¿Qué he aprendido este 2021?

Vivir es aprender y, como siempre digo, tengo la suerte de poder ir contando años y añadiendo aprendizajes a esos años. Este año que en breve nos deja he aprendido muchas cosas. Bueno, más bien he aprendido a ver lo que me rodea, frente a lo que dicen que debo ver de lo que me rodea. Y eso es un cambio brutal. No es lo mismo ver que dejar que otros vean por ti. No es lo mismo hacer que dejar que otros hagan por ti. No es lo mismo.

También he aprendido a dejar el miedo en un cajón bajo cuatro docenas de llaves repartidas por el globo. Igual de difíciles de encontrar que las bolas de dragón de esa serie que veía en mi juventud. Soy del 75. Una buena añada. Un momento de libertades incipientes bajo un régimen que necesitaba edulcorarse para que los mismos, desde los mismos púlpitos, gestionaran lo mismo que gestionaban antaño. Pero no vayamos al pasado, vayamos a este 2021.

Ha sido un año de malas noticias a nivel interno porque, por desgracia, mi cuerpo externamente evoluciona a mejor pero internamente a peor. Pero bueno, es totalmente prescindible el asunto porque por suerte yo puedo contarlo. Hay demasiados de mi quinta que ya no están. Este año, por cierto, ya que hablamos de números y a algunos les gusta tanto manipularlos, seis personas que conocía ya no están. Ninguna por COVID. Es que todo debe aclararse. Bueno, mentira, una por reacción alérgica a la vacuna. Sí, de esas cosas que no se dicen pero que tú ves. No te han contado. Lo has visto.

¿Qué he aprendido este 2021? Que hay muchos que mienten en las redes sociales. Que hay algunos que dicen que hacen y lo único que hacen es vender que hacen. Que las plataformas de televisión han venido para adormecernos. Que no tengo la culpa de nada de lo que me quieran acusar los políticos. Que los medios manipulan más que nunca. Que en el aula es donde pasan cosas. Y que, en definitiva, hay más gente buena que mala. Muchísima más pero, lamentablemente, mucho más silenciados por los cuatro (…) que pululan por los lugares, tanto analógicos como digitales, por los que te mueves. Y que tengo una familia maravillosa. Eso no se aprende. Eso se ve.

He conseguido reducir el ruido que me llega. He intentado, con suerte desigual, significarme cada vez menos en ciertas cosas. He intentado, como no podría ser de otra manera, dar segundas e incluso terceras oportunidades. He leído mucho. He disfrutado mucho haciendo ciertas cosas. He, en definitiva, disfrutado como no había disfrutado el año pasado. Y repito… ¡sin miedo! Con respeto hacia muchas cosas pero sin miedo a nada ni a nadie.

Hay cosas que dejo para el 2022. Aprender a cocinar. Ser un poco más habilidoso y pulido con temas de bricolaje casero. Ser mejor persona (lo he sido pero creo que aún puedo mejorar). Pasar de gente que no me interesa y elaborar, a ser posible, un proyecto de vida que mejore el que ya tengo. Tengo muchos aprendizajes pendientes pero, como dicen algunos, ya que aprender es algo que hacemos a lo largo de la vida, siempre, mientras uno respire, hay esperanza.

Y no, no he aprendido a escribir de forma coherente pero, como digo siempre, tampoco es algo que me preocupe demasiado. 😉

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