En menos de un mes, después de otra despedida más (¡y ya van tres!), vuelvo a escribir. No solo vuelvo a escribir en el blog. También vuelvo a estar activo en mi perfil de X. Y sí, todo tiene sus motivos que, por ahora, los voy a dejar en privado. Ni tan solo los sabe mi gente más cercana. No digamos alguien que pueda estar mirando, desde su visillo, qué hago o qué dejo de hacer y que piensa que me conoce razonablemente bien.
Seguramente no vaya a escribir a diario. Seguramente no pueda volver, debido a motivos personales y profesionales, con la asiduidad de lo que escribía anteriormente. Y ya os digo yo que, a pesar de todo, es algo que debo hacer. Repito. Yo sé el porqué. Lo tengo muy claro. Demasiado claro.
Quizás no haya argumentos más allá de los que ya he expresado, como dije en mi post de «despedida» publicado el día dos de este mes, que pueda aportar para ningún debate acerca de temas que puedo llegar a conocer por mis veintimuchos años de experiencia profesional, tanto en el aula como fuera de ella. Eso sí, me apetece poder seguir dando mi opinión y aportando lo que se pueda. Sin olvidar, claro está, el tema de recuperar las paellas dominicales publicadas en X o, simplemente, el poder contraponer una visión propia acerca de muchas cuestiones. Eso sí, ni un minuto más allá del hobby complementario. Algo que también me he prometido.
Vais a leer poco talibanismo por aquí. No me interesa, a diferencia de algunos, salir en los medios vendiendo, o bien que el sistema educativo es una maravilla o bien que es un auténtico desastre. Hay datos y promociones. Hay relatos, necesidad de hacer caja o, simplemente, intereses muy alejados del alumnado, del profesorado y de las familias. Manipular e irse a los extremos vende. Y no se vende mal. Nada mal.
Tengo muy claro que hay cosas que se deben mejorar en educación. Otras que funcionan bastante bien. Tengo también claro que hay mucha gente que, desde sus lugares de trabajo, hacen que funcionen muchas cosas. Falta, como he dicho en más de una ocasión, difundir qué se hace y quiénes lo hacen. No se está haciendo así y el mainstream está controlado y gestionado, salvo honrosas excepciones, por quienes tienen como único discurso el del enfrentamiento pedagógico. Bueno, para algunos, ideológico.
Quizás podría haber puesto el silencio permanente en mi altavoz. Quizás podría haber puesto esa sordina en la trompeta. Quizás podría haber dejado que algunos siguieran jugando en el fango, acosando, señalando y riéndose de quienes no piensan como ellos. Podría, pero no me apetece.
Antes de finalizar… un detalle. Para mí leer sobre educación y reflexionar sobre ello en voz alta me ayuda a ser mejor en mi trabajo. Incluso que lo que lea sea algo en lo que no esté de acuerdo. A veces obliga a replantearte las cosas. Solo por eso creo que vale la pena volver pero, como he dicho al principio, es algo que va mucho más allá de lo anterior. Una vuelta tan rápida que necesito.
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Lo importante es que volviste. Te envío un abrazo con mucho cariño y agradecimiento por seguir compartiendo.
Me ha alegrado mucho tu vuelta. Con tus escritos aprendo y reflexiono mucho. Gracias.
Bienvenido a la plaza.
Un año y pico después de haberme ido de X, volver tiene su qué… 😉
Gràcies per tornar a escriure. Els teus articles fan que em senti una miqueta menys sola en la meva professió
Hi ha molta gent que pensa similar. El problema és que, malauradament, el que interessa vendre és el conflicte permanent o un model educatiu que, per desgràcia, no té cap tipus de suport empíric ni millora, en cap cas, l’aprenentatge de l’alumnat.
Me alegro por tu decisión.
Un saludo.
Ya veremos si me alegro yo. 😉