a favor de dicha crítica. Y paso de tolerar nada de esto. Por mucho que haya personas que sigo desde hace mucho tiempo, sean personas a las que aprecio fuera de la red o, incluso, me han invitado a su comunión (entiéndase en sentido metafórico porque, por suerte, no voy a comuniones).

Aprovechando la dinámica anterior voy a dar por finiquitada temporalmente esta temporada del blog. Cada cierto tiempo hago cierres parciales y ahora es un buen momento para ello. Tengo ganas de recuperar para el blog los artículos que borré en la renovación y de empezar unos proyectos. Necesito estar centrado en ellos. No son proyectos altruistas. El altruismo se me ha cansado hace mucho. Especialmente el relacionado con mi profesión. Y salvo caer en ese altruismo para cosas de mi centro educativo, creo que la desintoxicación ya es prácticamente completa. O eso quiero creer.

En educación casi nadie sigue escribiendo blogs sobre educación. Hay músicas agotadas y, en caso de que algunas sigan sonando, en la mayoría de ocasiones lo hacen por interés. Muchos han convertido su blog en un escaparate para vender ciertas cosas o venderse. No es malo. Es una opción vital. Una opción lógica en un contexto capitalista en el que prima lo material frente a otro tipo de satisfacciones. Es lo que hay. Una sociedad basada en el patrón euro. Y que cada vez, al menos en el mundillo educativo, va a más. Repito… no es malo. Yo también he cobrado por participar en determinadas cosas este curso al que le queda un suspiro.

Voy a quedarme con Twitter, a lo mejor hago algún vídeo en YouTube o TikTok pero, el proceso de escritura va a estar limitado a ese libro que, en ocasiones quiero y digo que voy a escribir y, en otras, pienso que es inútil hacerlo. Tengo miles de documentos en formato borrador que podrían formar parte del mismo aunque, como he dicho siempre, es complicado plantearme cómo acabar hilvanando los flecos para que quede algo compacto y más coherente de lo que escribo habitualmente en el blog. Bueno, tampoco pasa nada por la coherencia, porque tenemos a cientos de hacedores de papers educativos publicando truños de gran calado, nefastos en confección y redacción e inventándose los resultados que les salen de sus partes. Así nos va en educación. Mucho investigador que debería dedicarse a otra cosa. Quizás a dar clase con alumnado real y no ponencias unidireccionales con PowerPoint para criticar el modelo de clases unidireccional. Quién dice investigador, dice gurú de la poca tiza que le queda en las manos. La mayoría de los que venden ciertas cosas son mucho de TIC y poco de TOC. Poca enjundia en el asunto pero, por suerte, yo tengo cosas más interesantes los findes que ir a escuchar ciertas cosas.

La educación 2.0, entendiendo como tal el entramado que subyace tras el uso tecnológico para la comunicación, entre personas interesadas en la educación ubicadas en lugares diferentes, lleva mucho tiempo decepcionándome. Más que nada porque veo que se reparten carnets de buenos y malos docentes en función de alguien que se considera válido para lo anterior. Veo también que no se admite la crítica a ciertas cosas y, ante la falta de argumentos, algunos siempre derivan su falta de argumentación, o bien a ad hominems de manual o, simplemente, a hablar del sexo de los ángeles cuando de lo que se habla es de otra cosa. Hay muchos que han huido de ese debate chusco y se dedican, de forma muy satisfactoria, a vender “su libro” mediante tuits quirúrgicos y algunas entradas en su blog totalmente neutras. Los charcos se eluden cuando uno debe buscar vivir mejor gracias a ciertas cosas. Es lo que tiene la hipocresía digital. Una hipocresía más habitual en lo digital que en lo real. Quién sabe si es porque a la realidad no le damos una vuelta. Quién sabe si no es porque, al final, uno busca, al igual que estoy haciendo yo, tranquilidad para hacer lo que más le gusta sin interferencias desagradables.

A partir de ahora, como os he dicho, voy a pasar de personajes con doblez. Soy así. Además, ¿qué me aporta realmente hablar con determinadas personas? Lo mismo que para algunos les debe aportar hablar conmigo. Entre poco y nada. Estoy muy mayor para ciertas cosas y, entre ellas está la de pelearme cada día intentando decir, o bien que el rey va desnudo o bien, seguramente de forma equivocada, que nos están vendiendo la nada como ropajes fastuosos. Ojalá pudiera tener doblez pero no me sale. Soy demasiado directo. Algo que, como bien sabéis los que me seguís, me ha llevado a determinados encontronazos (no solo digitales).

Nada. Lo que os decía. Este señor que está tras el blog se va de vacaciones del blog. Quizás abra nuevos proyectos (bueno, los voy a abrir) en estos meses. Quizás intente buscar al puerco de Agamenón. O, simplemente, vea como el tiempo pasa hasta que lo de hablar e intentar hacer algo para cambiar la educación se convierta en un recuerdo.

Os prometo que he intentado ser siempre sincero. Me he equivocado en muchas ocasiones. He aprendido en ocasiones de mis errores. He modificado mi manera de ver ciertas cosas. Pero, al final, lo que prima es lo que hago fuera de aquí. En una vida real en la que, por suerte, tengo mucha gente que me quiere y a la que quiero. Lo más importante de la vida de uno. Eso, la nómina y las vacaciones. Para qué vamos a negarlo a estas alturas de la película.

Gracias por haberos pasado por aquí. Volveré. Al menos para anunciar mi nuevo libro y hacer esa campaña de mercadotecnia tan necesaria para conseguir hacerme rico, comprarme el yate y pagar lo que me queda del Ferrari. Andorra is waiting for me. Un abrazo y seguimos en las redes. Especialmente, como ya sabéis, en mi querido Twitter. Un Twitter en el que, como he dicho antes, voy a tener reglas aún más estrictas que antes. Las contrataciones a mi mánager. Bueno, a mí por correo electrónico. Salgo bien de precio. A una cuarta parte del precio de gurú. Un fuerte abrazo.

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2 comentarios

  1. Siento mucho el cierre. Ya te he dicho, en alguna ocasión, que no comparto algunas de las cosas que dices pero me haces pensar y eso es algo que, últimamente, sucede poco.
    Gracias por tus escritos, tu tiempo y tu persistencia.
    Nos vemos en twiter.

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